Capitulo 8.

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Ya era de noche, Milo no había bajado en todo el día como si estuviera haciéndonos la ley del hielo y mi tía hizo comida como para un ejercito. Estaba bajando las escaleras junto a Milo cuando escuche que tocaron la puerta, mi tía salió disparada a abrir.

No sabía que estaba esperando visitas, Milo salió corriendo a ver quién era; creo que reconoció el olor de la persona. Escuche voces cuando estaba llegando a la entrada principal, demasiado familiares esas voces.

—¡Pequeño Milo!— sonreía Jay mientras Milo le saltaba alegremente.

¿Que..?

¿Por qué había venido?

Y no estaba solo, oh no. Layne y los demás estaban con él.

Levanto su vista y me observó ahí, de pie confundida y en pijama.

Sonreí cuando se quedo observandome.

—Hola, chica sonrisa.

Me puse roja sin saber muy bien porque.

—Hola, uber desconocido.

Tenía una pequeña caja entre sus brazos, no sabía muy bien que era.

Los demás nos observaban con sonrisitas. Reaccione y me acerque a Layne quién me abrazó tan fuerte que casi no podía respirar, me recordaba a mamá.

Keira y Axel estaban peleando, como de costumbre asi que les aprete las mejillas como dos niños. Se quejaron pero luego me sonrieron y siguieron peleando. Luego me acerque a Tay.

Me desordeno el cabello, asi que lo mire con mala cara haciendo que riera.

Suspiro mirando como discutían Keira y Axel.

—Paréceis dos críos.— dijo con cara de desaprobación.

La caja en brazos de Jay comenzó a moverse y lo mire asustada.

—Ven aquí— me llamo Jay.

Me acerque y vi dos pequeñas patitas saliendo de allí.

¡ERA UNA CACHORRITA!

Pero no era un cachorrita cualquiera, oh no, era de la misma raza que mi Vanesa.

Sus pequeñas orejitas colgaban a los costados de su hocico, era tan pequeñita y hermosa.

La saque de la caja y nos observamos ambas, sonreí cuando me comenzó a dar besos por todo el rostro.

No podía reaccionar de la emoción.

—La pequeña compañerita de Milo apartir de hoy, asi no se sentirá solo nunca más— sonrió Jay.

—Oh querido, no tenías que molestarte— mi tía soltó una lagrima de emoción.

Milo se hizo presente y comenzó a olfatearnos a todos, buscando ese aroma desconocido.

Mire a la cachorrita y supe que era el momento para que se conozcan, la baje a la altura de Milo y él se acerco. Su primer instinto fue olerla, luego observarla con su carita de costado.

La pequeñita se solto de mis manos y fue directo a saltar a Milo, quién solto un pequeño gruñido observandola andar a su alrededor. Luego se encorvo hasta estar a la altura de ella y languetear su pequeño hocico.

Ambos se fueron jugando hacia la sala.

—Pasaos niños que ya voy a servir la comida— dijo alegremente mi tía guiando a todos hacía la mesa.

—¡Me moría de hambre!— grito Axel.

—¡Y yo!— lo acompaño Layne.

Todos se encaminaron hacia la cocina, mi tía me guiño viendo que Jay se detenía a mi lado.

—Gracias por esto, Jay.— le sonreí agradecida.

—¿Creíste que no vendría a ayudarte?— me observo sonriente.

 —¡Nunca he dicho eso!—me defendí.

—Pero lo pensaste, chica sonrisa— se acerco, remarcando su nuevo apodo.

—¿De veras me diras así siempre?— pregunte, divertida.

—Tal vez, sonríes mucho.

—Tú tambíen sonríes mucho— dije a la defensiva. Él estaba muuy cerca.

De verdad, muy.

—Tú me haces sonreír— solto, sonó tan tierno que él mismo se sorprendio de sus palabras.

—Deberíamos..deberíamos ir con los demás,¿no?— dije, algo nerviosa.

—¿Tienes nervios de estar a solas conmigo?— levanto una ceja, divertido.

—¡Jamás dije eso!

—Vamos, chica sonrisa.

Me sonrió y nos encaminamos ambos hacia la cocina, donde todos estaban ya cenando.

—Tardaron mucho,¿no creés,Axel?— Keira sonrió mirando a Axel, quién le hizo un gesto de que haga silencio.

—Tienes razón, Kei. Tardaron muuucho— le concedió Layne.

Tayler abrió mucho los ojos mirando a Layne, quién al instante se metió un trozo de pizza como si fuera la última porción del planeta.

La cena fue tranquila, hablamos de las exposiciones de mi tía y nos reímos de las bobadas de Axel.

Terminamos y decidimos todos ir a la sala a mirar una pelicula con Milo y la pequeña nueva integrante, que por cierto todos insistieron en que se llame Vanesa. En el fondo me emocionaba pero sabía que debía ponerle otro nombre, asi que le elegí..Maddy.

La pequeña Maddy y Milo se recostaron en la alfombra mirando atentamente la pelicula, Layne y Tay al otro extremo de la alfombra. Keira y Axel en los dos sillones de un cuerpo, mi tía se sentó en el extremo del sofá y Jay a mi lado en el centro.

La pelicula comenzó y todos estaban atentos, pero yo no podía concentrarme sintiendo a Jay tan cerca.

Me recoste en su hombro cuando nadie lo notaba, él se quedo quieto durante unos segundos y luego extendió su brazo abrazandome.

Estaba tan relajada que poco a poco fui cerrando los ojos, pero sentí un corto beso en la frente antes de cerrar los ojos del todo. Luego sentí algo cubriendome, tenía un olor que conocía solo de una persona;Jay.

Eso solo me relajo más y no sé en que momento caí rendida.

Luego de un rato, sentía que estaba recostada solo sobre el sofá y alcancé a escuchar una conversación;

—Gracias por venir, Bless. De veras aprecio mucho todo esto— dijo la que parecía ser la voz de mi tía

—No es nada, señora Cartem— dijo la que también parecía ser la voz de Jay.

—No, hablo de lo que haces por ella..realmente la veo bien cuando estas tú.

Hablaban casi susurrando

—Para serle sincero, ella es la que me hace bien a mí— respondió Jay con una voz casi tierna.

No alcancé a escuchar más, solo que se despedían agradeciéndose.

Mañana averiguaría bien, ahora solo quería seguir abrazando lo que fuera que estaba abrazando con ese aroma tan..suave.

Asi que abrace más fuerte lo que sea que fuese y fui cayendo en el sueño poco a poco.





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⏰ Last updated: Nov 26, 2023 ⏰

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Noches de veranoWhere stories live. Discover now