V.

30 4 2
                                    

Tomé la taza de café mientras veía como Ronnie caminaba hasta mí. A la mañana siguiente de la fiesta había recibido su mensaje donde me pedía desesperadamente vernos, y así fue.

—Buenos días —dije antes de que se hubiese sentado en la mesa y ni siquiera me contestó, llevando las manos a su pelo y retirándolo hacia atrás para sujetar todo ese pelo rubio en una coleta.

—¿Qué estoy haciendo, Madds? —fueron sus primeras palabras cuando finalmente tomó asiento y retiré un poco la taza para prestarle toda mi atención. Me encogí de hombros.

—No lo sé, dímelo tú. —Ladeé la cabeza y los ojos de Ronnie ni siquiera podían ponerse sobre los míos.

—Volvimos a acostarnos ayer. —Finalmente me miró.

—Me lo imaginé.

—¿Por qué?

—¿Por qué? —repetí—, toda la casa os vio, Harry me lo dijo y Dean también. —Ronnie bufó volviendo a retirarse e pelo de la cara.

—Maldita sea, M. Supuestamente nos besamos en la fiesta de Macclesfield pero yo no lo recordaba, ahí tenía un pase, ¿pero ayer? Era consciente a pesar de todo el alcohol que llevaba en vena, y aún así lo hice.

—¿Al menos fue bien? —quise saber y enarcó una ceja.

—El mejor sexo de mi vida. —Encerró la cara en sus manos frustrada y avergonzada. —Todo empezó con el reprochándome que había estado con otro tío toda la noche, le reproché que él había estado con otra chica y lo siguiente que recuerdo es estar en los asientos de su coche. —No pude evitar reír ante la situación, no porque aquello fuese algo gracioso sino por lo surrealista. —Pero no quiero esto, ¿reprocharnos estar con otras personas, Madds? Cameron y yo hemos sido mejores amigos desde que teníamos seis años, vamos a cargarnos nuestra amistad y el grupo.

—¿Por qué no paras de darle tantas vueltas a las cosas? ¿Tú cómo te sientes?

—Pues tengo resaca y me volví a follar a Cameron, ¿cómo quieres que me sienta? —Conocía suficiente a Ronnie como para saber que esa era la respuesta que iba a darme. Reí por lo bajo y empujó su hombro contra el mío. —Oh, vamos, Madds.

—¿Qué? Deja de auto sabotearte, deja de anteponerte a las cosas, simplemente déjate llevar, ¿crees que estás en la edad de quedarte con las ganas?

—Estoy en la edad de saber que esto no va a traer nada bueno.

—Entonces sigue engañándote, porque al final que te reprimas así, va a ser lo que haga todo más catastrófico.

—¿Me estás diciendo que de una manera o la otra esto va a acabar mal? —Me encogí de hombros.

—Sí, pero al menos en una de tus opciones tienes el mejor sexo de tu vida. —La cité y ahora sí, Ronnie rio ante mi comentario.

—¿Cómo estás tú?

—Sin resaca y sin haber tenido sexo, entiendo que en la misma posición que tú. —Reí.—Ayer simplemente... No debería haber salido.

—¿Por qué dices eso?

—Porque Matt estaba en su casa con su madre enferma y yo en una fiesta, Ronnie, ¿en qué clase de novia me convierte eso?

—¿Iba a cambiar algo que tú te quedases en casa, Madds? Te ofreciste a quedarte con él, te dijo que no, ¿qué pretendías hacer? —Suspiré pero no respondí —¿Cómo está el hoy?

—No lo sé, aún no he podido hablar con él, entiendo que seguirán en el hospital.

—Entiendo que también necesitará su espacio en muchas ocasiones. —Asentí. La conversación con Harry vino a mi mente y, por un momento, pensé en contársela a Ronnie, pero sabía que solo crearía un enfado en Ronnie que acusaría a Harry de intentar ir detrás de hasta sus amigas, y fortalecería más su opinión sobre la mujeriego que era Harry, por mucha razón que tuviese.

el disco de oasis. ||حيث تعيش القصص. اكتشف الآن