Capítulo 22

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—Luego de eso, no tenía idea de qué hacer, estaba tan frustrada. Lo único que tenía claro, era que no permitiría que nadie te hiciera daño.

La explicación de Eda termina y Luz no es capaz de asimilar todo lo que acaba de escuchar. Siente cómo las lágrimas comienzan a brotar de sus ojos. No es posible que Amity pueda tener una madre así.

—¿Mi niña, estás bien? —pregunta su madre preocupada

Y no, no está bien. La tristeza es desplazada por la ira. Lo siente en sus manos y sus piernas. Nunca había sentido tantas ganas de golpear algo vivo con sus propias manos, hasta ahora.

—Ese mismo día te enseñé el pergamino, pero ¿Recuerdas lo que dijiste?

—No quiero regresar.

Su cabeza ahora, bombardeaba con recuerdos de sus últimos días en las Islas Hirvientes. Ahora era fácil reconocer los momentos en los que algo salía demasiado mal para ser verdad. También, recuerda con exactitud la historia que Eda había inventado sobre el pergamino. Una historia demasiado increíble, sobre un robo que parecía digno de película.

Ahora sabía que todo había sido una mentira.

Pero lo que no era falso, fue que todas las veces que Eda intentó convencerla, ella se negó.

—Y fue imposible convencerte hasta que...

—Hasta que me enseñaste la fotografía de mamá.

—Y ese día, ya era muy tarde. Habían pasado dos semanas desde la amenaza de Odalia, y sabíamos que cualquier cosa podía pasar.

***

—Ya tengo la muestra de su sangre —explicó Eda, mostrando un pequeño vial con un mosquito revoloteando en su interior—. No sintió nada, que suerte que tiene el sueño profundo.

—Supongo que hacer eso fue más fácil que convencerla —comenta Lilith, tomando un sorbo de su humeante taza—. Pensé que nunca conocería a alguien más terca que tú.

—No me culpes a mí, la niña ya venía así cuando la encontré. Supongo que debió heredar todo el carácter de su madre

—Su madre... —exclama Lilith golpeando la mesa con la mano— ¡Eso es una grandiosa idea, Eda! ¿Qué pasa si le hacemos creer que su madre corre peligro?

—¡Que! ¿No tienes una idea menos macabra?

—Odalia dijo que la duración del portal depende de la sangre que usemos. Estoy segura de que ese mosquito tiene más que unas cuantas gotas. En ese tiempo puedes ir y venir las veces que quieras.

—¿En qué estás pensando?

—Puedes ir a la casa de Luz, tomar cualquier cosa que pertenezca a su madre y traerla de regreso a las Islas.

Eda inclina su cabeza, intentando infructuosamente comprender la idea de su hermana.

—¿Y luego que? —pregunta sin llegar a una conclusión.

—Luego le enseñamos a Luz, lo que sea que consigas, e inventamos que el emperador puso un precio a la cabeza de su madre —explica Lilith como si nada—. Luz estará tan aterrada que no dudara en regresar a su mundo.

—¡No puedo creerlo! ¿Dónde aprendiste a ser tan mala?

—¡Cállate Edalyn! Estoy segura de que no tienes una idea mejor.

—Podría decirle toda la verdad.

—¿Estás hablando en serio? Las dos sabemos que la niña tiene un gran complejo de heroína, si se entera de quién está detrás de esto ¿Qué piensas que hará? ¿Crees que se quedara sentada sin hacer nada?

Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)Where stories live. Discover now