Capitulo 51

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Abrí los ojos y observé el gran espejo que había en aquella habitación, todo estaba oscuro y había ropa tirada en el suelo, repartida en distintos lugares. Bostecé y me estiré. Me senté en la cama con mis pies tocando el suelo y me tapé el rostro con las manos. Recordaba muy bien lo que pasó la noche anterior, estaba en una gran fiesta en la que había mucho licor y mujeres, gente follando en cada esquina, ofreciendo droga y mujeres quitándose la ropa encima de las mesas. Nada de eso llamaba mi atención así que solo bailé con mi novia y al llegar las doce decidimos venir a su casa para terminar la noche en sus sabanas.

Me levanté de la cama, y caminé desnuda hacia el baño, entré a la regadera y abrí el chorro de agua, estaba fría, así como me gustaba.

Un año y medio había pasado desde que decidí que cambiaría mi forma de ser, que cambiaría físicamente y no dejaría que nadie más jugara con mis sentimientos. Ahora soy muy distinta a lo que era antes aunque creo que sigo siendo la misma por dentro, aunque trate de ocultarlo no puedo negar que no he superado por completo la maldita apuesta en la que me vi incluida, la forma en la que jugó conmigo...Y cada mañana me pregunto: ¿En dónde estará? ¿Qué fue de su vida? ¿Tendrá novio? ¿Tendrá novia? ¿O saldrá con alguien? Muy seguramente está feliz con alguien mientras yo sigo pensándola y lamentándome por haber sido tan estúpida, pero si algo tenía claro es que nunca más nadie volvería a jugar conmigo. Nadie.

Una vez salí de la casa de mi novia con la cual llevaba diez meses de relación, me dirigí al gimnasio y estuve allí por dos horas, iba tres días a la semana y todas las mañanas hacia ejercicios en mi casa. Estaba muy contenta con el resultado, había logrado una buena figura, a las chicas les gustaba y los hombres me miraban con deseo, lamentándose mi orientación sexual. Comencé a esforzarme más en mi aspecto, y cambié el color de mi cabello y mi manera de peinarlo. Cambié mi forma de vestir y mi personalidad ante la gente. Ahora estaba en la universidad y era algo así como lo que fue Bae Joohyun en los años escolares, obviamente no era una engreída y no trataba a la gente como a un animal, eso nos diferenciaba.

Llegué a mi casa, seguía viviendo en el mismo lugar de siempre, la familia Kim seguían siendo nuestros vecinos, la única diferencia es que sus hijas ya no vivían con ellos.

Entré, y observé a mi novia sentada en el sillón hablándole a mi madre, quién tenía una expresión amarga. Nayeon no le caía bien madre, en una ocasión me lo dijo, aun así era cordial con ella porque no quería dañar mi relación.

-¡Mi amor! -se levantó en cuanto me vio y corrió hacia mí.

-Ho...-no alcancé a contestar, se tiró encima de mí casi haciéndome caer.

Juntó sus labios con los míos mientras sus manos sostenían mi nuca y su cuerpo se presionaba contra el mío. Me incomodaba que hiciera eso cuando mi madre estaba presente.

-Nayeon. -me separé, y caminé hacia mi madre, le di un beso en la mejilla y sonreí. -¿Cómo estás mamá? -pregunté.

-He estado mejor. -sabía que se refería a Nayeon.

-Mi amor, me han llamado para invitarme a una fiesta en nuestro colegio. Nos vamos a reunir todos los estudiantes y seguramente la vamos a pasar bien, es a las ocho de la noche.

-No lo sé Nayeon, todas esas personas se burlaban de mí. -negué.

-¿Y no te parece que es una buena oportunidad para mostrarles todo lo que has cambiado?

Me quedé mirándole a los ojos.

-No le veo sentido. -contesté sincera, y me senté en el sillón junto a mi madre.

-Lisa, por favor, por favor, por favor. -se sentó en mi regazo.

Sería estúpido ir como si nada pretendiendo que me traten de una forma distinta a la que me trataban antes, la gente no cambia.

-Nayeon... De verdad no me interesa.

-Pensé que querías demostrarle a las hermanas Kim todo lo que has cambiado. -se miró las uñas.

¿Las hermanas Kim?

-¿Cómo? -contesté sobresaltada. Entonces ella estaría ahí. Jennie estará ahí.

-Sí, Mina confirmó que iría con su hermanita. Me parece una buena oportunidad para que se arrepienta de...

-¿Arrepentirse de qué? -preguntó mi madre.

-De haberse ido... mamá. -contesté inmediatamente.

-¿Irás? -Nayeon me miró.

Me quedé en silencio por un momento. Alguna parte de mi quería verla, por alguna razón necesitaba hacerlo y darme cuenta de cómo está. Seguía sintiendo ese nerviosismo en mi interior, algo que me parecía supremamente estúpido, pero otra parte de mí no quería revivir todo lo que sufrí en aquellos días en los que pasé llorando en mi habitación, lamentándome por haber sido una idiota. Pero las ganas de verla me ganaban, quería que viera que ya no soy la misma Lisa a la que ella conoció, con la que ella jugo, quería que se diera cuenta que ya había cambiado y que era una persona completamente distinta.

-Iré, pero solo nos quedaremos unos minutos. -contesté.

Enamorada de mi Vecina.Where stories live. Discover now