15.

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           La frustración seguía alojándose en él a pesar del tiempo que había pasado, sus palabras seguían repitiéndose una y otra vez dentro de su cabeza sin poder evitarlo, aquello era su única salvación y no lo había conseguido. Suspiró mientras deslizaba sus manos sobre su propio cabello, denotando su frustración en aquel momento. No se sentía capaz de pensar en nada que pudiese ayudarlos y eso no le hacía sentir mejor. No sabía cómo ayudar a Savannah, ni a Cristian. ¿Estarían bien? ¿Cómo se sentiría ella? ¿Cómo estaría su bebé? Aquello era lo que más le preocupaba.

***

           —No es suficiente, por desgracia —expresó ella, con una sonrisa burlona.

           La rabia se alojó en él al instante, apenas sonó la campana de salida salió del aula tan rápido como pudo.

***

           Cristian dormía dentro de una de las habitaciones mientras Savannah estaba en la sala, acababa de despertar, el cansancio la había vencido la noche anterior. Sentía su estómago rugir a causa del hambre, estaba preocupada por el pequeño ser dentro de ella. No podía divisar nada que la ayudase a desatarse, comenzó a intentar con sus propias uñas, aunque sabía que le tomaría tiempo quería descubrir si podía desgastar la cuerda.

           Pasó lo que ella sintió como una eternidad, el reloj en lo alto de una pared le decía lo contrario, sólo había pasado media hora. Cristian salió de la habitación aun adormilado, luego de dedicarle una rápida mirada fue a la cocina, salió en minutos con un tazón de cereales y un enorme vaso de una sustancia espesa, el último lo acercó a los labios de ella.

           —Bébelo, te quitará el hambre.

           A duras penas Sav lo bebió, sintió arcadas al instante pero las retuvo, no sabía cuándo volvería a comer o beber algo.

***

           Morfeo lo había arrastrado con él apenas se recostó en su cama aquella tarde, ya había pasado un día completo desde la desaparición de Sav. Despertó tras varias horas. Miró al otro lado de la habitación para ver a Brandon arreglarle, muy arreglado para sólo salir a caminar. La curiosidad pudo con el pelinegro.

           — ¿A dónde vas? —el otro se volteó, dedicándole una mirada de reproche.

           —Hay fiesta esta noche, todos creímos que intentarías sacarle información a Evelyn ahí —contestó mientras se abotonaba la camisa color vino.

          —Buena idea.

           Dicho eso se levantó para vestirse con rapidez, arreglándose lo mejor que pudo. Esa noche no fallaría, no podía fallar.

           Llegar al lugar de la fiesta no les había tomado demasiado tiempo, al menos eso sentía Chase, pasó todo el viaje pensando y planificando cada cosa que haría y diría. Al estar frente a la gran casa, entraron sin molestias, como hacían todos los demás.

           —Ahí está Evelyn —le murmuró Lilly, señalando con disimulo antes de desaparecer entre la gente.

           El de ojos azules no tardó en acercarse a la muchacha, esta le sonrió mientras bailaba al ritmo de la música, sin apartar la vista de él. Chase le pidió perdón a Savannah en su mente, antes de tomar la cintura ajena y acercarla para bailar con ella. Comenzó conversando de cosas triviales como la universidad, el bienestar de su familia e incluso rieron de antiguos recuerdos. Tras varios minutos, en los que sabía que la gente los miraba, decidió poner en marcha todo lo que tenía planeado.

           La tomó de la mano antes de llevársela a un lugar menos poblado. Donde estaban había unas cuantas parejas más.

           —Entonces, ¿aun sientes algo por mí? —le cuestiono mientras sonreía, su vista estaba fija en la muchacha, buscando alguna señal.

           —Puede ser —ella rió con levedad, jugando con el cabello de él.

           Chase no perdió mucho tiempo más, tomó la barbilla ajena para atraer el rostro ajeno hacia el propio, unió sus labios en un beso lento, no duró demasiado de aquel modo. Evelyn lo profundizó y Chase con esfuerzo lo siguió, separándose milagrosos segundos en los que la pelinegra tan sólo lo dejaba respirar. Entre beso y beso él tomó su oportunidad.

           —A Tom le gusta Savannah, él está preocupado... —murmuró contra sus labios, la chica tenía sus guardias altas—. Yo te quiero a ti, pero no quiero ver a mi amigo así, Eve. Por favor...

           Evelyn se separó de él con suavidad antes de sonreírle, Chase la imitó, esperando por su respuesta, estaba seguro de haberlo conseguido. Pero ella no pensaba lo mismo. Le robó otro pequeño beso antes de volver dentro de la casa, dejando al inglés con mil preguntas y sin ninguna respuesta.

           Entró hecho una furia, buscando a sus compañeros de banda. Al dar con Arthur le dio órdenes claras.

           —No me dijo nada, no dejen que se desaparezca, hay que seguirla —dicho eso él mismo se puso a buscar la melena negra.

           Arthur se encargó de darle la información al resto de sus amigos, que pusieron el plan en marcha.

           Veinticuatro horas habían pasado desde el secuestro de Savannah, dos noches, una ya pasada y una que apenas empezaba. Cristian la había estado alimentando con el líquido que tantas arcadas le provocaba, ni siquiera sabía qué era.

           Su intento por desgastar la soga había sido medianamente productivo, lograba romper pequeños hilos de esta pero no logró hacer lo suficiente para soltarse y sus uñas se habían partido, sentía los dedos adoloridos.

           —Cristian, por favor... —le pidió con lágrimas en los ojos, el mayor la miraba desde el sofá.

           —No puedo, lo siento —fue su única contestación.

           — ¿Por qué? Te ayudaré en lo que quieras, sabes que es así.

          —No, no es así, no puedes hacer nada.

          Savannah notaba como él se desesperabaante el tema, lo aprovechó. No sabía si sería buena idea, pero no podía perderaquella oportunidad. 

Pase lo que pase.  [COMPLETA] #PGP2018Where stories live. Discover now