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La situación actual comenzaba a sentirse tensa y eso que acababa de comenzar. Normalmente no deberías ver rostros afligidos en una celebración tan feliz pero lo estaban cada integrante de la RFA en aquella habitación decorada de flores blancas.
Hace un momento, uno de los encargados del transporte había llegado con cierto nerviosismo a informar la ausencia de una de las personas más importantes de la boda, la novia.
―¡¿Cómo que no ha llegado?!― preguntó Yoosung inquieto, algo se sentía raro.
El hombre encargado junto al organizador de la boda se encontraban allí, intranquilos. La novia no estaba, ¿Cómo no iban a angustiarse si su trabajo depende de ello?
¿Y si escapó?
¿Y si no estaba lista para casarse?
¿Y si abandona a su prometido en el altar?
Sería un fiasco.
―¡No lo sé, el auto en el que la novia se transporta venía unos minutos más tarde pero debería estar aquí hace media hora!
En cuanto el hombre pelirrojo oyó a Yoosung, intentó rastrear el celular de _______, el cual sorpresivamente estaba fuera de servicio. No importaba el motivo de su ausencia, ayudaría a la pareja con lo que sea que estuviera pasando.
Claro, en caso de que fuera porque decidió escaparse y dejar a Hyun en la ceremonia solo. Pero aún así, la situación parecía estar a punto de estallar.
Luciel no pudo evitar alzar su voz, desesperado. ―¡¿Crees que es el maldito momento para avisarnos?!
―¡Lo siento!― el encargado agachó su cabeza, nervioso. ―Sé que la novia se había sentido un poco descompuesta por los nervios así que junto al chófer pararon en una estación de servicio para comprar dulces y agua.
―¿Hace más de media hora?
―Lo sentimos, no pudimos contactar con ellos en ese tiempo y es por eso que le estamos informando.
Y fue Saeyoung quien comenzó a atar cabos que no quería conocer. ¿Cómo siquiera pudo pensar que los abandonarías en la ceremonia? Amabas a la RFA y más aún, a Ryu Hyun.
“Por favor no te enojes con nosotros por dudar, _______... Prometo que vamos a reírnos de esto un día.”
Pero ahora comenzaba a temer que ese día nunca llegue y sin embargo, nadie parecía notar esa probabilidad. Quizás estaba siendo paranoico, deseaba serlo.
Una delgada mano se posó en su hombro, haciéndolo voltear y salir de sus pensamientos. ―Luciel, cálmate.
No había notado lo rápido que estaba respirando de no ser por ella. Respiró profundo pero no pudo dejar su preocupación de lado. ―Jaehee, _______ no ha llegado y no puedo encontrar su teléfono.
