Muchas veces creemos que tenemos nuestro futuro planificado, pero qué sucede cuando te dicen que una profecía lo decidió mucho antes de que nacieras.
En dónde Remus se siente atraído hacia una estudiante de último año
O
Dónde Giselle descubre...
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Solo... lo sentirán
— Son dementores...
Aquello hizo reaccionar a la castaña quien se paró casi de un brinco y se acerco a la puerta para cerrar las cortinas, al hacerlo, pudo percatarse que había uno de ellos en el compartimiento de Potter y sus amigos.
Regresó su vista hacia Giselle, y haciéndole una seña para que guardara silenció se quedo expectante con su varita en mano.
Ninguna de las dos fue capaz de quitar su vista de la puerta en los siguientes minutos, y ninguna de las dos tenía una noción correcta del tiempo por lo cual aquello se había sentido eterno. Para cuando ambas chicas comenzaron a pensar que aquellas criaturas no se irían, la temperatura y volvió a la normalidad. Giselle pudo por fin soltar el aire, que sin darse cuenta, había estado reteniendo. Sobre ellas había algunas luces y el suelo temblaba... el expreso de Hogwarts había vuelto a emprender marcha.
— ¿Ya pasó todo? — preguntó Estefanía.
— Eso creo — respondió la peliblanca.
Apenas hablaron durante el resto del viaje. Finalmente se detuvo el tren en la estación de Hogsmade, y se formo mucho barbullo al salir del tren : las lechuzas ululaban, los gatos maullaban y el sapo de alguien croaba. En el pequeño anden hacía un frío que podría hacer que cualquiera deseara estar recostada en su cama manteniendo su calor corporal, y la lluvia no ayudaba a que aquella situación mejorara, ya que hacía que se sintiera como darse una ducha con agua helada.
Caminaron hacía los carruajes que los llevarían a Hogwarts, fue recién cuando se dieron cuenta de la presencia de otros dos dementores a cada lado que montaban guardia. El carruaje cogió velocidad por el largo y empinado camino que los llevaría al castillo. Finalmente, el carruaje se detuvo y ambas bajaron. Al bajar, ambas escucharon una voz alegre que las llamaba.
— ¡Hola!
— ¡Alex! — exclamaron casi al unísono.
Detrás de ella, otra figura se asomó uniéndose a la conversación.
— Íbamos a buscarlas en el tren pero nos distrajimos y ya luego no pudimos seguir por la presencia de los dementores... fue raro que estuvieron ahí. — habló Dahlía Smith, una chica Hufflepuff bastante risueña.
