A continuación les presentaremos la última de las siete maravillas del mundo antiguo: la estatua de Zeus.
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Se trata de una escultura gigante que fue erigida en el siglo V d.C., aunque algunos historiadores suponen que pudo ser varios años antes. Realmente, lo poco que se sabe de esta es gracias a historiadores y representaciones en monedas griegas. Se dice que la estatua era de marfil, piedras preciosas y oro macizo. En ella se podía apreciar al dios Zeus, sentado sobre un trono resplandeciente, con el torso desnudo y un manto cubriendo sus piernas.
Las representaciones más fieles de esta estatua pueden ser vistas en medallones conmemorativos del pasado, en la que yace retratada esta estatua.
Poco más se sabe de esta, puesto que al poco tiempo fue destruida. Se dice que Calígula la intentó trasladar a Roma para cortarle la cabeza y reemplazarla por la suya, pero fracasó debido a una supuesta aparición de Zeus.
Al final, la estatua fue trasladada al palacio de Lauso en Constantinopla donde, años después, perecería durante un incendio.
