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Minho y BangChan no dejaban de fastidiarme

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Minho y BangChan no dejaban de fastidiarme. De un día para otro les habría entrado en la cabeza la odiosa idea del primer beso. Era repugnante, yo seguía creyendo de que eso solo era un método para traspasarse baba.

BangChan nos había confesado que un chico de la escuela le pidió un beso y que él se lo había dado independiente que ambos fueran hombres. A la semana llegó Minho diciendo que consiguió que una niña lo besara, pero también dijo, que no le agradó en lo absoluto. Y ahora esperaban mi turno. Mis labios estaban sellados, no besaría a nadie. No estaba dispuesto a correr ese riesgo, podría contagiarme de alguna enfermedad, besarse era muy peligroso.

—Vamos, no tiene nada de malo. Es la mejor sensación del mundo, son miles de mariposas en tu estómago... — argumentó BangChan mientras comíamos helado en la terraza de mi casa.

—Además te tiemblan las rodillas — argumentó nuevamente BangChan, a lo que Minho y yo pusimos cara de asco.

—No, gracias. Paso. Y aunque quisiera, jamás lograría que alguien me besara, soy Changbin el descerebrado, Changbin el torpe, Changbin el inútil... — Podría seguir nombrado los apodos que me ponían mis compañeros, pero no quería amargarme la tarde recordando lo cruel que podían ser los niños y niñas. Hyunjin me decía que no les prestará atención, que nuestro padre era el jefe de ellos y que si me apetecía podía hacer lo que quisiera.

Hyunjin se estaba transformando en un chico malvado con el correr de los años.

—Bueno, entonces con una niña que no vaya a nuestra escuela — me dijo BangChan y algo se encendió en su mirada. Noté que Minho estaba con el mismo rostro cómplice, se miraron y sonrieron.

—Y que esté cerca, que no te conozca y que se muera por ti. ¿Se te ocurre alguien Channie? — preguntó Minho. Me estaba asustando, sonreían de una manera amenazadora.

—Sea quién sea, no lo haré. Solo tengo doce años, quiero vivir mi infancia sin enredos amorosos.

—¡Seo! Es normal — exclamó BangChan. Que insistentes eran mis amigos.

—¡No lo haré! — les grité — No besaré a nadie.

—Bien, si esa es tu decisión — Minho se cruzó de brazos y miró de soslayo a BangChan, quien hizo lo mismo y se pusieron de pie — No beses a una chica, no te podemos obligar. Pero... nunca mencionaste algo sobre si un niño te besara...

—¡No, no, no, no! — les espeté. Los corrí de mi casa y les dije con seriedad que me hablaran cuando pensaran racionalmente.

A la mañana siguiente, me encontré en el desayuno con Felix. Desde que se cambió de escuela se había vuelto más esquivo. Intenté hablarle y decirle que haría sufrir a Lisa, pero él parecía estar en otro mundo, así que desistí y en semanas las cosas quedaron como antes.

Saludé a Tzuyu, que me preparaba un tazón con cereales y un pancito, y le dediqué una fría mirada a Felix como buenos días. Sin embargo, a diferencia de otros días, él no se levantó de la silla y dejó su comida a medio terminar, sino que se quedó allí con la mirada perdida observando su cuchara.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Where stories live. Discover now