Capitulo 16

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Oh dios, si ella tan solo lo supiera. ¿Qué quería en ese momento? Hacerle el amor, como ninguna mujer se lo hizo antes, tocarla como ninguna mujer la toco antes, besarla como nunca antes.

Aunque nunca había tenido mi primera vez, estaba segura que si se trataba de ella, no tendría que ser la mujer más experimentado del mundo, simplemente todo lo que quería hacerle saldría en ese momento. Si mi maldita timidez lo dejara, claro.

¡Maldición!

— ¿Lisa? —Su voz me sacó del trance.

—Lo siento, me distraje. —Dije avergonzada.

—Eso vi. —Se acercó lentamente. — ¿Crees que tu mamá se demore?

—No lo sé.

Sinceramente no lo sabía.

—Tienes buena vista de mi habitación, ¡Eh! —Afirmó.

— ¿Enserio? No... —Me hice la boba.

Ella pasó por mi lado, y se acercó a la ventana.

—Muy buena vista.

—Um, no lo había notado. —Reí nerviosa.

Ella me miro, y sonrió.

— ¿Cómo sigue tu herida? —Preguntó.

—Un poco mejor.

— ¿Puedo verla?

—N-no... el pantalón lo impide.

—Entonces bájalo. —Propuso.

La mire nerviosa.

—Vamos, Lisa. —Se acercó. —No voy hacer nada malo. —Susurro en mi oído poniendo mis pelos de punta.

Ella misma con sus manos, comenzó a desabrochar mi pantalón, hasta bajarlo lentamente.

—Mi mamá puede entrar. —Tragué saliva.

—Sí, lo sé. Eso lo hace excitante para mí. —Me miró tentadoramente.

Ella y mis pantalones bajaron hasta abajo.

— ¿Siempre estas mojada? —Me miro desde abajo.

Oh dios, que vergüenza.

—N...No. —Tragué saliva.

Ella negó con la cabeza mientras sonreía, y miro la raspadura que me había hecho días antes.

—Ya estas mejor. —Dijo.

—Te lo dije.

—Revisaré otra cosa. —Avisó, y llevo sus manos hacía mi ropa interior.

—Oh no.... —La detuve.

Quite sus manos de la tela, ella me miro confundida.

—No es que no quiera, no es que no desee que lo vuelvas hacer, porque me encantaría que lo hicieras una vez más. —Le fui sincera.

— ¿Entonces?

Tome fuerzas para decírselo.

—En realidad, quiero hacerlo yo.

— ¿Tú? —Se levantó. — ¿Sabes? No te iba a hacer nada. —Alzó los hombros. —Solo quería verte.

Esas palabras en vez de bajarme el calor, me pusieron peor.

— ¿Enserio te gusto lo de esta tarde? —Preguntó.

—Mucho. —Respondí sin dudar.

La angustia de saber que mi madre podía entrar en cualquier momento me ponía aún más nerviosa.

Enamorada de mi Vecina.Where stories live. Discover now