Una discusión tras otra.

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Capítulo 41: Una discusión tras otra.

Sally Jackson parece ser una de esas súper mamás que siempre sabe lo que están pensando sus hijos. Durante el desayuno —que fueron panqueques azules— ella no deja de mirar a Percy con extrañeza, sabiendo que algo le pasa.

—¿Todo está bien, Percy? —pregunta su madre. De inmediato Percy deja el tenedor en el plato, se coloca en pie sin dar explicaciones y se marcha al colegio. Esa es la razón por lo que ha llegado tan temprano a clases.

No quiere explicarle a su madre todos los problemas amorosos que está teniendo. Ella le cuestionará mil cosas y Percy no tiene ánimos para hablar. Solo desea que todos esos sentimientos desaparezcan, quizá así pueda enamorarse de Rachel y vivir una vida finalmente en paz y feliz.

Percy entra al colegio, viendo que tiene media hora libre antes de ir a clases. La primera persona en verlo es Zack. Ese día, su amigo lleva puesta una gorra de color verde cubriéndole el cabello azabache.

—Hola, Luigi —salude Percy con una sonrisa, no pudiendo evitar el chiste.

Zack rueda los ojos pero tiene una sonrisa dibujada en los labios.

—Ja, ja. Muy gracioso —dice él con sarcasmo—. ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano?

—Quiero probar cosas nuevas —dice Percy, no atreviéndose a confesar la verdad. Zack se burlaría de él—. ¿Qué haces tú aquí tan temprano? —Hasta donde él sabe, Zack entra mucho más tarde que él a clases.

—Iba a encontrarme con una amiga, pero ella no ha venido. Iré a casa.

—Señor Jackson —la imponente voz del director Bloom se abre paso entre tantas otras conversaciones. Percy se voltea para mirar al opulento director que se acerca a él por el pasillo—. ¿Ha visto a la señorita Chase? Les he cambiado el castigo. Los quiero en cinco minutos en el aula quince, ¿quedó claro? —Antes de que Percy pueda abrir la boca, el director se aleja por donde vino.

—Será mejor que busque a Annabeth para no tentar la ira de ese luchador libre —dice Percy, mirando a sus lados y pensando en dónde podrá encontrar a la listilla.

—No debe estar lejos de la biblioteca —dice Zack leyendo sus pensamientos—. Ten mi gorra de Luigi. Tal vez te de suerte con Annabeth y logres aguantarla —dice con un guiño.

Zack se quita la gorra verde y se la pasa a Percy. Él suspira y la guarda en su mochila, dirigiéndose a la biblioteca para ver si encuentra a Annabeth ahí. Al final, no es necesario entrar. La ve fuera de la biblioteca, luciendo bastante seria y hasta un poco irritada. Percy se fija que ese día se ha vestido mucho más bonita que las veces anteriores. ¿Será que va a una cita? Ese pensamiento hace enojar a Percy y cuando llega a su lado no puede evitar que la voz le salga llena de veneno.

—Chase.

Annabeth se gira con enojo a mirar a Percy.

—¿Que quieres, Jackson? —pregunta con brusquedad.

—El director me ha dicho que te avise que tenemos que ir ahora mismo al aula quince.

—¿A qué? —cuestiona ella.

—¿A qué crees? —Su voz sigue sonando enojada—. ¿A jugar ajedrez? Recuerda que tenemos un castigo, listilla.

—Me acuerdo, pero se supone que es al final de clases.

—Hubo un cambio de planes, ya verás si vienes o no. —Percy se da media vuelta y comienza a caminar al aula 15, cerrando los ojos un segundo para controlar su repentino arrebato. No tiene sentido enfurecerse sin siquiera saber si sus teorías son ciertas. Annabeth pudo haber ido con ese lindo vestido floreado para cambiar de estilo y no por una cita... ¿cierto?

Te quiero (Como te odio, Percy #1.5) ✔Where stories live. Discover now