Lena Luthor y Tú | Mi Misión

CAPÍTULO 27 (Final)

*2 años después*

*Pov ___________*

Una vez más la fría noche había llegado en aquel viejo pueblo. Desde hace mucho caminaba entre las personas de dicho pueblo sin importar a que éstas me descubrieran, pues, éstos se encontraban alejados de todo y solo les preocupaba seguir sobreviviendo.

Algunos adolescentes y niños con bicicletas oxidadas llegaban a levantar el polvo del camino hecho de tierra provocando que el aire se llenará de éste. Las casas hechas de maderas viejas eran iluminadas en su interior con velas colocadas en el interior de algún vaso de vidrio, en un intento que las llamas no hicieran contacto con lo demás y causarán una grave situación. Otras casas en donde solo vivían una o dos personas se conformaban con la luz proveniente de la luna, algo que había empleado con el pasar del tiempo.

Cuando me adentré a aquello a lo cual he estado llamando hogar, me sentí recibida por la oscuridad que siempre había en ésta. Conociendo a la perfección cada milímetro del lugar, me dirigí a la pequeña mesa junto a la ventana protegida con una larga tela en mal estado y tomé asiento en la vieja silla. Aparte la tela vieja y pude observar aún a los niños andando con sus bicicletas oxidadas, personas lamentándose por las condiciones en que vivían y otras simplemente dispuestas a seguir viviendo un día más, acostumbradas a que no sucedería nada relevante, solo viviendo por vivir.

A pesar del ruido pude identificar cuando alguien se dirigía a mi puerta y antes de que tocará ya me encontraba abriendo ésta.

-¡Aún me pregunto cómo haces eso!- exclamó la señora con cierta diversión en su tono voz- te he traído esto, ya sabes, algo de lo que mi marido ha podido traer de afuera- explicó refiriéndose a un poco de comida en el pequeño plato entre sus manos.

Desde que había encontrado aquel lugar aquella señora se había percatado de mi presencia y sin pedírselo, me había ofrecido su ayuda. Nunca ha habido presentaciones entre las dos, no tenía intenciones de relacionarme con alguien y ella pareció aceptarlo desde el comienzo.

-No hace falta, tu hija se lo merece más que yo- contesté e hice el intento de cerrar la puerta, pero ella colocó una de sus manos en ésta impidiendo lo.

-Toma- insistió acercando aún más el pequeño plato- sé que lo aceptaras, siempre lo haces.

Pasó lo que pareció un eterno momento en que la desafie a que se marchará, pero se mantuvo en su lugar y al fin de cuentas solo me tocó aceptar el pequeño plato de comida. Ella pareció satisfecha y cuando se marchó, tome nuevamente asiento y me dispuse a comer mientras seguía observando todo el panorama a través de la ventana.

Muy pronto el poco de comida desapareció y mi mente se encontró inquieta recordando lo sucedido hace dos años atrás.

Aún lograba recordar sus ojos verdes, incluso llegaba a soñar con ella y sus perfectos ojos. Lo que había despertado en mí aún no había desaparecido y en las noches era imposible no sumergirme en la melancolía pensando en qué habrá sido de ella.

"¿Habrá seguido su vida?¿Estará con alguien más?" Eran las preguntas que más frecuentaban en mi cabeza.

Con aquella huída seguramente había hecho decepcionarla aún más, pero si algún día llegaba a regresar junto a Clark y Kara, aquello no evitaría dar todo de mí para proteger al mundo en que ella tanto ve esperanza. Aunque doliera, preferí no olvidar todo lo que ella causaba en mí, además de que estos sentimientos parecían no querer desaparecer.

Eric y Abraham eran otro motivo de la melancolía que había en mis noches. Solo rogaba hacía mis adentros que algún día me perdonarán y que estuvieran de acuerdo con que entregarme a manos de gente con ideas erróneas era una mala idea.