Pareja de oro-RAGONEY

15. 2023-Agoney

2023. Agoney.

«Se vio a la pareja muy acaramelada, disfrutando de tontear y de bromas internas que los hicieron sonreír y mejorar su estado de ánimo, claramente perturbado por el reciente fallecimiento de la abuela de Agoney. Hay quienes lo han considerado una falta de respeto, hay quienes han agradecido un toque de alegría dentro de la mala racha que ha pasado el conocido actor. Lo cierto es que, desde la vuelta a la península, ninguno se ha pronunciado sobre el asunto o ha dado señales de vida.

La pareja se encuentra en plena promoción de la serie que protagoniza: "Alzar la voz", una comedia romántica con tintes dramáticos que tienen a todo el mundo expectante. Tras esta muerte inesperada, ambos han dejado de lado la intensa agenda que les espera para estos meses para centrarse en sí mismos. Si volverán antes del estreno o no, solo nos queda esperar y desearles lo mejor.

A continuación, las últimas imágenes de la cantante Tatiana con el colombiano...»

—¿Por qué sigues viendo esas cosas? —Espeta, apareciendo de la nada por el pasillo. Viene de la ducha, así que es un alivio que haya decidido vestirse antes de salir.

Le doy el último mordisco a la ciruela que me estaba comiendo y me encojo de hombros.

—No tengo nada mejor que hacer.

Resopla y se inclina sobre el sofá para agarrar el mando y apagar la televisión. Luego vuelve a colocarse de forma estratégica para no tocarme, pero tenerme muy cerca.

—No te viene bien. Los de esos programas del corazón solo saben decir tonterías.

—Tampoco han dicho ninguna tontería —protesto—. Estábamos tonteando, o algo por el estilo, a la salida del funeral de mi abuela. Son hechos objetivos. Que la gente lo considere una falta de respeto..., eso es otra historia.

—Seguro que te van a empezar a preguntar en las entrevistas... —Se acomoda mejor en el sofá—. Ten preparada una respuesta en la que no mandes a la mierda a nadie.

—Qué mal piensas de mí. —Le saco la lengua—. Tranquilo, voy a decir la verdad: que solo yo sé cómo enfocar mi propio duelo y que tú fuiste el único que me hiciste feliz un ratito. Con los días que llevo, deberían agradecer que sonriera un rato.

Se le pone cara seria y no duda en estirar el brazo para acariciarme la mano. Esbozo una mueca. Odio que me tengan lástima, pero aquí estamos, con más motivos para que la tengan que nunca.

Lo único bueno de la última semana ha sido que nadie me ha metido prisa en tratar de mejorar en esta tristeza infinita que me invade a ratos. Mireya ha seguido retrasando las entrevistas que nos quedan, que se van a acumular en las próximas semanas, y se ha preocupado por mí cada día. Hasta Ana me ha mandado un par de mensajes, que he dejado en visto, pero se aprecia la intención.

El motivo por el que no se nos ha visto el pelo desde que volvimos de Canarias es que, al menos yo, no he salido de casa más que para ir al psicólogo. Sé que él, cuando me llevaba, ha aprovechado para hacer compras, por esa necesidad estúpida que tenemos los seres humanos de alimentarnos para sobrevivir. Pero ya está. He estado en casa, tratando de lidiar con el dolor.

Lo único que he sacado en claro de mi sesión de la semana es que el dolor no se va a ir con tanta rapidez como me gustaría. Es más, sabiendo la relación que teníamos y lo mucho que la quería, según él, estaré obligado a vivir con ese dolor hasta que se haga tan pequeño que no sea más que un simple pellizco en el corazón cuando alguien la mencione. No me parece justo, debería ser como arrancar una tirita: tiras de ella rápido, al principio duele, pero no tarda en desaparecer y transformarse en paz.