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Melissa despertó 20 minutos antes de que el despertador sonará. Volteó al sillón junto a ella y vio a Beky quién estaba hecha bolita sobre el -Adorable- susurró. Si tuviera sus dos brazos la cargaría hasta su cama para que durmiera un poco más, pero como no era así, solo se quedó callada observando los rasgos de la chica. Es hermosa, pensó. Los pensamientos de Melissa se basaban en preguntas sobre lo que debía sentir por Beky, si debía meterse en su relación con Joel, la desconfianza que sentía al confiar en otra persona, y en que debía resolver su atracción hacía la polinesia. Pero fuera de todo eso, se sentía feliz

Beky comenzó a despertar, antes de hablar se quedo observando a Melissa quién parecía estar perdida mirando al techo. Eso le asustó un poco así que se levantó de golpe alertando a la pelinegra.

-¿Qué pasa?- preguntó Melissa

-¿Qué sucede?- Cuestionó Beky

Melissa no supo que decir -Nada, solo pensaba en cosas- desvío la mirada. No sabía que contestar se levantó y besó su frente, se acercó a su oído y susurró -Eres adorable– sonrió, a la misma cercanía, Melissa levantó la vista, tenía un debate interno sobre si besar a la castaña en ese momento, no era correcto, pero lo deseaba tanto. Solo negó. Al intentar enderezarse se lastimó

-Mierda- Melissa dijo en voz baja mientras cerraba los ojos, en verdad dolía. Beky se levantó rápidamente a intentar ayudar a la pelinegra, la sentó en el sillón.

Malory venía bajando las escaleras, vio a sus amigas que estaban en el sillón -Buenos días tortoli....- se calló cuando notó la mirada asesina de Beky y una mirada apenada de Melissa -Buenos días chicas- corrigió.

-Buenos días Mal- respondió Beky

-¿Algo que quieran explicarme?- preguntó señalando la posición en la que se encontraban las chicas frente a ella

-Eh, no claro que no- respondió la castaña levantándose rápidamente de encima de la pelinegra, la cual obviamente sintió un poco de ¿Tristeza? ¿Dolor? ¿Molestia?. La pelinegra recordó la vez que venían de tener un gran día y de pronto ella soltó su mano de igual manera, se estaba sintiendo igual que ese día, no era una bonita sensación pero la pregunta que más retumbaba en su cabeza era ¿Porqué la castaña seguía haciendo esos gestos si el sentimiento era mutuo?

Se quedó sumergida en sus pensamientos, sin prestar atención a las otras dos chicas presentes, tenía un remolino de emociones que no lograba entender ¿Y si la castaña no la quería de igual forma? Ya le había dicho que le gusta y ella correspondió ¿Entonces cual era el problema?. De no haber sido por una mano pasando frente a ella llamando su atención se hubiera quedado en su mente repasando una y otra vez la sensación o la situación.

-¿Qué pasa?- preguntó confundida

-Te estaba preguntando si ya quieres bañarte- contestó la rubia

-Claro, vamos- suspiró y se levantó de su sillón, ya que había encontrado una forma de lograrlo, ya no era tan difícil llevarlo a cabo.

Subió las escaleras y trás ella venía su amiga rubia, en todo el camino hacía el baño se mantuvo callada, no tenía ánimos de hablar. Cuando entro al baño Malory entro detrás y cerró la puerta. Notó a Melissa un poco decaída.

-¿Y ahora que te pasa?- Cuestionó mirándola a los ojos, si algo aprendió observando a su amiga pelinegra, era que no resistía la presión de las miradas directas, la ponían bastante nerviosa.

-Nada- mintió muy segura cerrando los ojos, evitando a la rubia

-Mel, puedes abrir los ojos por favor- pidió Malory

Te Necesito [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now