¿Qué puedes hacer cuando la depresión llega de un momento a otro a tu vida?
Saber que toda tu existencia cambia significativamente gracias a las cosas que tu misma mente te hace pensar, es algo que sinceramente, la galerista María José Garzón no se...
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¿Por qué cuando nos sentimos tristes, las noches son nuestro peor enemigo?
Quizás sea por la mera casualidad que la noche es el perfecto reflejo y definición de la oscuridad, o también puede ser porque son las noches los momentos donde la melancolía aflora porque ya no tenemos otra cosa por la cual estar al pendiente salvo en nosotros mismos y en nuestros sentimientos rotos.
Que ironía... para algunos poetas en cambio, las noches son solo un sinónimo de calma y de introspección, de abandonar el mundo terrenal para sumirse en el suyo propio, se olvidan de lo inmediato, de lo evidente, de lo cercano y así de ese modo, pasan al mundo de lo incierto, de lo que apenas se intuye, de la contemplación de la eternidad, de la aceptación absoluta de sus propios temores y de sus propios demonios.
Para los músicos, la noche solo es una excusa para encontrarse consigo mismo y descubrirse a través de notas y de letras, de rimas y de versos. Es un momento perfecto para abrazar la soledad y expresarla en canciones o piezas musicales.
Aunque, tampoco es un pensamiento absoluto. Por supuesto que existieron, existen y existirán músicos y poetas atormentados por la llegada inminente cada día de la noche. No es un secreto, a fin de cuentas, todos somos seres humanos. A lo que me refiero es que, para algunos las noches son sinónimo de crear, de descubrirse, de relajarse, de encontrarse, de explorarse, de disfrutar de sí mismo. No tienen que lidiar con la batalla constante que puede habitar en su propia mente, porque al hallar el consuelo en sus poemas o en sus canciones ya han dejado gran parte de su corazón sin la oscuridad que pueda buscar la noche. Esa misma oscuridad que ahora vive en mi interior y es la razón del porque las noches para mí se han convertido en la peor parte del día.
Las odio.
Recuerdo que antes solía adorarlas, aunque supongo que es como todo lo que últimamente ha estado pasando con mi vida: también cambió.
Maldita ansiedad.
Maldita depresión.
¿Por qué no puedo hallarle una respuesta lógica a lo que me está pasando?
Suelto un suspiro que a mi parecer resulta más largo de lo que imaginaba, luego estiro mi mano para tomar el celular en la mesita frente a mí, veo la hora y vuelvo a suspirar cuando me doy cuenta que apenas son las seis de la tarde.
Dios. Pensé que era más tarde, yo ya estoy sufriendo por la noche y ella ni siquiera ha terminado de llegar, es decir, ni siquiera se ha presentado lo peor.
Vuelvo a dejar el celular en la mesita y me arropo con la manta mientras acurruco mis piernas y las abrazo con mis brazos, estoy sentada en el sofá de mi sala. Llegué de la galería a las 4 de la tarde. Hoy no hubo mucho movimiento así que salimos más temprano de lo normal. Además, Luis junto algunas empleadas me estaban insistiendo mucho en que hoy sería el estreno de esa tonta película en cines y querían ir a verla.
