WARNING. MENCIÓN DE TEMAS SENSIBLES. Lenguaje anti-sonante y temas relacionados con contenido adulto/sexual mencionado directamente.
Notita. Empecé a poner fun-facts del libro en el apartado culinario, btw.
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─ ✩ 𓎩 ✩ ─ / ... POUR VOSTRE DÉGUSTATION ... / RIVER NORTH, CHICAGO, 2022. Coulis*, Capítulo Nueve𓈒
Carmen Berzatto anhelaba quedar atrapado en las últimas veinte horas de su vida.
La rutina diaria de enfrentarse a su nevera desolada, en un departamento chico deteriorado por el tiempo, mientras intentaba descansar de otro día más de trabajo, seguido de un sueño perturbado por pesadillas, se había convertido en un bucle repetitivo. Esa, era una noche normal para el hombre, su paz le era nula, hasta que Jolene A'Dair irrumpió en su existencia de la manera más improbable.
Las últimas horas, de algún modo, Carmen tomó un respiro en el caos de su vida en los últimos cinco años.
Su noche transcurrió sin pesadillas, en una paz que había olvidado. Cenar bien, —algo que no involucrase una soda y un pan con mermelada—, reírse hasta que le doliera el estómago y, sobre todo, ella acompañándolo, modificaron toda su rutina habitual. Jolene A'Dair estaba recostada en su pecho, sumida en un sueño profundo, y Carmy, algo sorprendido pero cómodo por la sensación de serenidad, la sostenía con delicadeza. La fragancia del champú de hierbas de Jo llenaba el aire, y la mano de Carmen abrazaba la cintura de la mujer con suavidad, como si temiera romper el momento de paz.
Carmen, se perdía por primera vez algún pensamiento agradable y esa mañana era su intimidad matutina, pasado horas contemplando el techo, embriagado por la respiración tranquila de la panadera y cómo su cuerpo delgado parecía abrazar al suyo cómo si fuese lo más cómodo del mundo.
A pesar de no comprender del todo cómo o cuándo terminaron durmiendo juntos, reconocía que la comodidad que sentía con Jo era eso qué le gustaría tener aún que sea unos momentos más antes de volver a la cocina, incluso después de llegar de ella. Su noche había acabado y odiaba eso, pero entre el hecho de pensar en volver a su vida normal una vez más, también le revelaban a una Jo moviéndose entre sus brazos mientras despertaba con una sonrisa y le regalaba un pequeño beso sobre la mejilla para convencerlo de qué se quedará un rato más. ¿Y quién era él para negarle algo?
