2. Rojo y Verde │ Tradiciones japonesas

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¡Hola tesoros!

Sinceramente estoy sorprendida de terminar el segundo shot de diez y que este listo el día siguiente de la primera publicación. Me hace feliz. Aunque más feliz me hace que estén en esta parte leyéndola, nuevamente, gracias por seguir dándole una oportunidad a este debut!

Bueno, este lo que tiene de especial es que está ambientado en una especie de universo alternativo, que de alguna forma es canon y a la vez no. Verán, en Inazuma Eleven Go, en los juegos, existe un juego que se llama Samurái Eleven, creado por Megane, que es básicamente Inazuma Eleven 3 versión samurái. En base a eso escribí este. Siento que tiene mucho potencial este tipo de cosas y es una pena que sean ignoradas, más encima que es más tradicional qué un samurái? Quizá la ceremonia del té, no lo sé.

Utilizare muchos términos japoneses, ya que siento son necesarios y más dinámicos en ciertas cosas. Estuve leyendo y releyendo datos y viendo videos para hacerlo lo más decente posible, que aquí nada es un juego... salvo que estaba basado en un juego dentro de un juego lmao Pero no se preocupen, al final del shot pondré el diccionario explicando brevemente cada uno de los términos que use, así no tienen que ir a buscar que significa cada cosa mientras leen. Espero les sirva.

Esto se está haciendo largo, pero como última cosa, quiero decirles que traducí Samurái Eleven a Onze Samurái. Sí, con "z", porque en el doblaje latino la serie se llamaba "Super Onze", sí, con "z". Es más porque ya de por sí hay japoneses, no tenemos porque agregar inglés, no?

Como ligera advertencia, en este escrito hay leve erotismo incluido. 

Sin quitarles más tiempo, espero gusten de la lectura.




Pese a ser elegido para formar parte de los Onze Samurái en su momento junto a su preciado amigo, Midorikawa Ryuuji sabía que en su destino estaba marcado ser un taikomochi. Después de todo, había sido entrenado en esta disciplina desde muy pequeño tras ser adoptado por padre y se sentía bastante cómodo narrando historias y dichos a la par de bailar para entretener a sus hermanos. Claro, le encantaba la importancia que ameritaba ser samurái, ya que no cualquier samurái podía adentrarse al campo de futbol y librar un honorable partido, pero eran disciplinas muy diferentes y la personalidad obediente, dulce, divertida y recatada de Midorikawa hacía que se inclinase más por las artes que se reforzaron con la llegada del nuevo mundo. Y nada le generaba más paz que la ceremonia del té, porque de paso era el único evento donde podía saborear el daifuku de judías rojas.

Y quizá por eso aceptó en su vida a Hiroto, porque aquel rojizo cabello le recordaba a la pasta de judías rojas que tanto amaba.

Hiroto, por otra parte, también era un joven de paz y criado por el mismo señor que crió a Midorikawa y a sus otros hermanos y hermanas. La diferencia estaba que Hiroto fue criado para dar órdenes y ser un samurái en toda la regla, por eso mismo fue uno de los más importantes samurái a la hora de jugar futbol para padre y llegó incluso, cuando fue seleccionado, a ser un capitán temporal en los Onze Samurái. Pero con todo ese historial de guerrero en la espalda a tan temprana edad, tenía un enorme respeto por aquellos que se volcaban más a las disciplinas artísticas, pese a ser criado para mirarlos por encima del hombro. Sentía fascinación por los teatros kabuki que se montaban y las historias con giros de tuerca tan divertidos. Pero lo que en verdad llevaba a la paz a Kiyama Hiroto era la ceremonia de té, y eso se debía porque le gustaba mucho el té verde, en especial el matcha.

10 ocasiones contigoWhere stories live. Discover now