Capítulo 3

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Katherine

Conocer a Jacob fue complejo para mi,  para resumirlo: Él asesino y yo templaria, no era la primera vez que sucedía, pero nuestras ideologías nos prohibían estar juntos, y tan sólo esa sensación me provocaba seguirle el juego. Pero tanto él como yo teníamos un mismo anhelo... Ambos queríamos vivir libre de secretos.

Aunque esos anhelos se veían interrumpidos por mi familia.

Mi éxito en la orden templaria era predecible, tanto mi padre, como el tío Crawford se preocuparon en llevar mi educación en un nivel superior, fueron muy insistentes, pero al final, valió la pena.

Mi padre y el tío Crawford me llevaron a Londres por un tiempo, me tuve que alejar de Jacob, claro que antes de que dejara Crawley yo fui a despedirme de él, esa noche solo nos limitamos a caminar por la ciudad, imaginando nuestra vida lejos de toda esta guerra.

—¿Cuánto tiempo estarás fuera?

—Mmh, el tiempo que el tío Crawford me necesite a mi y a mi padre.

—Sabes, siento que tus deberes me alejan de ti, a este paso no podremos irnos.

 —Jacob, ya te dije que no podemos hacer eso.

—¿No podemos o tienes miedo?.

—Esto no tiene nada que ver con el miedo...Jacob, solo piénsalo... si tu y yo huimos ¿A donde crees que podríamos ir? no tenemos dinero ni, algún lugar para arribar, nada...

 —Eso es lo que la haría una aventura interesante, ¡El riesgo siempre crea buenas historias!—le di un rápido beso en los labios haciendo que hiciera silencio—...tú no harías eso... ¿Quieres algo? ¿Tienes fiebre? —reímos juntos— 

—Solo es por algo sentimental...no se en cuanto tiempo te vuelva a ver.

Y mi intuición no falló, no lo vi por varios meses.

Pero para mi sorpresa, una noche encontré una carta suya en mi habitación y desde ese día, no paré de recibirlas. Eso si, tenía cuidado de que no me descubrieran.

El tío Crawford fue quien nos recibió en Londres. Apenas llegamos, nos alojó en su casa y nos puso al corriente de todo lo que sucedió.

Presumía que sus investigadores encontraron un fragmento del edén y, para que las excavaciones no estuvieran fuera de contexto, sacaron a la luz la idea de construir el primer metro del mundo, una idea que consistía en llevar los ferrocarriles por debajo del suelo.

El trabajo de investigación empezó bajo supervisión de mi padre y obviamente, yo estuve a su lado.

Ambos dedicamos muchas horas en la búsqueda, pero, cada vez que trazabamos una sección del terreno, era otro arenal vacío lleno de desilusiones.

Por ello, las escavaciones, fueron muy detalladas en el asunto, se llevó la búsqueda hasta el mas minimo lugar que fijamos.

Pero ese no fue ni el primero, ni el último inconveniente de nuestra búsqueda.

Eran casi las siete de la mañana cuando papá recibió una carta urgente, la cuál hablaba sobre un asunto poco favorable para nosotros, la policía local había hallado el cuerpo de un fotógrafo que había desaparecido ya hace varios días y, como era de esperar, todos los cargos iban hacia nosotros. Veía a papá un poco alterado por la muerte de ese hombre, parecía como si lo hubiera conocido antes de que lo encontraran, pero el negaba haberlo siquiera visto.

Al final, pasaría mas de una semana para que pudiéramos continuar con las excavaciones, pero mi padre decidió que mejor no lo siguiera ayudando, si no que me limitará a quedarme con el tío Crawford, el no hablaba demasiado, pero aun así trataba de dialogar conmigo y yo trataba de ser sincera, aunque hubo algo que nunca que me gustó de él...si, era su horrible bigote.

Por las últimas semanas de las excavaciones, deje de ver a mi padre, había veces en las que ni siquiera llegaba a la casa por las noches, lo extrañe, pero eso pasaría pronto, el tío Crawford me llevó a las excavaciones para que pudiera visitarlo, fui a buscarlo mientras mi tío charlaba con sus trabajadores.

Caminé, y antes de llegar a su oficina, lo escuché hablando con alguien, me quede cerca de la puerta.

—Me interesa confirmar la identidad de ese joven, el indio de allí, escuche algo que lo enmarca en un gran secreto...y hasta lo que leí en la carta, usted era su carcelero.

—Si, señor Starrick, yo fui su carcelero, él es Jayadeep Mir.

—Y...son ciertos los rumores que dicen, ¿es incapaz de matar? 

—No, no es incapaz, siempre falla... Él no es como otros asesinos, es muy moral cuando se tratan esos temas

 —Mmh... Entiendo ¿Algo mas que quiera agregar?

—Si... Él fue educado por Ethan Frye...

—...Ethan, ya había pasado tiempo que no escuchaba hablar de él...  Gracias a su información ahora podre matar a dos pájaros de un tiro...

—Espero que tenga suerte...

—Sobre eso...espero que usted me siga enviando información sobre la hermandad, a cambio de eso yo le ofrecí un trato y ambos tenemos que cumplirlo.

 —Eso está claro señor Starick. Hasta pronto.

Yo me escondí detrás de la puerta y esperé que aquel extranjero saliera, entonces entré, fingiendo que no había escuchado nada.

—¿Quién era ese hombre, papá? —dije y me senté frente a su escritorio.

—Un informante nuestro...no es nada del otro mundo...—me miró a los ojos— Katherine, tengo buenas y malas noticias, encontramos el fragmento, la mala, es que quizás no te guste la forma en que lo voy a conseguir.

—Los medios no son necesarios de justificar si hay razones correctas para ello, papá 

—Espero que pienses eso hasta que el artefacto esté en nuestras manos

—-No te preocupes, te ayudaré si es preciso...

—él sonrió—Te adoro, mi niña...  

 —Ya lo se...me gusta presumirte eso...—sonreí ampliamente, el me devolvió la sonrisa y se levantó de su escritorio, caminó, he hizo un ademan con la mano, entendí que quería ir a caminar, así que salí detrás de él.

—Has progresado mucho, hija... No me sorprendería que la orden termine bajo tu influencia algún día.

—¿Crees eso? Yo no me creo apta para el puesto... Es sólo que... No creó que eso sea para mí...

—Eres mi hija, eso te hace apta—rodeo mis hombros con uno de sus brazos.

—Bueno, si tu lo dices debe ser por algo, solo quiero que me prometas que tú estarás en ese momento, apoyándome y protegiéndome... Como lo haces ahora.

—Claro que lo haré, tú eres la ecensia de los mejores momentos de mi vida, eres el tesoro mas grande que pude haber tenido, pequeña.

—lo abracé, sentí una espina en el corazón, sentí como si fuera la última vez que iba a verlo—Te quiero, papá.

—...Ya lo sé...

Ese momento me dolía... Me dolía tanto que años después, me obligaría a volverme todo lo que el no quería, deserté y todos mis dones los use para causar daño, porque ya no tenia a quien cumplirle.


No me olvides [En Edición]Where stories live. Discover now