Capítulo 3

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En su escritorio la esperaba una hoja de papel blanca, doblada y decorada de forma infantil con todo tipo pegatinas coloridas de animales tiernos y corazones.

Amity tomó la carta entre sus manos y la abrió con impaciencia. Leer las cartas que le enviaba Luz era el momento más feliz de su semana. Se sentó en alféizar de su ventana, como tantas veces lo había hecho, podría decir que era su espacio seguro, ese pequeño lugar se sentía protegida y al mismo tiempo cerca de la libertad.

Tomó el papel entre sus manos y segundos después sus lágrimas comenzaron a caer sin contención. Toda la felicidad que podría haber sentido se derrumbó en ese instante.

Mi corazón sufre demasiado al no saber de ti. Desearía tanto que esto no terminara así.

Su corazón sufría de la misma manera.

No puedo pedirte que me esperes, se que eso es egoísta, tampoco espero que respondas, por que se que no lo harás, solo te pido que por favor no me olvides.

No, no podía perderla. No otra vez.

Los recuerdos de hace casi un año atrás atacaron con dolor su memoria. Regreso al día en que sus padres se enteraron de su enamoramiento por Luz, una humana. Por más que trató de ocultar su relación, fue imposible esconderse en un lugar donde sus padres tenían ojos por todos lados. Sus hermanos, Emira y Edric habían hecho todo lo posible por tratar de apoyarla, pero a pesar de ello, todo salió de la peor manera.

La primera cosa obvia que hicieron sus padres fue prohibirle cualquier contacto con Luz. Estuvo una semana sin poder salir de su habitación, pero pudo aguantarlo, porque podía ver a Luz en la academia. Sin embargo sus padres no eran tontos, y solicitaron la expulsión inmediata de Luz de la academia Hexside. Para sorpresa de todos el director Bump había negado la solicitud, lo que aumentó la rabia de sus padres, quienes desesperados llegaron hasta el emperador Belos a solicitar la expulsión de los humanos de las Islas Hirvientes.

Amity sabía que sus padres tenían el suficiente poder y confianza con el emperador para lograr eso, y así lo hicieron. De un día para otro la prohibición de humanos comenzó a regir, y Luz fue perseguida sin descanso. La única solución para evitar que Luz sufriera algún daño, fue devolverla de vuelta a su mundo humano.

Ella nunca pudo decir la verdad a nadie. Fue una completa cobarde que arruinó todo, era una bruja joven y débil, que no tenía el poder suficiente para detenerlos. Le dolía el corazón pensar que por su culpa Luz nunca podría regresar, le dolía aún más saber que destruyó el mayor sueño de la persona a la que más amaba.

Luz nunca podría convertirse en una bruja, y todo era su culpa.

La impotencia que sentía era tan grande, que semanas después cuando llegó la primera carta de Luz, no había encontrado las palabras para responder. No tenía idea que decir, Luz le pedía encarecidamente que la perdonara por irse, cuando la verdad era que ella jamás había cometido algún error. Todo lo ocurrido era su responsabilidad.

Pensó que con el tiempo tendría las agallas para decirle a Luz la verdad, escribió cientos de cartas, que nunca envío. Nunca encontró las palabras correctas para expresar lo que sentía. Pasaron, días, semanas y meses, hasta que simplemente se rindió.

Se cobijó en la cotidianidad de sus días, volvió a su antiguo enfoque de convertirse en la mejor bruja de todas, estudiar era lo único que la mantenía cuerda. Su nuevo sueño era aprender todo lo posible para lograr traer a Luz de vuelta.

Llegaría a ser tan poderosa, que se libraría del control de sus padres. Tendría tanta fuerza que lograría desafiar a todos los que se imponían contra los humanos.

El mayor problema era que estaba tardando demasiado tiempo. La llegada de la última carta de Luz se lo había confirmado. El tiempo se había agotado, y sus esfuerzos no habían sido suficientes.

Pero no podía dejarla ir, no tan fácilmente. Y aunque fuera egoísta de su parte, necesitaba ver a Luz, necesitaba saber si estaba bien, si era feliz. Y si así era, ella intentaría seguir adelante con su vida, por mucho que doliera.

Pensó en lo fácil que hubiese sido alcanzar a Luz con la ayuda de la dama Búho, pero lamentablemente desde la partida de Luz ella había desaparecido. Algunos decían que finalmente había sido capturada para siempre, otros pocos contaban que la habían visto por muchos lugares alrededor de las Islas Hirvientes, sin embargo ni ella, ni sus amigos la habían vuelto a ver.

Amity recordó la vez que trató de seguir a Owlbert luego de que este le hubiese dejado una carta de Luz. Corrió rápidamente tras él, sin embargo no era lo suficientemente rápida, ni mucho menos sigilosa. El búho la descubrió rápidamente que era seguido y cambiaba su ruta hacia el bosque, donde se perdía entre los enormes y altos árboles. Ella intentó perseguirlo tres veces más, fallando vergonzosamente cada vez. Luego de la última vez donde terminó con una fea herida tras tropezarse con la rama de un árbol, el búho no se apareció más.

Extrañamente las cartas continuaban llegando a su escritorio. Nunca supo como, hubo días en los que se pasaba horas mirando fijamente su escritorio, tratando de descubrir algo, sin embargo era solo una perdida de tiempo, y pronto llegó a la conclusión de que era algún tipo de magia que ella desconocía.

No le dio más vueltas al asunto, comprendió finalmente el mensaje, la Dama Búho no la ayudaría, por lo que todo quedaba en sus manos. A pesar de esto, en su interior tenía la pequeña esperanza de que Eda trabajaba intensamente para traer de vuelta a Luz. Después de todo ella era la bruja más poderosa de las Islas Hirvientes, y a pesar de que no pudo hacer mucho para evitar su expulsión, Amity confiaba en que la bruja estaba planeando algo. Pensar eso le daba un poco de tranquilidad.

Amity conocía su potencial y tenia certeza en que podía ser igual de capaz que ella, con ese pensamiento continuó esforzándose en sus estudios, sabía que algún día sería lo suficientemente capaz de traer a Luz de regreso.

Llevaba casi un año aprendiendo lo necesario, y aunque todavía necesitaba perfeccionar algunas cosas, la carta le había dado el golpe de acción que necesitaba para actuar. Y si no podía traer a Luz de vuelta, ella iría hacia Luz, a todo costo.

Bajo del alféizar de su ventana, secando con el dorso de su mano las últimas lágrimas que cubrían su rostro.Sintió de pronto como su cuerpo se sentía lleno de energía y entusiasmo, guardó la última carta de Luz entre sus ropas. Y comenzó de inmediato a preparar un plan, utilizaría todo lo que había aprendido durante los últimos meses para lograr ir al mundo humano.

 Al asimilar que volvería a ver a Luz otra vez una gran sonrisa se marcó en su rostro y su corazón se sintió automáticamente más cálido.



***

Muchas gracias a todos los que leyeron, votaron y comentaron la historia! 

Este capitulo era mas largo pero decidí dividirlo en dos, así que espero actualizar pronto...

Gracias por leer <3

Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)Where stories live. Discover now