Giovanni

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No le creo nada.

Escuché cada una de sus palabras y me esforcé en creerle, pero no pude. Simplemente no puedo tragarme el cuento de que Serpiente amaba a Lola y que jamás sería capaz de lastimarla. Ese perfil de novio no es el que nos describió Dolores. De hecho, ese no es el perfil de una persona que recibe a los amigos de su novia fallecida con una lluvia de balas.

Además, el chico me inspira desconfianza. Apareció de la nada, de modo anónimo y ahora nos ofrece los secretos de Serpiente a cambio de nada. ¿Soy el único que ve todo esto como una situación sospechosa? Sobre todo a esta altura de la investigación, donde básicamente tenemos a toda una mafia del barrio Abasto mandándonos advertencias cada vez que tienen oportunidad. ¿Y si lo envió Serpiente?

Esto tiene que ser una trampa.

— ¿Y cómo eran, entonces? —pregunta Jano.

—Perdón, pero me cuesta creer el cuento del novio amoroso —opina Nina. Ella piensa igual que yo, me digo—. Nos dijeron que Serpiente era un novio abusivo, desagradable para la vista de cualquiera. ¿Cómo voy a creer que en realidad sí la amaba, si esa es la imagen que tengo de él?

—Pero eso no es mentira: Serpiente sí era un sujeto desagradable.

— ¿Y estás sugiriendo que cambió de un día para otro? —Nina alza una ceja.

— ¿No vas a creerme si te digo que sí? —responde el desconocido. Mi amiga niega con la cabeza—. Está bien, no espero que cambies de opinión tan pronto. Ninguno de ustedes, de hecho. Entiendo que tengan sus motivos para desconfiar y no creerme. Pero hablo muy en serio cuando les digo que Serpiente sí amó a Lola, lo suficiente como para tomar la decisión de alejarse de ese mundo para siempre, con tal de llevar una relación normal con ella.

— ¿Se alejó de ese mundo? —dice Luca, desconfiado.

—El supuesto Serpiente que está molestándolos a ustedes, no es el Serpiente que era novio de Lola. Él lo dejó todo mucho antes de que ella muriera —confiesa.

Nadie dice nada.

Si no teníamos suficiente con un Serpiente, ahora parece que hay dos. ¿Puede nuestra situación ponerse peor? Todo indica que sí, y el mundo no para de brindarnos herramientas para conseguirlo.

Esto no me huele bien. Sé que hay algo que no está diciéndonos y seguramente sea la parte en la que debería informarnos que esto es una trampa. Puedo estar casi seguro que, en cualquier momento, Serpiente y sus matones van a aparecer en la plaza y todos vamos a morir. Por eso tenemos que salir de acá antes de que sea tarde.

Busco la mirada de Nina con desesperación, pero está muy concentrada en observar al desconocido con desconfianza. Al menos parece que a ella tampoco le cierra todo esto, pienso. Y me sorprendo cuando encuentro a Vera mirándome fijo, como si estuviera tratando de decirme: "Perdón por creerte paranoico. Ahora te entiendo". Ya somos tres los que podemos sentir cómo va a terminar esto.

— ¿Y quién este nuevo Serpiente? —noto algo de burla en el tono de voz de Luca. Y el desconocido también lo hace, porque frunce el ceño.

— ¿Qué tengo que hacer para que me crean?

Irte y dejarnos en paz, pienso.

—Es que no tiene sentido—interviene Ámbar—. Si este nuevo Serpiente no tiene nada que ver con el anterior, ¿por qué atacarnos? Se supone que estaba detrás de nosotros porque lo veíamos como principal sospechoso de la muerte de nuestra amiga.

— ¿Cómo están tan seguros de eso? —la pregunta del desconocido deja callada a Ámbar. Eso le da satisfacción, se le nota en la mirada—. No saben realmente por qué Serpiente está detrás de ustedes. Mucho menos que desconocen su identidad, porque antes por lo menos creían que era el ex novio de su amiga. Y por eso estoy acá: estoy dispuesto a ayudarlos a descubrir quién está persiguiéndolos y por qué.

Las notas de Lola | Malenavitale ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora