OBSESIÓN

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"Preocupación o pensamiento que no se puede apartar de la mente. Idea, palabra o imagen que se impone en la mente de manera repetitiva."

Michael Kenji Shinoda era el joven más popular en toda la secundaria. Con tan sólo 19 años, ya se había hecho un lugar entre uno de los mejores jugadores de football de su edad. Era el capitán del equipo del colegio y definitivamente, admirado por todos. Pero sus habilidades como atleta no era lo que atraía tanto a hombres como a mujeres, lo que más atraía de Mike era su físico. Probablemente era uno de los jovenes más apuestos de la institución, cualquiera podía derretirse ante esos ojos. Varias fueron las oportunidades en que tanto mujeres y hombres sintieron un escalofrío recorrerle la espalda al sentir ese par de ojos posados en ellos.

Mike adoraba la atención que recibía por parte de ellos, todos tenían la esperanza de algún día meterse en los pantalones del joven capitán. Mike estaba acostumbrado a recibir distintas invitaciones tanto 'privadas' como no, de parte de compañeros de clases a pequeñas fiestas que se organizaban durante las vacaciones. Mike siempre decidía aparecer allí, ya que atraía todas las miradas y los murmullos de los presentes. Hasta los mismos profesores de clases podían admitir que más de una vez se habían sentido intimidados ante la presencia de un ser como Michael.

Era como si Mike tuviese la habilidad de rebajar a cualquier ser humano con tan sólo mirarlo a los ojos. Podía hacer que la otra persona se sintiera poca cosa, se sintiera insegura y no merecedora de estar en presencia de alguien tan perfecto como él. Hasta a veces su mejor amigo, Brad, sentía que no podía competir contra Mike en absolutamente nada ya que él tenía el poder de hacer todo a la perfección. Pero había algo que Brad disfrutaba de ser amigo de Mike, más allá de que el joven era divertido y simpático, las mujeres. Brad tenía que soportar a diario las mujeres que se acercaban a él para conseguir un pedazo de Mike, al principio se sentía usado, pero luego comenzó a disfrutarlo. ¿El problema? Mike amaba la atención pero no justamente la de ellas.

Como a cada regla siempre hay una excepción a esta. En éste caso la excepción era Chester Bennington. Al igual que Mike, era uno de los jóvenes más populares del lugar, pero no por el hecho de que era capitán de algo ni nada parecido, era porque Chester era también, uno de los seres perfectos que rondaban el edificio todos los días. Pero la diferencia entre ambos, era que Chester disfrutaba al igual que Mike de la atención, sólo que no tenía problema en meterse en la cama de cuanto ser, mujer u hombre, se le acercara demandando un poco de afecto. Chester siempre se sintió seguro de sí mismo, tanto que hasta a veces se tomaba el trabajo de elegir a su próxima 'victima'.

A veces no era díficil elegirlos, la mayoría de las víctimas se elegían por sí solas, pero otras veces Chester tenía que poner sus trucos en acción. Su 'arma' era su sonrisa. Durante todos sus 19 años de vida, Chester había llegado a la conclusión de que su sonrisa lo llevaba a lugares. Desde que era pequeño y quería conseguir que su madre le comprara un juguete tan sólo tenía que poner su sonrisa en juego para conseguir ese y diez juguetes más. Con el tiempo se dio cuenta que eso funcionaba tanto en sus notas escolares, como en los momentos en que quería entrar al cine a pesar de no tener la edad suficiente. Y obviamente también cuando quería sexo.

Chester amaba los retos, ya que muchos hombres que se declaraban completamente heterosexuales, habían caído en sus trucos. A veces solía verlos desde la distancia y pensar cual sería la mejor forma de atraerlos. Su última conquista fue el capitán del equipo de natación. Fue uno de los más complicados, pero eso sólo le producía a Chester más ganas de conseguir su objetivo. Una tarde tan sólo se acercó admirar los musculos del joven nadador como si fuese un simple admirador, le preguntó acerca de su entrenamiento, comentándole que él planeaba hacer el mismo, indirectamente dándole una imagen mental a la pobre víctima de él sudando levantando pesas.

Sabía que de a poco estaba consiguiendo lo que buscaba ya que el nadador parecía nervioso y acalorado. Entonces pensó que lo mejor era terminar con esto lo más rápido posible. "Tal vez tenga que trabajar mis abdominales" fue lo único que dijo antes de levantarse la remera y mostrar inocentemente el juego de seis abdominales plasmados en su estómago. El nadador tragó grueso y una gota de sudor le recorrió la nuca. En ese momento Chester pudo leer en sus ojos las preguntas, '¿Soy gay?, ¿qué me está pasando?, ¿es normal esto?' entre otras. Lo mejor era ver esas miradas que indicaban estar perdidos, tan sólo faltaba mostrar sus dientes en una enorme sonrisa.

Dos horas más tarde ya estaría satisfecho por el día, mientras su víctima estaría perdido tratando de entender su sexualidad y sintiéndose terrible ante el hecho de haber tenido el mejor orgasmo de su vida con otro hombre cuando él mismo se creía heterosexual. Obviamente que para Chester todo era algo de un sólo día, tenía como una pequeña regla para sí mismo que decía que tan sólo podía acostarse con la misma persona una sóla vez. Había aprendido el error luego de haberse acostado dos veces a los 17 años con Loraine Anderson, la chica comenzó a hacerle escenas de por qué no la había llamado al otro día, y lo había abrumado con preguntas como hacia dónde iba la relación y acerca de sus sentimientos y otras cosas que tan sólo le provocaban náuseas a Chester.

"Siempre me pareció rara la forma en que te mira" comentó Rob, sentado al lado de Chester, su mejor amigo. A diferencia de la mayoría del resto del colegio, Chester nunca se le había insinuado a Rob. No porque no le pareciera atractivo, de hecho todo lo contrario, si Rob no fuese su mejor amigo tal vez ya se hubiese metido en la cama con él años atrás. Pero él era su mejor amigo y no quería poner las cosas incómodas entre ellos. A pesar de que Rob había dejado bien en claro que era heterosexual y que amaba a las mujeres, jamás le aclaró a Chester que nunca pasaría algo entre ellos. Chester sabía en el fondo que si lo intentara, Rob sería una de sus víctimas fáciles.

"¿Huh?" preguntó Chester distraído en su comida. Sabía de quien hablaba Rob perfectamente, pero siempre prefería ignorar a su admirador, Michael Shinoda. "Shinoda, creo que quiere meterse en tus pantalones, Chessy". A Chester siempre le producía una sonrisa cuando Rob lo llamaba así. Lo hacía cada vez que quería molestarlo desde que tenían 11 años. Sin querer un día había entrado a la cocina mientras Chester hablaba con su madre y ella lo llamó así, cuando Chester notó que Rob estaba justo detrás de él su cara se convirtió en un rojo casi bordó, lo que le dio la pauta a Rob de que nunca tendría que olvidar ese apodo. "Aunque pensé que le gustaban las mujeres" finalizó Rob encogiéndose de hombros. Chester rió con suavidad, "Reconozco a un gay cuando lo veo, y creeme que Michael es uno de ellos". "¿En serio?" preguntó Rob sorprendido, si había alguien que no parecía homosexual ese era Mike. "Más gay que un arcoiris, Bourdie".

De hecho, Chester tenía razón. Mike odiaba el hecho de que recibía la atención de todo el mundo a excepción de la única persona de la que quería recibir atención, Chester. Parecía ser el único que no se rendía a sus pies, parecía prácticamente inmune a sus encantos. Varias habían sido las veces en que Mike se había acercado a Chester, esperando que este usara sus trucos en él pero jamás pasó. Eso tan sólo le provocaba que se le hierva la sangre, y le producía más obsesión sobre el otro.

Mike siempre se encontró a sí mismo babeándose viendo a Chester. Desde que tenía 15 años y trataba de encontrar su verdadera sexualidad, Chester le había dado las respuestas a sus dudas. Desde esa edad hasta ahora lo había visto acostarse con más de medio colegio, pero jamás se le había acercado a él, jamás le había hablado en realidad. Mike ya estaba cansado de esa situación, tenía que acercarse a él y tratar de atraerlo de alguna forma. La verdad era que a Chester no le gustaba Mike en lo más mínimo. Siempre le pareció complicado entender como era que el mundo se rendía a sus pies con tan sólo una mirada, ante los ojos de Chester, Mike era tan sólo otro más del montón. Chester odiaba sentir la mirada de Mike durante el almuerzo, era lo único que le confirmaba que Mike no venía al colegio sólo a jugar al football, ya que jamás lo había visto dentro del establecimiento, tampoco le prestaba tanta atención como para verlo.

Mike caminaba los pasillos del edificio, repleto de chicos y chicas que se giraban para mirarlo pasar. Él solía dirigirle una sonrisa a algunas de las chicas que le decían cosas al pasar pero ahora tenía la vista enfocada en su objetivo. Chester Bennington. Desde la distancia lo había visto con la espalda y un pie apoyados en su casillero, mandándole mensajes a alguien desde su celular, no prestándole atención a nadie. Mike se acercó a él y se apoyó con los brazos cruzados en el casillero siguiente al de Chester, mirándolo con una sonrisa plasmada en su rostro. "Hola, Chester" dijo esperando a que el otro le dirigiera la mirada, pero no. "Hm, hola" contestó Chester sin despegar la vista del teléfono frente a él. Mike se puso ansioso, tan sólo quería que lo mire, establecer contacto visual, tratar de mover algo en Chester para que por fin lo elija como próxima conquista.

"¿Cómo estás?" preguntó Mike, tratando de sentirse seguro en sí mismo, al fin y al cabo era Michael Shinoda, uno de los hombres más perfectos del colegio. Chester suspiró, como odiaba recibir atención del joven capitán, ni siquiera podía considerarse un reto ir detrás de él. "Hm... Bien" contestó guardando el celular en el bolsillo trasero de su pantalón antes de mirar al hombre frente a él. Mike tragó grueso, Chester lo estaba mirando a los ojos y no mostraba ni el más mínimo síntoma de atracción hacia él. "¿Qué querías?" preguntó Chester sintiéndose impaciente.

"Oh" dijo Mike despertando de su sueño con los ojos abiertos, de hecho pasó todo lo contrario a lo que él esperaba, se encontró a él mismo ahogándose en esos dos ojos profundos, color chocolate. "Hmm" comenzó a pensar Mike una excusa, a esta altura según sus planes, él y Chester tendrían que estar al costado del edificio tratando de recuperar la respiración luego de unos besos salvajes y desenfrenados. Obviamente los planes no habían salido tan como él los esperaba. "El entrenador... hm... me pidió que te preguntara si... hm" comenzó a hacer gestos con la mano, como tratando de recordar que le había pedido el entrenador, cuando en realidad estaba tratando de continuar la mentira. Chester ya se estaba cansando y aburriendo al mismo tiempo de la pobre excusa de Michael que no engañaba a nadie. "Si ya te anotaste a todos los talleres" dijo Mike más entusiasmado de lo que debería, orgulloso de al menos poder haber terminado la mentira, "Porque quiere saber si estás interesado en unirte al taller de football" finalizó con una sonrisa.

Chester levantó una ceja, '¿No había una excusa mejor?' pensó girando los ojos. "Ya me anoté a dos" comentó encogiéndose de hombros, prestando atención a la gente a su alrededor. Dos chicas en una esquina parecían estar hiperventilando viendo a los dos jóvenes interactuar, pensando como sería una noche con ambos al mismo tiempo. Chester notó la mirada de ambas, y trató de dirigir la mirada hacia Mike de nuevo. "¿Ah sí? ¿A cuáles?" preguntó el capitán interesado. "Hm... música y química" contestó Chester con poco interés. "¿En serio? Yo también" comentó Mike haciéndose una nota mental de anotarse en química y y música lo antes posible, no quería quedar como un idiota y no aparecer en ninguna de las clases después. Aunque Chester jamás lo hubiese notado.

"Ajá" dijo Chester tomando la mochila y poniéndosela en un hombro, "Tengo que ir a clases". "Faltan 15 minutos". "Hm, me gusta llegar temprano" comentó Chester casualmente. "Siempre llegas tarde" dijo Mike frunciendo el ceño. "¿Cómo sabes eso?" preguntó Chester asustándose cada vez más del interés de Mike hacia él. "Estás en todas mis clases" dijo Mike confundido. ¿De verdad Chester no lo había notado nunca? Definitivamente ante los ojos del otro era más invisible de lo que se imaginaba. "¿Ah sí? Bueno... igual tengo que-que-" dijo Chester alejándose de Mike lo antes posible. "Nos vemos en clases" gritó Mike y Chester lo ignoró.

Definitivamente conseguir la atención de Chester iba a ser más complicado de lo que se imaginaba pero como amaba que lo ignorara, cada minuto se sentía más obsesionado con él y no iba a parar hasta conseguir lo que busca. Lo que más odiaba de la situación era que a la única persona a la que podía recurrir era a su mejor amigo, Brad y nadie más. Ya que todos en el colegio creen que Mike es heterosexual, necesitaba mantener esa reputación. Otra de las cosas que admiraba de Chester, él era abiertamente bisexual y aun así la gente lo respetaba, a diferencia de los otros chicos que también eran gays en el colegio que tenían que soportar todos los días los golpes y maltratos de los homofóbicos. Brad era la única persona que sabía de de su obsesión con Chester y la verdadera sexualidad de su amigo. Mike nunca se lo contó pero no necesitó decir mucho cuando un día Brad fue a buscarlo para la práctica de football y lo encontró encerrado en su cuarto masturbándose viendo una foto de Leonardo Dicaprio.

"Wow, esa cara, Chester. ¿Mal día?" preguntó Rob cuando su amigo se sentó a su lado dejando salir un gran suspiro y golpeando la cabeza contra la mesa. "Ajá" contestó Chester frotándose la cara con ambas manos. Rob sonrió, "¿Qué pasó?" preguntó justo cuando vio a Mike entrar al aula dirigiéndo la mirada instantáneamente hacia Chester. "Oh, tu admirador acaba de entrar". Chester le dio un codazo en las costillas, "Ya tuve bastante por hoy de él". Rob pareció más entretenido que antes todavía, "¿Michael Shinoda? ¿Te acostaste con él? ¿Qué pasó con eso de buscar retos?". "No, Rob, Dios. No me acosté con él ni planeo hacerlo" dijo Chester con una mueca de asco. "Oh... ¿Entonces?". "Según parece también se anotó en los dos talleres en los que me anoté. Ahora no sólo le basta estar en todas mis clases, que tengo que verlo más seguido". Rob comenzó a reír a carcajadas, "Oh, Chessy. Creo que está enamorado" dijo pellizcándole la mejilla a su amigo. "No está enamorado de mí, quiere sexo". "Tal vez si le das lo que quiere deje de molestarte" comentó Rob encogiéndose de hombros. "Me valoro más que eso, Robert, no me voy a acostar con él para que me deje en paz". "Vamos, Chester, para un hombre muy muy muy heterosexual y masculino como yo" dijo Rob con aires de grandeza que le provocó una sonrisa a su amigo, "Michael no es feo, en realidad no está nada mal". Chester lo miró con una ceja levantada, "Estás ciego".

Durante toda la clase Chester se la pasó tomando notas pero no justamente de lo que hablaba la profesora, si no que escribía lo que se le venía a la mente. Mientras Mike no podía evitar dirigir la mirada hacia él cada menos de un minuto, dándole algo para entretenerse a Rob. "42, 43, 44, 45. Oh, 1, 2, 3..." susurraba. Chester frunció el ceño cuando lo escuchó al otro contando. "¿Qué estás haciendo?" susurró también. "Sh, me vas a hacer perder la cuenta. 19, 20, 21... Agh, 1, 2...". "¿Qué estás contando?" preguntó Chester ahora molesto. Rob suspiró, enojado de que perdió la cuenta, "Cuantos segundos pasa Shinoda sin dirigir la mirada hacia acá". Chester suspiró y tiró la cabeza para atrás, apoyándola en la mesa que estaba tras él sin importarle si alguien la estaba usando o no. "Hasta ahora el máximo fue 45 y el mínimo 16" comentó Rob entretenido. "¿Es necesario que hagas eso?" dijo Chester mirando el techo. Sabía que Mike solía prestarle más atención de la que debería, pero nunca le costaba ignorarlo porque nunca le interesó, por eso odiaba que Rob se lo esté recordando a cada rato.

"Es más entretenido que prestarle atención a esta clase". Chester cerró los ojos, estaba de acuerdo con Rob, pero aun así. "Sr. Bennington" dijo la profesora. Chester levantó la cabeza y la miró, todos los ojos de la clase apoyados en él, y para variar, también los de Mike. "¿Nos honraría por favor diciéndonos en que pensaba mientras decidía no prestar atención a la clase?" preguntó ella sarcásticamente. "Hmm, no" dijo Chester aburrido y poco entretenido. "¿No? Bueno, debe haber sido algo muy interesante si era digno de ser puesto antes que el tema del que estamos hablando en la clase" dijo la mujer cruzándose de brazos. "Oh, sí" dijo Chester abriendo los ojos y asintiendo la cabeza, como si realmente estaba pensando en algo muy importante. "¿Ah sí? ¿Y qué es eso más interesante que la clase?". "Estaba contando los azulejos del techo" respondió él guardando las cosas en su mochila ya que sabía que era lo que seguía. Antes de que la profesora pudiese decir algo, él se levantó dirigiéndose hacia la puerta. "A la dirección" dijo ella cuando él ya estaba a punto de salir. "¿En serio, Sherlock?" respondió él antes de salir.

La mujer lo miró con la boca abierta y Mike no pudo evitar sonreír como una colegiala enamorada. Como amaba el lado rebelde de Chester, en el que no le importaba decir que había en su mente, sin importar las consecuencias. Definitivamente estaba de pies a cabeza obsesionado con ese hombre. Mientras tanto Chester disfrutaba recorrer los pasillos vacíos, sin tener que sentir la mirada insistente de Mike sobre él. "Oh, señor Bennington. Tal vez deberíamos ponerle una cama aquí, ya que le gusta pasar tanto tiempo en mi oficina" bromeó el director con sarcasmo. Chester giró los ojos, si había algo que odiaba, era el humor falso de los adultos que se creían grasiosos y definitivamente, no le producían ni la más mínima sonrisa. "¿Qué hizo ahora?" preguntó el hombre señalándole el asiento frente a él a Chester para que se siente. Él se sentó y tiró la mochila al costado de la silla. "No estaba prestando atención" contestó el con poco interés. "Hmm... ultimamente está pasando seguido" dijo el hombre sacudiendo la cabeza, desaprobando el comportamiento tan típico de Chester. El hombre tomó una carpeta con la letra 'B' y buscó los apuntes con los horarios de Chester. "A ver... según esto se anotó para los talleres de música y química, ¿verdad?".

"Ajá" respondió Chester mirándose las uñas, como deseaba poder estar ahora en cualquier lugar excepto hablando con este hombre. "Sus notas de química y de música son prácticamente excelentes". Chester no respondió nada, ¿se suponía que tenía que responder algo ante eso? Supuso que no, y esperó que el director no comenzara a hacer una escena porque también lo estaba ignorando a él. "Tal vez sería bueno que ayude a los otros de los talleres" dijo dejando la carpeta a un costado. Chester abrió los ojos como platos y dirigió la mirada hacia el hombre frente a él, "¿Disculpe?". "Sí, en música hasta ahora se anotaron 15 y en química hay tan sólo 4. Tal vez podrías ayudar a los que les va peor, ya que no parece tener complicaciones en ninguna de las dos materias". ¿Ayudar a chicos que probablemente no sabían la diferencia entre una nota Do y un Fa y a los que tampoco sabrían cuántos átomos de oxígeno tiene el agua? Definitivamente esta no era la forma en la que planeaba pasar sus ratos libres. "Pero-". "No recuerdo haber dicho que esto estaba abierto a debate. Ya se puede ir" dijo el director acomodándose los lentes sobre la nariz y dirigiendo la vista hacia la computadora de su escritorio. Chester se quiso quejar, pero en lugar se levantó, tomó la mochila y cerró desquitándose con la puerta.

"Bradfoooord" lloró Mike tirándose en el pasto, al lado de su mejor amigo. Brad rió, las únicas veces que Mike tenía esos ataques de '¡¿Por qué me ignora?!' tan sólo tenían que ver con nada más ni nada menos que... "Chester". Mike dijo con cara de dolor "Es tan perfecto que duele, Brad". Brad se rió, "No creo que Chester y la perfección fuesen algo que van de la mano". La verdad era que Brad creía que Chester era más que perfecto, si él le prestara un segundo de atención se acostaría con él sin siquiera pensarlo, pero jamás le diría eso a Mike por supuesto. Siempre cuando estaba con su mejor amigo trataba de minimizar a Chester, tan sólo para que Mike pudiese superarlo de una vez por todas, nunca funcionó. "¿Estás loco, Brad? Chester inventó la perfección, la perfección se basó en él, cuando la perfección ve una estrella fugaz pide ser como Chester, la perfe-". "Ok, ok" lo interrumpió Brad, "Ya es suficiente, no quiero que termines escribiendo corazones en los árboloes con las siglas 'M + C'". Mike sonrió y dejó salir un suspiro.

