Por toda la eternidad.

» Tres «

Arabella Montserrat

Nunca había sido castigada.

Ni en casa, ni mucho menos en la escuela.

A decir verdad no es tan traumante como había escuchado. Si Troy alguna vez me castigara, lo máximo que haría seria prohibirme salir por... ¿1 o 2 semanas? si, igual hace mucho que mis salidas se acabaron, así que da igual.

Y acá en la escuela pues... la verdad es que Alan y yo no escuchamos la campana que indicaba que había que volver a clases y nos quedamos charlando hasta que empezamos a jugar con una manguera de agua empapándonos todos; la verdad que ni siquiera pensamos en las consecuencias de eso... Ah, claro, como si fuese poco Alan en un momento perdió el control de la manguera y terminaron como nosotros Wyatt Langford y Nicole Thompson.

Si, ese chico ahora me quiere aparecer como fantasma cada cinco minutos.

Nicole es la capitana del equipo de porrista, equipo del cuál soy parte, siempre la he conocido como una chica muy disciplinada, perfeccionista y talentosa, lo sé porque también está en la academia de baile en la que yo asisto y es una de las mejores bailarinas de ahí, pero aun así nunca nos hemos dirigido mas palabras de lo debido, ella solo habla con sus amigos, y su reputación en el instituto es de ser una chica muy odiosa. ka verdad que mi mente quedo en blanco cuando la mojamos y la vi acercarse con una cara que intimidaba a cualquiera, incluso Alan susurro un "mierda, la cagamos" pero, para sorpresa de todos, se nos unió a la guerra.

Luego la cagamos de verdad cuando una profesora termino mojada y su sugerencia al director fue que nos expulsara; Gracias al cielo el director la ignoro, porque si no, el castigo de Troy seguramente sería más creativo que el no permitirme salir.

Como castigo el director nos mando a ordenar la biblioteca completa y para la semana que viene tenemos que presentar un análisis del reglamento del instituto y exponerlo.

Esta tarde nos habíamos dividido los sectores de la biblioteca entre los cuatro y los otros dos castigados de primer año; cada uno estaba metido en su mundo, por lo que me coloque los auriculares y I Can't help falling in love de Elvis Presley empezó a sonar y mientras me dedicaba a ordenar los libros de historia me deje llevar por la letra de la canción.

Desde que conocí esta canción la he amado, es de esas canciones que desearía dedicar o que me dedicarán alguna vez. Habla sobre esos amores verdaderos que ya parecieran no existir, pero son los que sueñas vivir alguna vez.

—Pero no puedo evitar enamorarme de ti— me cantaron al oído haciéndome sobresaltar, me quite los audífonos y seguí escuchando la increíble voz de Wyatt cantando la canción que salía por mis audífonos... ¿Tan altos de volumen los tengo?— Es una hermosa canción enana, podríamos bailarla en nuestra boda ¿Te parece?

Fruncí el entrecejo y lo mire incrédula.

La verdad me sentía algo incómoda teniéndolo cerca después del beso que compartimos, no me siento bien conmigo misma por el hecho de que tengo novio, fue un beso robado, pero un beso que continúe al fin y al cabo.

Al seguirle el beso a Wyatt fui infiel, y eso no es una actitud normal en mí, es algo que no debí haber hecho.

—No me digas enana— me quejé y me hice la loca mientras arreglaba los libros y me fui alejando poco a poco.

Quiero tenerlo lejos. Necesito olvidar lo sucedido.

Nathaniel hará lo peor si se entera de esto.

Bufé al notar que el chico me seguía.

—Eres enana.

—El que tú seas alto no quiere decir que yo sea enana, mi estatura es normal para una chica de mi edad— lo enfrenté y subí la mirada para verlo a los ojos; Él tampoco es que era tan alto como un jugador de baloncesto pero si tenía su tamaño.