32

2.2K 125 2
                                    

Flashback

–Mamá ¿Enserio quieres que me valla?– una adolescente preguntaba mirando a su madre

–Yo, tu padre… tienes que irte– susurró dándose la vuelta

Melissa se quedó atónita ¿Qué se supone que haría ahora? ¿A dónde iría? Estaba desesperada y a punto de romper en llanto, tomó su teléfono y una sudadera para luego salir de su casa sin mirar atrás, para su suerte, sus hermanos estaban cómodamente dormidos.

Caminó por un largo tiempo, no tenía ni idea a donde ir en plena noche.

Sin darse cuenta llegó a casa de Shersy, se detuvo a pensar, suspiró ¿Y si se molestaba con ella? ¿Y si sus papás se enojaban con su mejor amiga? Ya no tenía otra opción.

Se acercó a aquella casa color rosa, cruzó el pequeño jardín hasta llegar a la puerta principal, estaba a punto de tocar cuando se detuvo, la inseguridad en ella era claramente visible, si sus propios padres no la querían, como sería posible que otras personas lo hicieran.

Su desesperación la consumió, se rindió, bajó la mano y dejó caer su cuerpo por la pared hasta el piso, no pondría en problemas a Shersy, no tendrían que lidiar con ella. Se las arreglaría sola.

Lloró, no sabía que hacer, se sentía mal, tenía frío y su mentalidad era un desastre ¿Estaría condenada a estar sola por siempre? Miró la hora en su teléfono, marcaba las 2 am, justo en ese momento se acabó la batería del mismo, lo guardó y metió sus manos dentro de la sudadera para resguardarlas del frío.

Después de un rato y sin aguantar más el sueño del agotador día que había tenido, se quedó dormida en la acera de la pequeña casa rosa con el pequeño jardín.

–¡Shersy!–

Una voz interrumpió sus sueños, comenzó a abrir los ojos algo hinchados

–¡Shersy, ven aquí rápido!– la voz era algo gruesa

Volvieron a gritar, la luz le molestaba en sus ojos.

De pronto unas manos tocaron su rostro, su visión era un poco borrosa para distinguir a la persona que estaba haciéndolo

–¡Mel! ¿Qué haces aquí? ¿Estas bien?– la pelinegra sonrió y se abrazó fuertemente al cuerpo frente de ella, su lugar seguro estaba ahí, Shersy estaba ahí.

La ayudaron a levantarse, por alguna razón se sentía muy débil, la metieron a la casa y le dieron una cobija.

Los papás de su mejor amiga la miraban con preocupación, no se atrevían a hablar hasta que Jesús, el hermano mayor de Shersy habló

–Mel ¿Qué hacías allá afuera?– preguntó igualmente preocupado

Melissa bajó la mirada –Yo no sabía a donde ir– contestó, se sentía expuesta

–¿Tus papás saben donde estas?– ahora preguntó doña María, la joven pelinegra movió la cabeza negando

–¿Por qué huiste?– Don Francisco preguntó

–Yo no hui, ellos me echaron– contestó pegándose a el cuerpo de Shersy, que la arrullaba para calmar sus latidos

–¿Tienes hambre?– la mujer mayor contestó mirándola con ternura, no con lástima, Melissa asintió –Te prepararé algo– se levantó y se dirigió a la cocina

–Puedes quedarte el tiempo que quieras– Jesús también se levantó para ir a su cuarto

–Hija, nuestra casa, es tu casa– le tocó el hombro para darle una sonrisa cálida y comprensiva, luego siguió a su esposa a la cocina

Te Necesito [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now