Instituto Karakura *Segunda temporada* (Ichiruki)

Capítulo 8: Los esfuerzos siempre dan frutos

AVISO: Los capítulos se narrarán en tercera persona desde ahora. Esto con el fin de mejorar en esta modalidad.

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Todo había estado normal después de aquella emotiva noche de navidad.

Todo. A excepción del humor de Masaki.

Ichigo no comprendía el por qué su hija pasaba de estar feliz a estar enojada en un minuto. El comportamiento bipolar de la chica también llamó la atención de Rukia.

-Tal vez sea por Sora- Exclamó Rukia luego de ver a Masaki subir las escaleras hasta su habitación con celular en mano- Supongo que él aún no le ha dado una respuesta. Debe estar ansiosa.

Ichigo bufó molesto ante la situación.

El de cabello naranja, después de que Masaki cumpliera los diecisiete, pudo escuchar finalmente de la boca de su hija que estaba enamorada de aquel chico ojiverde.

No le molestaba tanto que fuera él. Suponía que era por que ya lo conocía mejor que antes, cuando aún era un chamaco.

Pero la confusión del muchacho hacia los sentimientos de su hija seguía presente, y eso molestaba al pelinaranja. No quería que su hija siguiera arrastrándose por un chico que todavía no podía aclarar sus sentimientos.

Mientras tanto, Masaki tenía la extraña impresión de que todo su esfuerzo había sido beneficioso, pero esto se derrumbó cuando el chico le dejó en claro que no quería nada serio aún. Estaba maldiciéndolo mentalmente, cuando recibió una llamada de este.

- ¿Hola? ¿Masaki?

- ¿Sí?

-Ah...um... ¿tienes libre la tarde?

Ese día no había ido al instituto porque se sentía un poco resfriada.

La pelinegra lo pensó un poco. No quería volver a ilusionarse. Ya bastante tenía con que el chico la hubiera rechazado hace unos meses. Y con esa, era la tercera vez que lo hacía.

-Depende.

Su voz sonó cortante. No cabía dudas de que estaba molesta.

La ojimiel pensó que su paciencia y determinación ya se habían esfumado. No quería seguir luchando por alguien que probablemente no se decidirá por ella al final.

Si. El orgullo pisoteado tres veces por aquel chico salió a la luz, y no iba a dejar que lo dañaran nuevamente.

Pensó que tal vez lo mejor hubiera sido darle una oportunidad a Kowaru cuando este último se le confeso. Pero tampoco podía mentirse a si misma sobre sus propios sentimientos, y lastimar al castaño. Lastimarlo era lo que menos quería.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por aquel suspiro que se escuchó desde la otra línea.

-Quiero...darte una respuesta Correctamente.

La chica abrió los ojos. Su corazón saltó, pero no de felicidad. En el fondo, no quería escuchar lo que el chico tenía que decir.

-Te espero hoy en la entrada de tu instituto. Por favor, si no fuiste a clases, ven de todos modos.

La voz de Sora se escuchaba suplicante.

Masaki, sin responder a ello, colgó el teléfono. Se estiró en la cama, boca abajo, para luego hundir su rostro en la almohada.

Ella lo sabía. Aquella conversación con el chico sería la que cerraría aquel doloroso ciclo. Y tenía miedo.

Dio un salto al escuchar a alguien tocando la puerta de la habitación.