"¿Qué tengo que hacer, Brad? Hoy hablé con él y me di cuenta de que ni siquiera sabía que estoy en las mismas clases que él" dijo Mike sentándose, "¿Te das cuenta de eso? Tiene 14 clases conmigo y nisiquiera lo sabe. CA-TOR-CE" gritó levantando los brazos en el aire desesperado, ¿cómo podía ser nunca se había enterado?. "Wow, ¿en serio?" dijo Brad sorprendido. "Sí, y ahora me anoté en sus talleres... Pero, oh Dios, Brad. Creo que fue la idea más estúpida que tomé en la vida". Brad dejó salir un suspiro, "Mike, ¿en qué taller te anotaste ahora? ¿Podrías dejar de hacer estupideces?". "No, las estupideces parecen seguirme cada vez que pienso en él. Me anoté en música y química" dijo juntando ambas manos frente a su boca, como tratando de evitar que hagan un peor impacto en Brad. "¿Es en serio, Michael? Estás a punto de reprobar química, ni siquiera sabes usar un instrumento o cantar. Y te anotaste en ambos talleres". "Lo sé, lo sé, lo sé" dijo Mike sacudiendo la cabeza, "¿Pero qué puedo hacer para acercarme a él? Ni siquiera quiere mirarme. Tendrías que ver cuando hablé hoy con él..." comenzó a decir Mike dirigiendo la vista a la nada, como si hubiese entrado en una especie de transe.

"Esos dos ojos, color chocolates, profundos como el mísmisimo oceano mirándome a mí... Con frialdad, pero mirándome al fin. Oh, Brad, si hubieses visto como casi me derrito ante él. Mis rodillas parecían que habían decidido abandonar mis piernas e iba a caerme en cualquier momento, sólo por tener esos ojos puestos en mí. Fue tan mágico...". "¿Mágico?" preguntó Brad sin poder evitar reírse, "Mike, te pones tan gay cuando hablas de él, ¿te diste cuenta de eso?". "Sh, Delson". Brad sacudió la cabeza, "En fin" comenzó a decir esperando poder cambiar de tema, "¿Vas a ir a la fiesta de Stanley esta noche?". "¿Chester va?". Brad giró los ojos, "Antes no estabas tan obsesionado con él, ¿qué pasó ahora?". "Es que saber que él ni siquiera sabe de mi existencia me molesta tanto que necesito que se fije en mí como necesito del oxígeno". Brad levantó una ceja, no faltaría poco para que Mike pierda la cabeza por completo. "Ooook" dijo él levantándose del pasto, "Te paso a buscar a tu casa a las 7" Mike abrió la boca para decir algo pero Brad lo interrumpió, "Vas a ir vaya Chester o no".

Mike llegó a su casa y lo primero que hizo fue desvestirse y tirarse en la cama completamente exhausto. Las prácticas de football estaban siendo cada vez más difíciles y cansadoras y al final del día le agotaban toda la energía que podía tener restante. Dejó salir un bufido cuando recordó que en tan sólo cuatro horas, Brad pasaría a buscarlo para ir a la fiesta de Stanley. A pesar de que salía cada fin de semana, nunca disfrutaba completamente las salidas ya que siempre faltaba su paisaje visual personal.

Chester.

Cerró los ojos momentaneamente y comenzó a recordar ese pequeño encuentro que tuvo con él ese día. Sus ojos penetrando los suyos como si tuviese la capacidad de ver su alma. La forma en que sus labios rosados y suaves se movían con delicadez. Como le gustaría tener ese par de pétalos sobre su piel, recorriendo cada centímetro de su cuerpo. De sólo pensarlo su entrepierna cobraba vida. "A la mierda" dijo antes de meterse la mano en los boxers. Antes se sentía patético por masturbarse pensando en Chester, ya que él prácticamente ni sabía de su existencia, pero al fin y al cabo lo había hecho desde los 15 años. ¿Para qué parar ahora?
Chester se sentó frente a la computadora para distraerse un rato de todo lo que había pasado en el colegio. Cada vez que recordaba que iba a tener que darle clases particulares a los inútiles de los talleres se le hervía la sangre. Decidió entrar al chat de facebook en busca de Rob para al menos tener alguien con quien desquitarse.

