𝖢𝗈𝗅𝖽𝖻𝗈𝗒 © ⊹ 𝐤. 𝐰𝐨𝐨𝐬𝐞𝐨𝐤

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─¡Khun! ¡Bájate de ahí inmediatamente!─gritó Sora cuando vio al recién nombrado bailando sobre el sofá, con los zapatos puestos. Y antes de que Sora fuera a bajarlo de las orejas, Xiao, como buen niño bonito que era, ya lo estaba bajando. Sora acabó caminando hasta el maknae, y le acarició la cabeza como una madre─Buen niño, buen niño... ─y continuó acariciando la cabeza como si Xiao fuera un perrito.

─-No es un perro, ni tampoco lo mimes como un bebé─le informó Wooshin a lo que la peli-naranja lo miró con mala cara.

─Tu eres el primero en tratarlo como un perro, o mimarlo como un niño así que a callar, frío.

─¿Frío?─preguntó Wooshin, sin creerse todavía que lo había llamado de esa forma.

─Sí, frío, porque eres un frío.─y tras esas palabras, volvió a acariciar a Xiao el cual, no decía ni palabra.

─No lo mimes...─volvió a decirle Wooshin, pero Sora no atendió a razones y en respuesta, le sacó la lengua y continuó con su trabajo de mamá. El pelirrojo, simplemente suspiró con pesar, sabiendo que no le ganaría en testarudez.

─Parece una escena familiar...─masculló Minhee después de contemplar toda la escena e imaginarse en su cabeza, como si fueran mamá y papá discutiendo por el futuro de su niño.

—Minhee...—Sora se giró de golpe, sorprendiendo a la recién nombrada porque temía que la había escuchado. —cállate—acabó la frase, después de dejar de acariciar a Xiao y mirarla con los ojos entrecerrados.

Estaba claro que la había escuchado.

Mientras tanto, Kogyeol y Jinhoo estaban demasiado mimosos en la esquina de las escaleras, siendo sinceros, Ko se estaba comiendo los labios de Jin, tal escena que era para decirles que se buscaran un hotel, comentario que no pudo evitar soltar Khun y, comos buenos chicos, obedecieron, pero yéndose a la habitación de sobra que tenía Sora en la casa. Y Sora cuando se había dado cuenta de las intenciones de los otros dos, ya era demasiado tarde, y como que no le apetecía entrar en la habitación, ya con sus queridos amigos, dentro de ella.

─Mierda...─masculló la peli-naranja poniendo cara de asco y volviendo al salón, ya que había subido las escaleras a una velocidad poco propia de un humano, pero que de igual forma no le había servido para nada.

Al llegar abajo, se fue corriendo a por Wei, con cara de bebé que no había matado una mosca en su vida.─Weeeeeei─dijo, canturreando mientras acababa de acercarse. El recién nombrado, se giró en su dirección pasando por su cabeza mil maneras en que lo mataría Sora. ─Me debes un favor ¿a que sí?─volvió a pronunciar, pero esta vez con voz de niña buena.

─Creo que sí...

─Pues, ya sabes, guapo. Cuando acaben los dos amorosos de sus escenas para mayores de edad, desinfectas tú la habitación─y dicho eso, le dio un par de palmaditas en la espalda y se alejó de Wei dando saltitos como Heidi, mientras el moreno alto, se había quedado sin saber qué decir y sólo observaba como la hija de satán se alejaba de él.