Capitulo 7

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DOS MESES DESPUÉS

En mi puta vida me hubiera imaginado que terminaría yo almorzando en casa de una lesbiana, luego de pasar toda la puta noche en su casa, charlando, viendo películas y demás tonterías. Y ahora mismo estoy sentada en un comedor que no es el mio, si no el de Wendy, comiendo cereal y mirando la mesa, como si nunca hubiera yo visto una.

A mi lado se encuentra Wendy, comiendo tan quitada de la pena, que incluso ha subido un pie descalzo a la mesa, moviendo los dedos, como si en vez de mover la cabeza al ritmo de la música que esta en su mente, lo hiciera con los pies.

Y frente a nosotras están sus padres, que me miran con asombro, mientras se susurran cosas, ya me los imagino:

No mames José, ¿ya viste a nuestra hija? Ya hasta se está ligando a una asexual, y encima, homofóbica.

No jodas Chavela (aclaró que les he inventado nombres), a esa tal Eve se le nota su jeta de orto hasta la pinche luna, no chingues.

Ahora tengo que clavarme las uñas para no reírme, pero al final no sirve de nada y me río, y cuando me río toda la leche y todo el cereal que tenía en las mejillas sale disparado.

¿Aun le ves cara de buena novia, Chavela? La niña esa está pendeja.

Wendy se me quedó mirando muy seria, creí que me echaría a patadas de su casa, y que aparte me pediría que le pagara el cereal y la leche, pero luego de un rato (un bocado, mas bien) ella igual estalló en carcajadas, golpeando la mesa con los puños incluso, y luego sus padres (pero estos sin la batería de madera).

Ah, pero bien que te ríes de sus pendejadas, pinche José.

Supongo que de tanta pinche risa como focas retrasadas despertó a la hermana de Wendy, porque ahí estaba ella parada.

—Buenos días Cristal —saludó Wendy.

La tal Cristal me vio algo confundida, me barrió con la mirada (¿como se atreve?) pero luego pareció recordar algo y le preguntó a Wendy— ¿Es tu nueva novia?

¿Khe acababa de decir? Agg, maldita niña.

Como Wendy no respondió, me miró a mi.

—¿Eres la novia de Wendy?

—No.

—¿Y entonces que haces aquí?

Pero que niña mas directa.

El padre de Wendy, al cual he bautizado como José, se ha puesto de pie y ha llevado a su hija frente a la televisión, le pone una película de Barbie y luego regresa a la mesa.

—Bueno, seguro yo no voy a limpiar esto.

—Ni yo.

Ambos padres se ponen de pie y suben las escaleras.

—Bueno... yo te daré mi apoyo verbal desde la sala —me dijo Wendy mientras tomaba su celular y comenzaba a teclear como flash al tiempo que se dejaba caer en uno de los sillones; así que al final tuve que limpiar todo yo sola, yupi.

Esto no es amor // Eve & Melody 1Where stories live. Discover now