Conflicto en la Parroquia del Norte

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El padre atónito, sin palabras miraba a su alrededor, nadie tenía idea de lo que acababa de pasar, ese sujeto extraño había matado a una persona que estaba poseída, el padre en acto de defensa tomó fuerzas y vertió el agua bendita sobre Belial, y empezó a recitar las oraciones que había aprendido a lo largo de su carrera ministerial. 

Jehova, es mi pastor nada me faltará en lugar de reposo me pastoreara, me librará del lazo del cazador y de la boca del león, y diré yo a Jehova... 

Esperanza mía, castillo de quien temeré -Repitió Belial fingiendo haber sido quemado con el agua bendita. 


Belial: 
Yo ayudé a escribir esas últimas líneas, créeme él no bajará a ayudarte. 

Belial se acercó al padre nuevamente quien cae sentado en el piso, Belial se acerca de manera peligrosa pero el tiempo comienza a alentarse hasta quedarse detenido Belial mira a su alrededor y entonces lo entiende, había una señora de rodillas clamando a Dios, Belial esbozó una mueca de asco ya sabía lo que estaba a punto de pasar.

Así que te ocultas entre los hombres. Eh, Belial. 

Belial:
Así que envió a otra de sus marionetas para detenerme, debió enviar más, ¿no crees? Adrael. 

Adrael: 
No he venido con esas intenciones pero si eso quieres entonces te llevaré ante el padre por la fuerza. 

Belial: 
¿Y crees poder lograrlo? ¿Tengo un juguete con el cual fui encarcelado? -Belial sacó la daga con la que había asesinado a aquella persona poseída y mandado al infierno a quien lo poseía. 

Adrael:
¿La daga del Juicio? Has pecado contra el cielo y la tierra no tienes perdón de Dios. 

Belial: 
JAJAJAJA, y decían que él perdonaba todos tus pecados no.

Adrael: 
Arrepiente Belial, vuelve al padre y serás recompensado, sin él no lograrás nada.

Belial, rápidamente arremetió contra Adrael quien desenvaina su espada pero demasiado lento, Belial la golpea lanzandola lejos se coloca detrás de Adrael y coloca la Daga del Juicio en el cuello del Ángel.  

Belial: 
Te dije que debió enviar más. 

Adrael: 
Belial, no tienes que hacer esto. 

Belial, clava la daga en una de las alas de Adrael quien se retuerce de dolor, Belial saca su daga y deja que el ángel caiga al piso. Le da la espalda y va saliendo de la Iglesia pero escucha algo que lo deja desconcertado. una voz dulce se dirige a Adrael. 

Lucy:
Ay por Dios, ¿estás herido? 

Adrael y Belial cruzan miradas, ambos están atónitos, ¿Por que Lucy puede moverse y verlos? el tiempo había sido detenido y entre todos los humanos ella era la única que podía moverse y ver al Ángel.

Adrael:

Estoy bien, deberías huir de aquí, él no tendrá piedad contigo. 

Lucy:

Belial, ¿él es tu amigo?

Adrael, quedó aun más desconcertado, aquella chica se había dirigido a Belial como si fueran amigos, Adrael quien conocía el odio que Belial sentía a los humanos no podía entender lo que pasaba.

Belial:
No, él es alguien que conocí hace mucho tiempo, pero ¿en que momento entraste? 

Lucy:

Estaba hablando con Dennise, la chica que estaba conmigo aquella noche que apareciste, me regaló ésta moneda y me preguntó que si hacia donde íbamos, le dije que íbamos donde tu amigo. 

Belial se sorprendió de lo que Lucy le había dicho y su sorpresa fue aún mayor al ver la moneda que Dennise le había dado a Lucy, era una moneda con el símbolo de la cabra en ella, el símbolo de satán, era un moneda del infierno, por lo tanto Dennise era un demonio o estaba poseída por un demonio con gran poder. 

Belial, sale rápidamente por la puerta de la iglesia y logra divisar una figura femenina con cabello riso, quien le guiña un ojo y desaparece en un callejón. 

Belial fruñe el ceño, entonces lo entendió, habían muchos más siguiendo sus pasos y estaba dispuesto a volver polvo a cualquiera que se acercase, se vuelve a Adrael lo toma del cuello y le dice:

Belial: 
Dile al padre, que no envíe más a sus súbdito, no tendré compasión con el siguiente. 

Lucy: 
Belial, no, está lastimado. 

Belial, mira a Lucy y la inocencia en sus ojos calma su ira, suelta a Adrael y se da vuelta.

Belial: 
Él estará bien, vamos Lucy. Vendrán por él. 

Lucy:

Está bien, adiós Ángel.

Adrael, sonríe y dice: 
Adiós pequeña, cuida de Belial: 

Belial hace una mueca de asco y se marcha sin decir más. 



El Corazón de BelialWhere stories live. Discover now