Capitulo VIII

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Los días siguientes Aria se sentía mucho mejor, en realidad no le había dolido mucho el brazo solo tenía una herida pero gracias a las pociones que incluso el profesor Snape se ofreció a darle y los cuidados de sus amigos, ni siquiera una cicatriz quedó.

Aria se sentía muy agradecida con sus amigos que desde que se lastimó no se han separado de ella, incluso la ayudaban con su mochila y también la ayudaban con la tarea pero ella siempre se negaba.

Ese día los Slytherin se encontraban en el Gran comedor desayunando, cuando vieron como una lechuza le dejaba una escoba a Harry frente a el, pero no cualquier escoba una nimbus 2000, Aria pudo ver como sus amigos se veían enojados.

– Les puedo comprar una si quieren– les dijo Aria.

Los chicos sonrieron.

– No es la escoba Seel– le dijo Theodore.

– Es solo que, no nos parece justo que a Potter lo dejen jugar siendo de primero y a los demás no– explico Draco.

–¿Les gusta el Quiditch?– pregunto Aria.

– Si a todos pero solo algunos de nosotros quisieran entrar al equipo– respondió Tom.

–¿Y quienes son?– volvió a preguntar ella.

– Pues... Draco, Regulus, Zabini y Mattheo– respondió Lorenzo.

– ¿Y a ustedes por qué no?– pregunto Aria.

– Andas muy curiosa hoy Seel– se burló Mattheo. Ella se sonrojo y bajo la cabeza – Ey no digo que este mal, no bajes la cabeza por favor– ella asintió y volvió a mirarlo.

– No tenemos una razón por la que no nos interesa jugar, solo nos parecería aburrido asistir a los partidos y a los entrenamientos, preferimos no sé leer algo o disfrutar del partido viéndolo que jugandolo– le dijo Tom.

– Sin embargo a nosotros si nos apasiona el Quiditch, aunque creo que lo hacemos más porque nuestros padres nos dijeron que nos unieramos al equipo pero igualmente lo íbamos a hacer– explico Blaise.

Aria asintió entendiendo lo que le decían sus amigos.

–¿Y a ti Aria no te gustaría entrar al equipo?– pregunto Pansy.

– Pues no lo sé, creo que después de ver el partido de hoy veré si me gusta o no, aunque tendría que perder mi miedo a la alturas–

–¿Y tus hermanos juegan?– pregunto Daphne.

– Si a mis hermanos si les gusta mucho y juegan en el equipo de su escuela, aveces juegan en los Torneos–

– ¡Oh que bien! Y ¿Que tal?– pregunto Blaise.

– Oh... no lo sé– murmuró Aria.

–¿No lo sabes?– pregunto ahora Draco curioso por la respuesta.

– Nunca he asistido, no puedo ir sola tengo a Queenie una amiga de mi padre pero ella trabaja en el ministerio y está muy ocupada, por eso nunca he podido ir– dijo triste.

– No te preocupes Aria estoy segura de que algún día podrás ir, y cuando sepamos de uno te invitaremos para que no vallas sola– dijo Lorenzo.

Aria les agradeció con una sonrisa, extrañaba mucho a sus hermanos y se sentía triste porque nunca ha podido ir a los juegos de ellos, la carta que le habían mandado hace unos días, ellos le decían que esperaban con ansias la navidad para estar junto a ella y que querían que les hablara de sus amigos con lujo de detalle.

Por la tarde los Slytherin se alistaron con sus banderas del equipo de su casa y caminaron hacia el campo de Quiditch.

Aria optó por pelinegro y ojos verdes.
Cuando se sentaron en sus lugares Daphne pregunto algo.

Strange LoveWhere stories live. Discover now