Chaz Bennington: Robie D:
Rob Bourdon: Hey, Chessy. Qué pasó?
Chaz Bennington: El imbécil del director me puso como castigo tener que darle clases particulares a los que les va mal en los talleres de química y música. O sea, qué carajos? No quiero >.<
Rob Bourdon: En serio? Que horror o.o Pero tengo una idea que tal vez te ayude a distraerte de tu porquería de castigo ;)
Chaz Bennington: Estoy "escuchando"
Rob Bourdon: Fiesta en la casa de un tal Stanley o algo así. Vamos?
Chaz Bennington: Quién mierda es Stanley?
Rob Bourdon: Jaja, no sé, creo que es uno de los jugadores de football.
Chaz Bennington: Mmm, no sé si estoy de humor para ir a la fiesta de un tipo al azar.
Rob Bourdon: No seas aguafiestas, Chessy. Dicen que va a estar lleno de alcohol y de chicas/os fáciles, eso te gusta, o no? ;)
Chaz Bennington: Pensándolo bien, tal vez SI estoy de humor para eso. Digamos que a las 9?
Rob Bourdon: Jaja, ese es mi amigo! :P A las 9 paso por tu casa. Duerme, bañate y ponte linda, mi princesa.
Chaz Bennington: Agh. A veces creo que eres más gay que yo.
Rob Bourdon: Solo por tí, mi amor <3
Chaz Bennington: Callate, Robert. Nos vemos después.

Chester apagó la computadora y se tiró en la cama. Tomó el control remoto que estaba en la mesa de luz y prendió el equipo de música, que luego de unos segundos comenzó a reproducir uno de sus cd's de Stone Temple Pilots. Con una sonrisa en el rostro se quedó dormido luego de poner la alarma para que lo despierte a las 7 de la tarde.

Mike despertó a las 5 de la tarde. Los restos de su orgasmo de horas atrás estaban pegados a sus boxers. Se levantó y estiró sus músculos antes de sacarse la prenda completamente sucia y se dirigió al baño que estaba al lado de su cuarto. Luego de bañarse se puso una toalla alrededor de la cintura y fue a revisar su facebook. Lo primero que vio fue que alguien había hecho el evento de la fiesta de Stanley de esa noche y al parecer era con lista. Comenzó a buscar y encontró que dos horas antes Brad había puesto sus nombres.

Brad Delson: Bradford Delson y Michael Shinoda
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Eso fue lo único que posteó y ya la gente estaba hablando de él yendo a la fiesta. Como amaba ser el centro de atención. De a poco sentía más ganas de ir a la fiesta y momentos después lo que vio casi le produjo un grito de felicidad.

Rob Bourdon: Robert Bourdon, David Farrell y Chester Bennington.
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Chester jamás iba a las fuestas que se organizaban en el colegio y obviamente él no era el único interesado en verlo esa noche. Ignoró los comentarios y se levantó para cambiarse. Definitivamente tenía que usar esta oportunidad para acercarse a Chester. Tal vez emborracharlo hasta la médula podría ser una opción, sacudió la cabeza y se dirigió al armario. 'Y ahora... ¿Qué mierda me pongo?'
Luego de 40 minutos, decidió ponerse unos jeans azules oscuros ajustados, una camisa negra pegada al cuerpo que le marcaban los músculos, haciéndole justicia a su bien trabajado cuerpo. Por último se calzó unas DC negras y bajó casi corriendo las escaleras para esperar a Brad.

Chester despertó cuando la alarma comenzó a sonar y gruñiendo se metió bajo la ducha, esperando que el agua caliente sobre su piel lo despierte al menos un poco. Salió más lúcido que antes y luego de lavarse los dientes abrió el armario. Sin siquiera mirar lo que elegía se vistió. Jeans negros ajustados con un par de cadenas que colgaban desde la cintura, una remera blanca también ajustada con cuello en corte en 'V' y arriba una chaqueta de cuero negra. Se puso unas botas del mismo color y se dirigió al espejo a ver su cabello. Ya estaba creciendo de nuevo pero esos rizos castaños se veían perfectos completamente alborotados así que ni siquiera los tocó.

"Mike, deja de tocarte, estás bien" dijo Brad cansado mientras manejaba hacia la fiesta. Todo el camino Mike se había estado acomodando el pelo en el espejo retrovisor y estaba comenzando a ponerle los nervios de punta a su amigo. "Primero" comenzó a decir Mike peinándose con los dedos, "'Deja de tocarte' suena mal, Bradford. Y segundo, Chester va a estar ahí". "El motivo por el que no dejas de tocarte" dijo Brad sonríendo con una ceja levantada. "Por lo tanto" comenzó a decir Mike ignorando el comentario de su amigo, que dicho sea de paso, era verdad. "Tengo que verme lo mejor posible y este pelo es una mierda". Brad se rió, "Déjalo como estaba antes"dijo. Mike dejó salir un suspiro de derrota y volvió a acomodarse el pelo como lo tenía. A los costados lo tenía más corto que en el centro, lo que le daba lugar a una pequeña cresta que él se peinaba hacia atrás para verse un poco más sofisticado.

