распутье

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Encrucijadas

Después de dejar la comida en la habitación del chico, salió y se dirigió a la de su hijo, este aún dormía profundamente. Deslizó las cortinas dejando que la luz del sol entrara a la habitación.

—Sett, cariño, ya es hora de levantarte, el desayuno está listo y tenemos que hablar sobre nuestro invitado.— habló un poco fuerte para que su hijo se despertara.

Sett se removió entre las cobijas, gruñó y abrió los ojos sintiendo como la luz entraba en ellos e inmediatamente volvió a cerrarlos.

—Ten un poco de piedad, mami— talló sus ojos y se sentó en la cama. —Anoche se despertó y "hablamos"

—¿Que te dijo?— su madre se sentó en la cama y acarició los cabellos pelirrojos.

—En realidad no dijo nada, solo sacó una libreta y escribió. Su nombre es Aphelios y al parecer es mudo por algún tipo de veneno que bebió o algo así, no estoy seguro...— Sett se dejó hacer por las caricias de su madre hasta que su estómago rugió por él hambre.

—Aphelios... ¿crees que nos diga lo que le pasó?— la mujer parecía pensativa, con todo esto era un poco extraño, parecía una historia fantástica.

—No lo se, y la verdad creo que no deberías meternos mucho con él, puede que sea un criminal y nosotros no lo sabremos.— estiró sus brazos, se levantó de la cama y si madre frunció el ceño al ver que este solo traía ropa interior.

—Sett cariño, deberías ser más considerado, tenemos una visita y tú muestras esos modales.— la mujer se levantó de la cama y negó levemente. Salió de la habitación y se dirigió ahora con Aphelios.

—Hola, querido. ¿Como te encuentras?— pregunto con suavidad, observando que ya se había terminado la comida, sonrió un poco y se acercó con cuidado. —¿Puedes hablarme de lo qué pasó anoche? Queremos ayudarte, ¿no tienes algún familiar al que llamar?

Aphelios la miró inexpresivo y negó levemente, agachó su cabeza y parecía que volvería a llorar, pero esta vez realmente se contuvo.

La mujer miró la habitación y divisó la libreta y la pluma en la mesita de noche, los tomó y se los extendió al muchacho.

—¿Puedo saber qué pasó?— pregunto sentándose en la silla cercana.

Aphelios en realidad no quería contar todo, el solo recordar el cuerpo sin vida de su madre en el suelo hacía que sintiera ganas de vomitar. Su padre probablemente estaría en las mismas condiciones... Alune, ¡oh, su querida hermana! Rogaba por que ella se encontrara bien.

"Mis padres están muertos. Mi hermana probablemente esté afuera, buscándome."

La mujer al leer la pequeña nota cubrió su boca y susurró un "lo siento" muy bajo, estiró un poco su mano y acarició el cabello lacio y oscuro.

"Tengo que encontrarla, por favor. No tengo otro lugar al cual ir, no tengo más familia que ella. Ayúdenme"

Aphelios la miró, suplicando, extrañaba a su hermana, quería verla y asegurarse de que estuviera bien. La necesitaba ahí con él.

—Tranquilo, chico. Yo y mi hijo haremos lo posible pero estás muy mal ahora, tienes que recuperarte... ¿no puedes ir al hospital verdad? A juzgar por la situación, supongo que tú y ella intentaban escapar de algo... no sería prudente que salieras. ¿Puedes decirme quiénes son o qué son?— soltó los cabellos y ahora tomo una de sus manos, la que no necesitaba para escribir.

"Creo que entre mejor sepan de ellos será mejor. No quiero meterlos demasiado en esto... solo ayúdenme a encontrar a mi hermana. Su nombre es Alune, su cabello es platinado y es tan solo unos pocos centímetros más baja que yo.... somos mellizos así que es muy parecida a mi."

Infernum. ~Sett x Aphelios~ Where stories live. Discover now