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10 años
Galletas de Chocolate

Mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda rosa y un sombrero con plumas que yo utilizaba para jugar a disfrazarme de indio nativo cuando Lia, Minho y BangChan venían a jugar a casa. Si mi mamá se enteraba sería niño muerto.

Nos dijo que se iría cuando llegara la nueva niñera. La anterior fue una anciana de cabellos grises que no hacía más que apretarme las mejillas cuando rompía cosas o desobedecia ordenes. Acostumbraba a portarme mal y ser muy entrometido, la niñera no soportaba mi manera de ser.

Como ella vivía aquí, en una habitación al lado de las nuestras por si se nos antojaba algo por las noches, era insoportable. Controlaba cada minuto de nuestras vidas hasta que un día murió.

Papá nos dijo que se fué a hacer un viaje para visitar a las hadas que vivían en Perú. Yeji se lo creyó y le escribió una carta que mamá prometió enviársela. Hyunjin y yo sabíamos la verdad, la mujer ya había pasado a la otra vida y por lo que escuché hablar a las cocineras, fue de un ataque cardíaco.

Como era demasiado pequeño para medir la gravedad de una muerte, solo me alegré por no tener que soportarla más. Era más parecida a una bruja que a una amiga de las hadas.

Comenzó a caer una suave lluvia que hacía que un dulzón olor a tierra y flores se mezclara y entrara por las ventanas. Las sirvientas las cerraron para que no se mojaran los marcos y porque mamá se volvió loca al pensar en la humedad y en lo esponjoso que se pondría su cabello.

Cuando ella subió corriendo las escaleras para darse un retoque de último minuto sonó el timbre retumbando por toda la casa. YeonMin, el "mayordomo", se apresuró con su paso de pingüino a abrir la puerta. Un viento se coló hacia dentro e hizo que estornudara, nos habían vestido para la ocasión con unos espantosos trajes de color verde agua y a Yeji un vestido del mismo color, nos formamos en fila por orden de estatura y nos quedamos quietos cuando la nueva niñera entró.

Era joven, me relajé en cuanto le vi el rostro. A su lado iba una niña de cabellos castaños y parecía ser más grande que Hyunjin, era alta(no más que Hyunjin) y vestía unos jeans con una chaqueta morada mojada por la lluvia. Supuse que sería su hija, no me gustó la idea de que viniera otro niño a vivir a mi casa.

-¿Aquí es? - preguntó la chica, masticando chicle. La niñera asintió y nos sonrió con amabilidad.

Yeji no se resistió y se apresuró a abrazarla, era una niña bastante encantadora que se encariñaba rápido con las personas. La niñera la levantó y la abrazó como si fuera su propia hija, tal vez no era tan mala, como la anciana.

-Tú debes ser Yeji la princesa de la casa, me han contado mucho sobre ti -le dijo ella. Yeji abrió mucho los ojos sin caber la felicidad, se llevarían muy bien.

-¿Quién es ese niño? - preguntó mi hermana de repente.

Apuntaba detrás de la niñera y la impaciencia hizo que se moviera entre los brazos de ella. La niñera la dejó en el suelo y se movió unos centímetros para dejar al descubierto a un niño de mediana estatura como la mía, con el cabello un poco rizado pero a la vez liso y color negro, con mejillas rojas y los ojos hinchados. Se notaba que había estado llorando, se notaba a kilómetros.

-Es mi hijo, Felix. Él espera ser tu amigo- le respondió ella. Yeji se acercó al niño y lo abrazó, pero él la empujó e hizo que calera al suelo.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Where stories live. Discover now