Doce.

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TW: Depresión - Suicidio.


Suni


Un golpeteo en la puerta me despertó del ensueño y me levanté casi de un salto de la cama en la que llevaba sentada desde hacía como seis horas. Caminé por la habitación del hotel y le abrí la puerta a un Marcus preocupado, detrás estaba Lizzie como sospechaba. Los había llamado para avisarles lo que había sucedido y, para mi sorpresa, me habían avisado que estaban viajando hacia Los Ángeles. No supe ni siquiera como se habían enterado de la situación, pero solo tuve que esperar unas pocas horas hasta que aparecieron.

Esas horas fueron terribles, nunca pensé que iba a pasarme algo como eso y al mismo tiempo no sabía cómo sentirme. Sacar a Declan del agua había sido complicado y todavía sentía mi garganta lastimada por mucho que había gritado. Él solo quería irse más y más profundo y yo solo podía aferrarme a él llorando y rogando que no me dejara.

Todavía me temblaba el cuerpo cuando Lizzie me abrazó como saludo y contuve las lágrimas porque no quería que me escuchara Declan. Estaba aterrorizada por lo que había vivido y no sabía qué hacer. ¿Qué había pasado? ¿Por qué Declan se comportaba de ese modo?

En mi tiempo a solas, porque él solo había dormido en su cama, recordé la vez que se subió a la terraza de Marcus. No era el primer episodio de Declan y algo me decía que no iba a ser el último. Sentí miedo, no sabía cómo manejar esa situación y yo quería manejarlo todo. Si no podía ayudar a Declan, ¿para qué servía?

—Gracias por ocuparte, Sun —me dijo Marcus con su tono formal y yo asentí, no solo porque quería hacerlo sino porque era también mi trabajo. Miré la espalda de Declan en la cama, en la misma posición que había estado sin querer mirarme y me pregunté si estaba todo bien entre nosotros o lo había arruinado. Marcus se acercó a él lentamente y cuando quise hacerlo también, Lizzie tomó mi brazo.

—Toma tu maleta, también reservamos en el hotel y me parece que podemos pasar una buena noche de chicas —me ofreció y yo quise decirle que no quería eso, que quería quedarme con Declan.

Sin embargo, cuando miré hacia los Scott me di cuenta que tenía que darles espacio. Marcus era el hermano de Declan y seguramente sabía cómo tratar la situación mejor. Aunque a veces sentía que yo lo conocía mejor que nadie en ese mundo y que no podían ayudarlo. Le asentí a Lizzie porque a fin de cuentas no me gustaba faltarle el respeto a los mayores y tomé mi maleta como pude, también el bolso que estaba lleno de mis cosas de trabajo y personales.

Caminamos hasta su habitación, Lizzie habló sobre el viaje y sobre el mal tiempo que habían tenido. Mi cabeza estaba en otro lado y no podía pensar realmente en aviones o ese tipo de cosas.

—El dueño de la productora nos envió un jet, ¿lo puedes creer? Toda mi vida quise viajar en un jet privado, fue la gloria —decía Lizzie totalmente lejos de mis pensamientos. Fruncí el ceño cuando entendí lo que me decía y ella se dio cuenta—. Marcus y él son buenos amigos, se conocieron cuando casi hicimos la película de mi libro. Tienen esa tipica relación de hombres guapos de traje.

—La escritora de esa productora nos trató muy mal... trató a Declan muy mal.

—Lo sé —susurró ella mientras abría la puerta a una habitación mucho mejor que la nuestra. Era una suite, lo podía suponer por lo diferente que se veía a una habitación normal, y me sentí un poco extraña de entrar en un lugar así. Había vivido entre lujos toda mi vida, pero me intimidaba que era una habitación para una pareja—. Harold, así se llama el jefe, nos llamó para contarnos que estaba muy arrepentido de lo que había pasado. Rory es la escritora, la conocí en un evento y... creo que si bien se pasó, está muy arrepentida.

La asistente del jefe [Editorial Scott #3 ]Where stories live. Discover now