05.

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POV: Lily.

-Amiga perdona que te lo diga yo pero los vecinos dijeron que ayer llegaste en un coche super lujoso y subiste sin saludar a nadie ¿Ahora ya te metiste en las drogas? Dios mío, Liliana.

Clara, mi mejor amiga, ni siquiera saludó al llegar por la mañana a nuestro piso compartido y atibarrarme con preguntas.

-¿Quién era, eh? ¿Ahora estás de novia con un narco, o algo así?

-No me tienes ni una pizca de fé. -respondí.

-No, si yo te tengo fé, pero es que tus gustos en hombres dan mucho que desear.

Clara estaba mirándome sentada en el borde del colchón casi con la cara hecha un desastre por el maquillaje corrido. Sin embargo, estaba segura de que se veía mucho mejor que yo recién levantada.
Me levanté de la cama despacio y sin muchas ganas, observé el reloj y marcaban las 7 A.M. Casi se me salen los ojos de las órbitas.

-Dios mío, Clara, ¿de dónde llegas tan tarde?

-Querrás decir temprano, Liliana, son las siete -apuntó, alejándose de mi habitación para dirigirse a la cocina, en donde no podría verle la cara mientras me mentía-. Además, vengo de estudiar cálculo varias horas con Eddie.

Puse los ojos en blanco, era normal escuchar que pasara tanto tiempo con Eddie pero ¿Pasar la noche? Lo dudaba. Estaba cien por ciento segura de que se mandó una gira por toda Barcelona y apenas llegaba hasta ahora.

-Como digas, Clari, pero ni se te ocurra vomitar en mi cocina -la amenacé. Escuché una última risita de parte de Clara antes de meterme a la ducha.

La ducha logró despertarme lo suficiente como para darme cuenta que lo de ayer conociendo a Lionel Messi, no fue un puto sueño. Y casi sentí que iba desmayarme, porque al parecer era de esas chicas que sufren de reacciones tardías. ¿Pero cómo reaccionaría una persona normal después de lo que había vivido? ¿Lo buscaba en instagram? ¿Qué hacía? ¿Me volvía fanática del Barça de repente? ¡Qué hacía!

-Venga, tía, te hice el desayuno. De nada.

Clara dejó el comedor perfectamente servido con el desayuno cuando salí de la ducha. Si algo amaba de tener a Clara como compañera de piso era su increíble habilidad de salir de fiesta y regresar completamente intacta y al cien. Mientras yo cargaba energías en el gimnasio ella lo hacía yendo de fiesta. O algo así, además de ser una chica igual de obsesionada con el orden como yo.

-Gracias, Clari.

No me pude resistir a las tortillas de patata de Clara, y mucho menos al zumo de mi fruta favorita. Mientras desayunaba, Clara se llevaba a la boca unas magdalenas con su café con leche. Por un momento olvidé el incidente con ese jugador del Barça hasta que Clara abrió su bocota.

-Y bueno, ¿piensas decírmelo ya o esperar a que te saque el chisme a hostias?

Sabía a qué se refería, pero no estaba segura de poder contárselo sin que se me baje la presión.

-Tía, no quieres saberlo, de verdad.

Hacerme la misteriosa lo hacía aún más difícil.

-Sólo dilo, sí que quiero saber. -Clara dejó a un lado la comida para prestarme más atención.

¿Cómo iba explicarle algo así?

Oh, claro, nada extraño, Clari, simplemente que Lionel Messi el mejor jugador de tu club favorito (Porque Clara era una de esas fanáticas obsesivas del Barça) vino a traerme a casa en un Porsche y comimos un trozo de pizza juntos.

De verdad no quieres saberlo, ¿verdad?

-Es Balde -mentí a medias.

Clara alzó una ceja sin entender.

-Hasta donde yo sé, Alex no tiene un coche lujoso. ¿Siquiera tiene el carné de conducir?

Rodé los ojos, a Clara le caía mal Alejandro, y ya que estaba al tanto de que él odiaba que lo llamen Alex, lo hacía a posta.

-Sí que lo tiene, pero no era su coche, era de un amigo suyo de esos fifas.

-¡¿Del Barça?! ¡Ay dios mío, Liliana! ¿Por qué no invitas?

No debí mentir, lo había empeorado, ahora me lo recordaría toda la vida. Pero era mejor eso a que se entere de la verdad, vomitaría todas esas magdalenas de la impresión. Su lado fanática iba estallar.

-Como sea, no fue la gran cosa, ni hablamos de nada, me trajo a casa y se fue.

-¿Quién? -insistió. Deslizó la silla en donde estaba sentada hasta colocarlo justo pegada a mi lado. Se sentó y apoyó la barbilla sobre sus manos. Me sentí presionada por la manera en que sus ojos me miraban atentamente, incluso brillaban de la emoción.

Dios, mientras más mentía se hacia peor.

-No era un jugador de su equipo, era de la Masía.

-No te creo, ellos no tienen coches lujosos.

Comencé a sudar, y traté de disimularlo bebiendo un sorbo del zumo.

-No, si el coche no era suyo, era de... ¿Cómo se llamaba el brasilero ése?

-¡¿Raphinha?!

-Sí, ese, o eso creo... No lo sé, Clari, yo no conozco a los jugadores ¿Vale?

A mi amiga casi le brotan las lágrimas de envidia.

-No te creo nada, sí que los conoces, seguro no quieres contármelo porque me matarías de la envidia.

Reí nerviosa. La mentira no estaba funcionando con Clara.

-¡¿Qué dices?! No es así -otra risa nerviosa se me escapó y tuve que levantarme de la mesa para evadir sus ojitos intensos-. No quería decírtelo pero...

-¿Qué? -contraatacó ansiosa por escucharlo.

Conocí a Lionel Messi.

Dios, qué chorrada, sonaba imposible, se burlaría de mí.

-En realidad si sé su nombre, y sí es un jugador del Barça.

-No es Raphinha, ¿verdad?

-No -tragué saliva pensando en lo mala amiga que era mintiendo de esta forma, pero tal vez sólo así evitaría que hiciera más preguntas-. No, era Pedri.

Clara casi vomitó sus magdalenas pero no le hizo ni puta gracia. Joder, juré que no iba volver a mencionar su nombre en mi vida entera ni en la siguiente.

in the name of love ; Barça FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora