Capítulo 01

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Bogotá – Colombia

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Bogotá – Colombia

Hola.

No sé muy bien como comenzar esto, por lo cual tan solo, empezaré.

Mi nombre es María José Garzón y tengo 28 años de edad. Vivo en la ciudad de Bogotá en Colombia y desde hace un par de meses me diagnosticaron con TAD, y seguro me preguntarás: "María, José... ¿Qué carajos es eso?" porque sí, yo también me hice la misma pregunta cuando me lo dijeron, bueno, te lo explicaré... TAD no es más que las siglas que se usan para nombrar el famoso: Trastorno Ansioso-Depresivo.

Durante gran parte de mi vida, al menos, desde que fui consciente, no recuerdo nunca haber estado triste —o bueno, una tristeza de gran magnitud como la que actualmente me azota—, y, sin embargo, desde hace un par de meses para acá, la soledad junto a la depresión y su amiga la ansiedad han venido a tocar mi puerta. Me han derrumbado por completo, además de dejarme exhausta, sin un mísero gramo de energía.

Lo terrible de este trastorno es que es "temporal" ... o, mejor dicho, por "rachas" puedo estar un mes sintiéndome bien, sin la ansiedad, depresión o cualquiera de esas maricadas tremendas. Y puedo estar al siguiente por el piso sin querer levantarme de la tristeza tan infinita que visita mi alma.

Así que lo dicho... no me queda energía, se me ha desgastado en medio de todo este caos. La única energía que me sostiene ahora mismo es la que estoy usando para escribir esta historia: mi historia. Quizás, con la loca idea de que esto pueda servirle a alguien en algún momento.

Nací y crecí en Bogotá, en un barrio tranquilo y humilde de clase media-baja. Mis padres no tienen riquezas más allá de la riqueza en forma de afecto y amor que puedan darme, junto a sus ganas y lucha constante para sacarnos adelante a mi hermana Valentina y a mí.

Juan Carlos Garzón y Edith Guzmán son mis padres, de 52 y 50 años respectivamente. No tengo queja alguna de ellos, salvo el hecho de que me duele no saber que responder cundo me vienen a preguntar: ¿Qué te sucede, hija?

Sé que a ellos les ha preocupado últimamente mi estado emocional. Ya no salgo como antes con mis amigas, tampoco disfruto mi trabajo como solía disfrutarlo, ya ni siquiera pinto por hobbie. El TAD me lo ha quitado todo. Me siento vacía.

Ahora solo quedan las cenizas esparcidas en medio de la oscuridad de lo que antes era un corazón lleno de vida y color, que latía al compás de la misma felicidad que le producía el hecho de simplemente latir.

A veces suelo ver las fotografías de hace años atrás y me pregunto: ¿dónde está esa mujer? ¿Dónde quedó la María José que sale tan sonriente y llena de vitalidad en esas fotos?

No sé si ha sido un cumulo de pequeñas tristezas que se fueron convirtiendo silenciosamente en esta montaña altísima e infinita de depresión que cargo a cuestas. No sé si ha sido porque simplemente dejé de encontrarle sentido a la vida o sencillamente sea el hecho de que mi alma ya está agotada de existir.

TAD TRASTORNO ANSIOSO-DEPRESIVO | FANFIC CACHÉWhere stories live. Discover now