Prólogo

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1999

Era una noche tranquila en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el mes de Octubre a penas había hecho su aparición y los primeros días otoñales se mostraban con un clima benévolo y agradable.

No se escuchaba ningún ruido perturbador, sólo las hojas de los árboles al moverse con el viento y las suaves olas del Lago Negro al rozar la costa.

Casi parecía una calma utópica en un colegio lleno de magos adolescentes.

Esa noche en particular Minerva McGonagall, jefa de la casa de Gryffindor, se encontraba en sus aposentos con una buena taza de té rojo, endulzado con miel y un poco de leche tibia, estaba disfrutando de un libro al lado de su chimenea. Se sentía en paz por primera vez en mucho tiempo. Miró su reloj, faltaban dos minutos para las 12:00 de la noche, por lo que pensó que era hora de irse a dormir. Se levantó, estirándose como un gato y se dispuso a irse a la cama.

Dejó su taza en la mesita de noche, se calzó bien su bata y atizó el fuego para que no se apagara durante la noche, el reloj encima de la chimenea sonó al dar las 12:00 en punto. Minerva se retiró a su habitación y se acostó para dormir.

No habían pasado ni 15 minutos cuando unos golpes insistentes se escucharon en su sala, Minerva, con su característicos sentidos en alerta se levantó de prisa y abrió la puerta.

-Minerva, lamento mucho despertarte, pero necesito que vengas a ver algo. - Era Pomona Sprout, jefa de la casa de Hufflepuff que esa noche tenía guardia para vigilar los pasillos.

- ¿Qué sucede Pomona? - preguntó Minerva

- Es difícil de explicar. Debes verlo.-

La profesora la miró extrañada pero se apresuró a ir detrás de ella quien se dirigió rumbo a las cocinas, pasando por la sala común de Hufflepuff. Dobló a la derecha y se paró frente a una sala que no se había usado en años.

-Es aquí Minerva, los escuché cuando venía a revisar la sala común.-

Abrió la puerta y la Profesora McGonagall se llevó una mano a la boca cuando descubrió lo que había dentro.

La calma de aquella noche casi perfecta fue rota por el llanto desesperado de 7 bebés.

Muy lejos de allí, 15 años adelante en el tiempo varias familias del mundo mágico durmieron una noche completa por primera vez en meses, sólo para despertar sobresaltados y descubrir que sus hijos ya no estaban. 

Dulces sueños, mi futuro bebé...Where stories live. Discover now