Capítulo 15

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Cruzo el portal con los ojos cerrados, esperando lo peor. Su estómago estaba apretado y su respiración agitada. No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado en el mundo humano, pero estaba segura de que era más que suficiente para que sus padres sospecharan de su desaparición.

Sintió como el portal se cerraba atrás de ella. Abrió los ojos con temor, imaginándose todas las cosas que podrían suceder si era atrapada ahora mismo.

Para su sorpresa, el cuarto estaba completamente vacío, tal y como lo había dejado antes de salir.

La sensación de alivio inundo su cuerpo, estaba tan feliz que casi deja escapar un grito de festejo. Miro el reloj en la pared, había pasado casi dos horas en el mundo humano.

Le pareció raro que sus padres no la estuviesen vigilando constantemente. Hace algunos meses solo la dejaban en paz cuando estaba en Hexside o cuando ya era hora de dormir. Probablemente sus padres pensaban que ya se había dado por vencida en todo lo que respectaba a la humana, y eso estaba bien, mientras no se entrometieran más en su vida.

Sabía que le quedaban un par de años para seguir bajo las condiciones de sus padres. Ansiaba tanto tener un poco de libertad. Quería sentir el control de su vida en sus propias manos, quería vivir sin importar lo que otros dijeran sobre ella, quería ser una bruja libre, viajar y tener aventuras.

Pero principalmente quería amar a quien ella quisiese.

Miro el libro de Azura, el cual todavía afirmaba con fuerza entre sus manos. De pronto, todos los recuerdos de las últimas horas inundaron su cabeza.

Se sentía como un sueño. No podía creer que todo hubiese salido tan bien. No podía tener tanta suerte, no después de todo lo que hizo.

Todo lo que había pasado era demasiado abrumador. En un principio había sentido tanto miedo de ser descubierta, que cuanto Luz la atrapo, le fue casi imposible mantener la calma.

Todas las emociones que reprimió durante tanto tiempo salieron sin control. Lo único que podía pensar en ese momento era que Luz la odiaría por el resto de su vida. El solo pensar en eso, hizo que el pánico inundara su cabeza. Estuvo minutos sin poder pensar en nada coherente.

Sin embargo allí estaba Luz, tomándola entre sus cálidos brazos, acariciando su cabello y conteniéndola de la manera más tierna posible. Ese abrazo se había sentido como el cielo, como si hubiese estado perdida durante un año completo y recién hubiese encontrado el camino a casa.

Luz había dicho que estaba feliz de verla, y ella estaba, tan pero tan feliz de escuchar esas palabras. Su corazón había latido tan fuerte que pensaba que en cualquier momento se saldría de su pecho. Su estómago se había llenado de sensaciones extrañas pero reconfortantes.

Luego de ese momento tan hermoso, había venido el necesario desahogo de Luz. El cual sin duda dolió, principalmente, por que todo el sufrimiento de Luz había sido a causa de ella y de su estúpida cobardía.

Lo arreglaría, de eso estaba completamente segura. Haría todo en su poder para que Luz volviera a confiar en ella. Todo lo posible para que Luz estuviese segura de su amor. Se esforzaría cada día en eliminar las inseguridades que había causado en su corazón.

Mañana volvería a verla y no dejaría que absolutamente nada arruinase su felicidad. Necesitaban recuperar todo el tiempo perdido.

El recuerdo del beso inundo su mente, toco sus labios recordando la suavidad y dulzura de los labios de Luz. Todo había sido tan inesperado y tan perfecto, jamás pensó que Luz tomaría la iniciativa. Necesitaba besarla otra vez y otra vez...

Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora