SORPRESA.

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  Algo que te toma desprevenido, asombro.  

  Chester se encontraba sentado en el borde de la ventana de su cuarto. Era la última noche en su casa antes de mudarse a la de Ken, por lo tanto toda la habitación estaba repleta de cajas llena de ropa, zapatos, cd's, libros, cuadernos y otras cosas menos importantes. Rob había pasado toda la tarde ayudándolo a guardar las cosas a él y a Lily quien le agradeció feliz de que después de tantas mudanzas Rob todavía esté dispuesto a ayudar a pesar de no recibir nada a cambio.

Hacía dos días desde que Chester le había confesado a Rob su amor por Mike, estaba agradecido de que su mejor amigo no haya hecho ningún comentario al respecto y tan sólo haya decidido escucharlo y apoyarlo. De a momentos pensaba en simplemente ir y decirle la verdad a Mike pero era demasiado cobarde como para hacerlo. Además de orgulloso, ¿cómo después de ignorarlo durante años iba a ir y decirle que sus sentimientos por él habían cambiado de la nada?

Chester miró hacia donde estaba su escritorio y vio que estaba vacío, ya habían guardado su computadora por lo que decidió conectarse a internet desde el celular. Se dio cuenta que también habían desconectado el wi-fi por lo que tuvo que 'tomar prestado' el del vecino. Lo primero que hizo fue entrar a facebook y ver el perfil de Mike.

-Mike Shinoda-

-No sé si voy a poder acostumbrarme a todos estos cambios en mi vida :/.
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Chester quería preguntar a qué se refería, al fin y al cabo al menos ambos estaban pasando una etapa de cambios y tal vez podrían ayudarse mutuamente. Un segundo después dejó ese pensamiento de lado cuando recordó que ni siquiera debería hablar con Mike. Siguió bajando hasta que algo le llamó la atención.

-Tiene una relación con Anna Hillinger
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Chester tragó grueso, jamás había tenido que pasar por una situación así y no estaba seguro de cómo reaccionar. Mike ahora estaba con Anna, ingenuo él de pensar que Mike podría esperarlo o insistirle. Era sólo una cuestión de tiempo hasta que se canse y decida seguir adelante, no podía culparlo por eso, pero la sensación de que su corazón se achicaba más y más en su caja torácica no iba a irse por eso.

Decidió que lo mejor era seguir adelante él también, cambiar un poco las cosas y terminar con este estilo de vida que definitivamente no lo estaba llevando a ningún lado. Tiró el celular en la cama y se paró frente al espejo mirándose detalladamente. Lo que le llamó más la atención fue su pelo. Tal vez era eso lo que tenía que sufrir el cambio.

Se levantó del marco de la ventana, se puso una chaqueta de jean negra y luego de ponerse unas Converse del mismo color salió del cuarto cerrando la puerta tras él. Bajó las escaleras casi corriendo y tomó las llaves de la mesa. "Ya vuelvo, mamá" dijo él y su madre lo miró con una cara que le indicaba que tenía que decir a donde iba. Chester suspiró y dijo, "Voy a la tienda, no me tardo". Los últimos meses había pasado tanto tiempo fuera de casa que su madre ya no sabía si creerle o no.

Chester recorrió las calles frías de Los Angeles. Su mente pasaba de Mike a la mudanza, del colegio a Mike de nuevo. Era como si cada pensamiento terminaba una y otra vez en el joven capitán. No se había sentido así desde Sam y no sabía cómo iba a tolerarlo si llegaba a tener que pasar por la misma situación que con ella.

Sam y Chester se conocieron cuando él tenía tan sólo 16 años y ella 19. Chester se había enamorado completamente de ella, como nunca antes y ella, según decía, sentía lo mismo que Chester. Juntos habían pasado los mejores momentos de su vida y estaba más que seguro que ella era la mujer ideal para él. Cuando Sam terminó el colegio se mudó al campus de la universidad donde pensaba estudiar. El lugar estaba a tan sólo 20 minutos desde la casa de Chester por lo que no era un problema para ambos continuar la relación a distancia ya que prácticamente ni siquiera había distancia.

LA EXCEPCIÓN A LA REGLAWhere stories live. Discover now