Las chicas de la entada ni siquiera se molestaron en disimular cuando lo vieron llegar a Mike, daba la impresión de que en cualquier momento ambas iban a desmayarse debido a la presencia del Adonis frente a ellas. 'Si al menos obtuviera esa reacción de parte de Chester' pensó con amargura antes de ir a buscar su primera lata de cerveza de la noche.

"Hey, lindo" dijo una chica tomando a Mike por la cintura. Él ya había bebido a esta altura alrededor de 5 latas de cerveza, por lo tanto sólo pudo responder con una risa patética. Ella sonrió y se le acercó a susurrarle algo al oído pero él ya no estaba escuchando. No desde que un ángel atravesó la entrada. Mike podría jurar que gimió de tan sólo verlo pero en su estado de ebriedad nunca iba a encontrar la respuesta. Chester parecía moverse en cámara lenta ante sus ojos, se veía tan perfecto, tan sensual. Hasta su caminar era erótico. Mike ya podía sentir una erección en camino y no podía culparse por ello, Chester era más que hermoso.

"Oh, Chester" dijo con un tono de ensueño, como si otra vez estuviese entrando en uno de sus transes. La chica que le estaba hablando al oído ya se había cansado de que él la esté ignorando así que ya no estaba, no es que a Mike le importó tampoco. Desde lejos vio como Rob le dio una botella de algo que parecía tequila y Chester sonrió antes de darle un sorbo directo del envase. Mike abrió los ojos como platos, pensando que si así comenzaba Chester la noche tal vez no iba a ser tan complicado meterlo en la cama.

"Te dije que teníamos que venir" dijo Rob terminando la mitad de una botella de vodka. "Cierto, Bourdie. Por primera vez en tu vida tienes razón" comentó Chester sonriendo de oreja a oreja, claramente borracho. "Hey, no es la primera vez que tengo una vida" dijo Rob en el mismo estado de ebriedad que su amigo, mezclando las palabras. Chester comenzó a reírse hasta que algo le llamó la atención. Un hombre desde el otro lado del cuarto lo estaba mirando con completa lujuria.

Mike no podía sacarle los ojos de encima a Chester. Simplemente parecía un delito, un pecado, una blasfemia dejar de mirarlo. Como su cuerpo se movía debido al alcohol, con esa gracia característica de Chester, esa sensualidad tan pura de él.

Cheser comenzó a acercarse al hombre, jamás le había prestado atención, no sabía porque ya que desde donde se veía estaba para chuparse los dedos. Al menos que sea el alcohol tomando mando de sus sentidos. Sin sacar los ojos de encima de su nueva víctima se abrió paso entre la gente que había en medio de ellos dos.

Mike notó que Chester había comenzado a acercarse en su dirección y su estómago le dio un vuelco, empezó a morderse los labios y sus manos comenzaron a sudar repentinamente. Cerró los ojos y bajó la cabeza para recomponer la compostura. "Hey" escuchó que alguien le dijo por encima de la música y antes de levantar la cabeza tragó grueso.

"Hey" dijo Chester mirando de arriba a bajo al desconocido frente a él, lamiéndose los labios debido a la anticipación. "O-oh, Chester" dijo el hombre con notable nerviosismo. Chester sonrió, 'presa fácil' pensó. "¿Te gustaría ir a un lugar más tranquilo?" sugirió inocentemente. El hombre asintió con la cabeza sin vacilar y se levantó para seguir a Chester. "¿Cómo te llamas?" preguntó Chester. El hombre tragó grueso y dijo "B-Brad".

Mike levantó la cabeza y frunciendo el ceño miró a la persona que le había hablado. Anna. "Hola, Anna" dijo confundido y en ese momento vio a Chester pasar por al lado de él dispuesto a hablar con Brad. Segundos más tarde, ambos se estaban dirigiendo juntos a la escalera. Chester y su mejor amigo.  

  

como bien pueden darse cuenta este el nuevo fict del que les platique, es uno mucho mas largo y profundo, tiene una redaccion mucho mejor y en lo personal es mi favorito por mucho! espero lo apoyen y comenten que les parece, gracias a todos lo que me siguen y comentaron en el otro fict, mil disculpas por no responder pero prometo que lo hare, no teman en comentar en este estare mucho mas al pendiente e intentare responder a todos sus comentarios =) 

LA EXCEPCIÓN A LA REGLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora