Introducción

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Vi sus ojos una fría tarde de invierno, cuando a penas tenía nueve años. Fue mágico. Aquellos ojos amarillos me observaban desde los árboles más densos del bosque. Mirándolos, me sentí tranquila, en paz. Nunca se lo conté a nadie, ni siquiera a mi abuela, porque fue la única vez que le vi.

El lobo al que he estado buscando durante diez años, la única razón por la que voy a ver a mi abuela todos los días, sin excepción, nieve o llueve, ha vuelto a aparecer. Y esta vez estoy segura de que será diferente, no se irá de nuevo. Esa tranquilidad ha vuelto a invadirme gracias a él.

Gracias a mi lobo.

Tíñeme de rojoWhere stories live. Discover now