Ojos bellos, sonrisas macabras.

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No encuentro la forma adecuada para decir que hablo con una chica solamente por su cuerpo, porque está dispuesta a entregármelo y yo a poseerlo, pero al momento de verla, de contemplarla, de caer en los detalles de cada uno de sus poros solo pienso en ti y duele, no de una manera física o emocional, duele en el espíritu.


Y es que la problemática empieza no el día que la conocí a ella, si no, el día que te vi a ti, porque después de aquel fatídico instante veo tu rostro en todas partes, incluso en ella, y espero que no la pienses como una mujer en particular, mas bien, en un conjunto, cada una que ha ocupado minutos eternos en el pensamiento de un hombre desdichado como yo, que al fin de cuentas soy humano, y estoy ligado a ello irremediablemente, pero te vi a ti y tu, solo tu llegaste a convulsionar el deseo de la carne dentro de mí y me prohíbes si quiera desear a cualquier otra, porque de alguna manera te soy fiel, aun sin conocerte.


Me dejas con conflicto.


He intentado ves tras ves enamorarme de otras, es posible, lo sé, porque el brillo en los ojos de todas ellas es tan genuino como el tuyo, pero no igual de resplandeciente, y la curvatura de sus sonrisas igual de inolvidables, y sin motivo, se difuminan tras el tiempo pero el tiempo sobre ti no pasa.


No entiendo cómo te haces presente sin estarlo, es incomprensible la manera en que te cuelas en cada rutina, a través de tu rostro, en ocasiones tu nombre, o tu presencia fugaz que pasa sin ser vista pero constriñe el corazón, que impregna el ambiente y se establece en la memoria perpetuamente.


Y aun más lejos, cuando escucho de ti a través de terceros, aquellos que te conocen íntimamente y sin motivo aparente se acercan a mí, es extraño, como cada individuo cercano a ti se vuelve recurrente en mi vida, como vigilantes, que me recuerdan diariamente que de alguna manera te pertenezco.


A esta conclusión he llegado, que mi suplica fue contestada, porque ha Dios rogaba desde mi juventud encontrar a alguien semejante y has sido la respuesta, pero tardaste en llegar, o más bien, desespere de esperar. Y en el camino me he apartado hacia parajes desolados encontrando sombras de mi añoranza, y me ofrecían satisfacer la necesidad de amor, de recibirlo y brindarlo, pero en sus formas limitadas solo conocían edulcorar palabras, gestos, formas y sentimientos, no tenían para ofrecer más que sus cuerpos y hasta ahí la sustancia carnal de mi ser estaba satisfecha, pero después de la fantasía mi alma quedaba vacía, pues no existe forma de llenar con fuego donde reina el agua, ni es posible enamorar con gestos a quien ya se le ofrecieron hechos, cuando el angel ha caido no puede regresar al cielo.


A esta conclusión he llegado, que te pertenezco a ti, así que dejo de observar como transcurren acontecimientos junto a mí, no más, me levanto ahora de mi falso pedestal y voy a tu encuentro. Espera un poco que andaba perdido, tan solo un minuto, que ya llego.

El Reto Bradbury.Where stories live. Discover now