No me olvides [En Edición]

Capítulo 13

Katherine 

Una de mis mas grandes fobias siempre se asoció a los relámpagos y las noches abarrotadas por la lluvia, cuando era niña tenía un lugar seguro para refugiarme esas veces que el clima me causaba pánico, sin embargo, mientras crecía, no me quedó mas remedio que sanar, mis nuevos problemas eran mucho peor que ese trauma. 

En cierto momento estuve a punto de rendirme porque me sentí tan sola a causa de perder a mis padres, acepté que ya no tenía un lugar seguro, pero necesitaba aprender a valerme y a cuidarme si quería sobrevivir; supe que lo conseguí el día que pude pararme frente a una ventana durante una tormenta eléctrica, fue ahí cuando me di cuenta de que esa pequeña niña al fin había crecido lo suficiente para enfrentarse al mundo que le toco vivir.

A partir de entonces, tuve que forjar mis habilidades, terminar el entrenamiento que mi padre no pudo concretar, mi educación e incluso, desarrollar mi mente para soportar la persecución que estaba sufriendo por culpa de portar el apellido "Starrick". 

Vivir escondida estaba terminando conmigo, poco a poco me convertí en una mujer que odiaba demasiado, me atemorizaba recordar la habilidad con la que podía quitarle la vida a alguien y no sentir un poco de empatía. 

Pero, entre toda la oscuridad de mi vida, encontré una pequeña luz que me ayudó a sobrellevar todo esto. Ella era una amiga, en su tiempo fue como una hermana para mí, se llamaba Samantha.

La conocí en casa de mi tío Crawford, al principio se presentó como una especie de sirvienta, no me explicó sus labores con detalle, pero me dejó en claro que sería una asistente para mí, ella pasaba conmigo la mayor parte del día, me acompañaba en el desayuno, a mis viajes y estaba conmigo antes de dormir. Cabe destacar que no sólo le interesaban mis tareas mas sencillas, mostraba mucha atención a mis actividades de la tarde, horas que las utilizaba para entrenar y dominar el uso de mis armas de defensa.

Ahí empezamos a interactuar, siempre que podía me preguntaba donde aprendí a pelear, era muy insistente y en cierto modo le emocionaban ver mis movimientos durante mis entrenamientos.

Era bastante rara para estar cerca de mí, traté de ignorarla porque no tenía ningún interés en su curiosidad, me fastidiaba, pero era una buena mujer, hasta entonces no vi nada particular en ella, sólo una chica muy curiosa, pero todo cambió el día que me pidió que le enseñara a defenderse con una daga. 

Aun recuerdo su voz cautivadora y sus ojos, su mirada era tan frágil, estaba siendo sincera, hablo con temor, pero me entregó el arma en mis manos, me dijo que necesitaba proteger a su familia, la daga era de su familia, era como una reliquia, dijo que la tomó a escondidas para defender a su padre de un pequeño grupo de extorsionadores.

No sé que fue lo que me convenció, tal vez su actitud temerosa, el hecho de que me veía reflejada en ella o simplemente me movió la intuición. No me dio más detalles, sólo la dirección en la que se reunían después de realizar su "trabajo", cerca de la iglesia en Southwark.

Me cuesta recordar por completo lo que hice esa noche, en mi cabeza escucho gritos, la sensación de sentirme acorralada y la adrenalina que cada corte me provocaba mientras terminaba con la vida de uno a uno. Regresé a mi habitación, mi rostro estaba cubierto de sangre y tenía varias heridas, que con el paso de los minutos me dolían, pero me sentía tranquila, sabiendo que la familia de Samantha no tendría que volver a pasar miedo. Esperaba que fuera un rayo de esperanza para mí.

A la mañana siguiente le devolví la daga a Samantha, pero no pude ocultar mi aspecto y mis pequeñas heridas, me miró detenidamente y me rodeo con sus brazos en agradecimiento, su calor me transmitió confianza, no había recibido cariño en mucho tiempo, y por instinto mis brazos la rodearon, no había sentido tanta paz en muchos años.

Desde entonces me ayudaba a entrenar y curaba las heridas que me causaban mis problemas, su amistad se convirtió en un pilar importante en mi vida,  la quería como la hermana que nunca tuve e incluso creí que podría cambiar con sus consejos, ella fue quien me dio la idea de desaparecer de la vida que me estaba matando, pero fue una de las peores decisiones de mi vida haber confiado en ella.

La verdad es que Samantha trabajaba para mi tío, y ella me estaba vigilando mientras determinaba la lealtad que le tenía a Crawford, era una clase de espía, no necesitaba de mi ayuda, sólo estaba haciendo sus labores y manipulándome, le tengo respeto por su persuasión, consiguió su objetivo, y me obligó a matar gente que mi tío quería silenciar como una prueba, pero no fue suficiente para dejarme en paz.

Estaba cansada de tantas atrocidades, fue uno de los motivos por los que hui, aunque no el mas importante. Pero ya que mi tío sabía de mis intenciones, Samantha me aprisiono en mi propia habitación, no me dejó huir con tanta facilidad, me vigilaba como un halcón, ahora entendía su propósito real. 

No había luchado tanto para terminar encerrada el resto de mi vida, no fue fácil disuadir su atención, pero me pude escabullir por una ventana secreta de mi habitación. Tuve que permanecer oculta entre las calles mientras organizaba mi escape.  

Samantha fue quien se encargó de buscarme por cielo y tierra, le puso precio a mi cabeza, tenía que recuperarme a como diera lugar para mantener su cabeza... No sé si ella ganó, recuerdo a penas la última vez que la vi, ella me encontró en el puerto donde discutimos y luego no puedo hacerme ninguna idea de lo que sucedió después.    

La nota que recibí debajo de la puerta tenía su letra, el mensaje era lo de menos, yo no quería asumir que tiene razón, pero la realidad es que ella me conoce mejor que nadie, mejor que yo. Me atemoriza que mi vida dependa de esa mujer. 

Nadie me puede defender de Samantha porque sólo nosotras conocemos nuestro pasado. 

Entonces, frente a mí hay dos opciones, volver a huir, abandonar la vida que estaba empezando y buscar un lugar seguro donde pueda ocultarme el resto de mi vida o, volver a tomar las armas, convertirme en la mujer que me atemorizó por años, defenderme de sus amenazas y poner a prueba mi vida a cambio de la suya.