Los besos no reviven a los muertos que aún no mueren.
Las rosas violetas en frascos de mayonesa no son eternas.
La locura está tan cerca de lo que crees, ¿el amor?, a la distancia de mil galaxias.
Sólo es cuestión de mirar al espejo y cometer de...
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Aparentar tiene más letras que ser.
Karl Kraus (1874-1936)
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8 de octubre
Pequeño Owen:
Lía y Stephen estuvieron insoportables el día de hoy, no dejaban de preguntar si Kale no me mató en nuestra reunión de ayer. Es poco verosímil su idea de asesinato a domicilio, estoy aquí; aún vivo. Al menos que esté muerto y no me haya dado cuenta, y ellos sean los únicos que me ven. Si mis cálculos no fallan, hay un setenta por ciento de que mi vida es así; sentirme que estoy muerto en un mundo en constante movimiento, como un ente que viaja por todas partes sin sentir nada.
Estoy muerto en vida.
Las constantes preguntas de ambos me estaban irritando y poniendo nervioso. No dejaban de decir tonterías al aire.
—No...No, una cosa más, ¿lo violaste?, ¿dime que no lo violaste G? —bromeó Stephen —debes de confiarnos como fue, somos tus amigos.
—Muy buen punto. —apuntó Lía moviendo lentamente la cabeza.
—No sucedió nada, ya se los he dicho todo. Solo leímos y acordamos nuestros personajes.
—Su personaje querrás decir, porque solo estarás acostado respirando fuerte. Todos los días lo haces, eres tú en la vida real. De hecho sería muy buena idea para una historia en Huellindowitts: "él chico que respira profundo", ¿te importaría si hago una historia sobre ti? Seré famoso —se apuró a decirme él con su camiseta de manga larga y tenis negros con bermudas.
—Acabas de matar el chiste de molestar a Greg por su virginidad —continuó Lía — y tú, ¿ya descubriste algo de lo que te dije, o has prendido el radar gay veinte mil? ¿Si funciona en tu caso?
— No me funciona a mí... —intervino Stephen
—...Porque mi radar de chica cree que ese bombón no le gusta esta materia prima. Me puedo equivocar, pero esta vez tengo un presentimiento —terminó.
— ¿En serio? ¡Por Dios con ustedes!, solo falta que crean que la cocinera Gertrudis tiene esposo. Kale Johnson no es gay, todas las chicas están tras él. Es el chico nuevo. ¡Obvio no es gay! ¡Y por supuesto no le haré preguntas sobre ello Lía! Pensará que estoy loco.
—Muchos guardan secretos con las apariencias Greg. Podrías estar cerca de un psicópata sin darte cuenta.
Si lo piensas un instante, Lía tiene razón. Todos guardamos cosas, ocupamos un rostro distinto para los demás, una coraza que nos protege de los depredadores. Yo me he escondido en la mía desde que puedo recordar. Estoy completamente seguro de que no quiero salir de ella. Podemos ser fuertes, inteligentes y avilés en la vida, somos una creación perfecta. Somos tan perfectos que buscamos las mejores formas de no ser dañados, pero mi coraza se ha desgastado con los años. Ahora muchos pueden ver al frágil joven que consume pastillas para no enloquecer. Kale podría guardar cosas, y aunque fuera así, nadie tiene el poder de arrancarle su único escondite: la verdad.
