Capitulo 9

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Mi madre se puso como loca al ver mi tan "casual" y "simple" vestimenta, y me pidió como veinte veces que me cambiará y pusiera algo decente, pero al final logré que me dejara tranquila, porque después de todo es mi fiesta.

La ropa que llevaba no era vieja ni de mala calidad, eran unos pantalones ajustados negros algo rotos (y no por viejos, así los compré), un suéter color lavanda, y unas botas estilo militar color azul oscurísimo. Supongo que mi madre esperaba verme bien vestida, con un vestido o algo por el estilo; y sin mi "greñero", como ella llama el hecho de que me de flojera peinar mi hermoso cabello negro (lo se, soy muy vanidosa).

Mi padre y mi madre salieron a comprar pizzas y bebidas, trastes desechables y demás, y yo me quedé según arreglando y cuidando a mi hermano, pero lo único que hice fue sacar todos mis discos y poner mi laptop cerca de la cocina, para que hiciera de todo el equipo de los dj. Todo lo demás me dediqué a ver Bob Esponja con Andrew, mi hermano.

Cuando mis padres llegaron, me regañaron por no recoger los juguetes de mi hermano, y tuve que hacerlo a ultima hora, casi rezando para que nadie llegara. Luego de eso se fueron a un hotel para que estuviera mas a gustó, haciéndome prometer que no destruiría la casa.

Había 15 gentes en mi casa, que ya era mucho (porque soy una apestada), y me estresaba bastante que algún maldito se comiera la pizza margarita y luego yo me quedará sin comer.

De bebida había te verde con miel (embotellado, que mamada), y el tipo postre fue chingarse toda mi nutella.

Luego de comer, algunos de mis amigos jugaban en mi computadora, otros hacían bromas telefónicas desde sus celulares, riéndose como si deveras fueran los masas desgraciados de la vida, y otros cantaban como tontos (porque no se sabían la puta letra, aplausos).

Yo estaba sentada en mi jardín "privado" junto con Jake, Wendy, y otro amigo mio llamado Jonny. Hablábamos puras pendejadas: que si Peña Nieto, y las putas VIP, y la chingada.

—Sabes algo Eve, me siento muy rara en una fiesta llena de hombres, y pervertidos, ¿que nunca se ponen de mano larga contigo?

Me reí fuerte, como foca retrasada, tanto que mi risa superó la música y las risas de los demás.

—Relajate Wendy, mas de la mitad de mis amigos son gays, y los otros se han de estar ligando a mis pocas amigas.

—Vaya, tienes un problema serio con las mujeres.

—¿Verdad que si? —la apoyó Jonny.

—Nadie te pidió tu opinión, maldita pasiva —le digo, el finge ofenderse, pero queda clarísimo que es broma.

Al rato se nos unen Victor y Sandy, acompañados de unas cervezas que no se de donde chingados sacaron.

Y como mi mala suerte no me deja tranquila ni en mi fiesta, al rato empieza a llover, de modo que nos metemos para seguir con nuestras tonterías.
Y dado que tengo casa sola, y que algunos amigos mios ya son mayores de edad, lo que empezó como fiesta termina en una peda.

Las ultimas persona en irse de mi casa son Jake y Sandy, que están pedisimos, espero a verlos entrar al taxi, anoto las placas (con tanta pinche inseguridad uno ya no puede andar como si nada, y menos borracho) y entro a la casa.

No me preocuparía de dejar todo tirado y dormirme, de no ser por la cerveza y los cigarros que hay por toda la sala y el jardín.

Me cambio de ropa y bajo con una bolsa negra. Voy caminando por toda mi casa mientras recojo pedazos de pizza, sobres de aderezos, botellas de te verde con miel, latas de cerveza, colillas de cigarro y sus cajetillas.

Tomo las cajas de pizza y las dejo en la mesa, eso si no es mi responsabilidad porque yo no las traje; y hago lo mismo con mi bote de nutella, que los desgraciados se comieron.

Luego voy al jardín he igual recojo todo.

Ya de regreso en el segundo piso, me doy un pequeño baño y luego me meto en la cama. Pero en vez de dormirme no puedo dejar de pensar en mi cumpleaños numero trece.

Mi hermana me había dicho desde la mañana que tenia una sorpresa para mi, lo cual me motivó toda el día.

A eso de las seis de la tarde me pidió que fuera a su cuarto para que me diera mi sorpresa. Yo no dudé ni un momento y fui con ella.

—Siempre te he querido mucho —dijo— y te me haces tan linda.

Y yo de tonta le di las gracias.

Y no se que paso luego, mi memoria vuelve cuando sus labios están sobre los mios y sus muñecas sujetan las mías contra la pared.

Yo trato de soltarme pero ella no me deja. Me besa varias veces, hasta que al final logro soltarme luego de darle una patada y bajo corriendo con mis padres...

Muevo la cabeza para olvidarme de eso. Eso ya pasó, no puedo cambiarlo, ni olvidarlo, pero si puedo dejar de recordarlo cada cumpleaños.

Esto no es amor // Eve & Melody 1Where stories live. Discover now