Capítulo 18

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La vista de Odalia y Alador Blight congeló su sangre hasta la médula. A menos de diez metros de distancia, ambos brujos se encontraban de pie, observándolas con una expresión severa y acusadora.

Su piel se erizó de una manera desagradable y un escalofrío recorrió su espalda. ¿Tan poco había durado su felicidad?

Durante todo este tiempo, existía la posibilidad de que las cosas terminaran mal. Pero nunca, ni en sus pensamientos más pesimistas esta escena se hacía realidad. El segundo exacto en que una sonrisa se formó en los labios de los Blight, fue más tenebroso que cualquier escena de película de terror.

Un fuerte apretón en su mano, fue lo único que la distrajo y la trajo de regreso al mundo real. Un susurrado "Luz", la hizo voltear la cabeza. Amity parecía claramente conmocionada, pero a diferencia de ella su expresión era más de molestia que de miedo.

Quería decir algo, pero el susto la había dejado sin poder pronunciar palabra alguna. No pasó ni un minuto, cuando el sonido de unas burlescas y conocidas risas, comenzaron a resonar a su espalda. Volvió la vista rápidamente, buscando a los padres de Amity, pero ambos se habían esfumado del lugar. En cambio, dos conocidas cabezas de cabellos verdes, las observaban con risa en la cara.

"Oh por el titán, hubieran visto sus caras. ¡No tienen precio!" se burló Edric, mientras limpiaba las pequeñas lágrimas que se habían formado en la comisura de sus ojos. Emira y Edric, estaban de pronto de pie junto a ellas, apareciendo prácticamente de la nada. Los dos parecían estar disfrutando al máximo de toda la escena. ¿Qué era todo esto?

Aún confundida, tardó unos segundos en darse cuenta de que todo había sido una trampa, una ilusión creada por los gemelos para asustarlas. El miedo que sintió hace unos instantes se desvaneció, dando paso a un sentimiento mucho más desagradable.

"No puedo creer lo que acaban de hacer" dijo Amity con voz estrangulada, inclinándose para recoger al señor nutria de la acera, apretándolo con tanta fuerza, que el pobre peluche parecía estar a punto de estallar. "¡Esto fue demasiado lejos! ¡Son unos idiotas!"

"Tranquila hermanita, tómalo con calma, solo fue una pequeña broma" dijo Emira con voz tranquila, intentando bajarle el peso a la situación.

Amity parecía esforzarse con todas sus fuerzas por mantener la compostura, su cara estalló en un color rojo, estaba enfurecida y sus manos parecían a punto de desgarrar cualquier cosa que tuviera por delante. "¡Están locos! ¡No pueden venir acá y hacer magia como si nada! ¡Qué demonios estaban pensando!"

Si bien no estaban, exactamente afuera de su casa, si estaban a unos pocos metros. Y entendía completamente el enfado de su novia, pero lo que menos necesitaba ahora era que algún chismoso saliera a ver. De todos modos, miró alrededor asegurándose que nadie estuviera cerca.

"Mittens, tienes que respirar, recuerda, inhala y exhala, no pierdas el control" Emira hacía movimientos de respiración, ignorando completamente lo que Amity les había gritado.

"¡Cállate! ¡Casi nos matan del susto! ¡Me las van a pagar!" amenazó Amity, quien se veía cada vez más alterada. Luz abrió la boca para preguntar qué demonios estaba pasando, pero fue muy tarde, Amity se acercaba con garras y dientes hacia sus hermanos.

Y aunque los gemelos se lo merecían, no podía permitir que las cosas se salieran de control. Alcanzó una de las manos de Amity y la apretó con fuerza, impidiéndole avanzar. Amity reaccionó, su mirada furiosa se suavizó por un momento. Quizá la urgencia en sus propios ojos hizo que se detuviera.

"Tranquila, eso fue horrible, pero estoy tan aliviada de que solo fuese una ilusión" dijo intentando ver el lado bueno de todo esto. Amity suspiro pesadamente "Arruinaron todo, son unos estúpidos."

Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora