Capítulo 3.

141 4 0
                                    

—¡Milo, suelta eso!— Lo perseguía por toda la casa mientras él llevaba en su lindo hocico ropa que había sacado de mi armario.

Ultimamente me había dado cuenta que mi día comenzaba con Milo en primer plano haciendo algo fastidioso.

—¡Como vuelvas a hacerlo te cambio por un gato!— Le decía mientras sujetaba mi ropa, él se sento cabizbaja. Oh no, sabe que eso me hace perdonarlo.— Sabés que no es cierto, no podría hacerlo. Eres el mejor cachorro.— Le acariciaba su cabecita.

—¡Deja de malcriarlo, Jane!— Reprochaba mi tía desde la cocina.

—¡Yo no lo malcrío! — Me defendí.

Mi móvil sonó, sin ver quién era atendí ya que, seguramente, era mamá.

—Hola mamá, he comido bien. He dormido bien y..

—Creo que te has equivocado.— Reía una voz femenina ligeramente.

— Lo..lo siento ¿Layne?— Pregunté.

— Así es preciosa, ¿Vienes?

Oh, no.

Lo has olvidado ¿Verdad?

Bingo.

¿Jane? ¡Lo has olvidado!— Sonaba indignada.

—¡Claro que no! Eh..estaba viendo..eh..¡Que ponerme!

Mentira.

— Vale, vale. En diez minutos iran a buscarte.

—¿Quien..?

Colgó.

Aparecí en la cocina, mi tía hacía jugo con algunas naranjas.

—¿Ocurre algo, cielo?

—Em..yo..ire con una amiga y sus amigos a la playa. — No se por qué estaba tan nerviosa.— No volveré tarde.— Me apresuré a decir.

— Claro cielo, yo haré algunas cosas de trabajo en casa. Pasátelo bien.— Sonrío y desapareció por la entrada de la cocina.

Vale, a vestirme.

Cinco minutos más tarde estoy parada en la entrada esperando.

No sé si os he mencionado pero odio el verano, el calor y todo lo que traiga esa estación. ¡Ni siquiera la ropa es cómoda! todo es malditamente pesado.

Un coche azul algo pequeño estaciona frente a mi. Rapidámente me di la vuelta y salude a Milo acariciando su cabecita, él langueteo mi mano en señal de despedida y entró a la casa.

Vale, lo de viajar con desconocidos se estaba haciendo costumbre.

En el momento que subo al coche veo un chico de tez morena, ojos marrones y con rulos sonriendo.

—Hola, soy..

—No hace falta, Layne ha hablado de ti desde la exposición de fotografía.— Decía divertido.— Yo soy Tayler.

—Oh, un gusto Tayler.— Sonreí.

— Igualmente, Jane.

—¿Donde iremos? Creí que Layne ha dicho la playa.— Curioseaba.

— Iremos a la playa, pero una parte algo alejada donde siempre hay olas.— Explicó.

—Oh, ¿Aquí a todos os gusta surfear?—Pregunté.

—A la gran mayoría, en nuestro grupo nos gusta a todos.

— ¿No os molesta que Layne me haya invitado?— Pregunté directamente.

Noches de veranoWhere stories live. Discover now