Día 1

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//Jack Muller//
Estoy terminando un trabajo que me han encargado, el cual tengo que mandarlo por fax a la jefatura de la empresa, espero esta vez tener mayor interés en hacerlo posible, ya que esto no me corresponde a mí, sino a la secretaria que se encuentra con licencia médica, y al no querer contratar a otra en su reemplazo, han asignado a todo el personal hacer los deberes de ella, por lo menos no es mucho, así que lo mandé y con bastante tiempo a mi favor, no es cierto, ya que ahora tengo que irme. Me levanté de mi puesto, no sin antes ver el reloj que marcan las, exactamente, cinco minutos para las cinco de la tarde, así que es hora de marcar mi salida. Fui al estacionamiento, por mi auto, con un trabajo así te puedes dar el lujo de tener uno, a parte de lo que ganaba con mi anterior equipo en otro trabajo, que si hay buen dinero por ahí también, así que darse unos gustitos no están nada mal. Subí al auto y como es costumbre, marqué mi huella dactilar como hora de salida las cinco con diez minutos. No me demoré nada en salir, aunque me preocupaba no tener listo el trabajo a tiempo, ya que el reto que te dan los jefes y más cuando es apresurado, pero lo bueno que tengo diez minutos sumados a fin de mes, algo es algo ¿no?.
Manejé atravesando casi toda la ciudad, ya que al otro lado me espera mi esposa Julia Muller, bueno mi ex esposa, llevamos ya su tiempo separados y ahora sólo nos juntaremos para hablar del divorcio. No creo que sea muy difícil, esto siempre se complica al haber hijos de por medio, por suerte no tuvimos, y digo por suerte, porque nuestra separación no fue porque quisimos, fue por fuerza mayor, al igual que perdí mi anterior trabajo.
El lugar de encuentro que escogimos, una plazuela escondida en Melbourne, con poca gente al rededor, pero la necesaria por si sale de control, Julia cuando se enfurece es un completo demonio, así que el revuelo si pasa, no será mucho, aunque no encuentro que fuera haber un motivo por el cual se enojase. Bajé del móvil y me dediqué a esperarla, no tardaría en llegar, ella es muy puntual, algo que siempre me llamó la atención, ya que las mujeres a quedar en citas suelen demorarse, pero esa vez, no fue así.
Recuerdo haber pasado una hora al espejo, preguntándole a cierto tiempo a mi madre si me veía bien y olía bien, ella reía y se alegraba de verme así por una chiquilla que se robó completamente mi corazón. Ella a las siete en punto en un vestido azul a la rodilla ya se encontraba frente a mí, al chico semi formal que la invitó a cenar, esa noche fue espectacular, la repetiría mil veces si fuese necesario. Luego de salidas más, se convirtió en mi novia.
Pero ahora, pasaba el minutero y la poca gente por el lugar, rastro de ella nada. Una hora llevo ya esperándola sintiendo mi preocupación, así que marqué su número, el cual me dio con el buzón de voz, no dejé mensajes, porque al final no se escuchan, sino que me fui directamente a su departamento, a nuestro departamento a buscarla, no importaba cuanto me demorara ahí, Julia no llegaría a la cita, jamás se demoraba.
Al ingresar al edificio y encontrarme frente a la puerta llamé golpeando.
-¡Julia!- golpeaba más, pero no se oía nadie desde el otro lado- ¡Julia!- volví a llamar, sin obtener nada giré la manilla y abrió

- ¿Julia?- la llamé entrando, cerré tras de mí

No contestó a mis llamados.

-Julia no estoy jugando-
Y claro que no era juego, esto se acabó hace un tiempo y dudo mucho que sea como antes cuando a veces, al regresar del trabajo, me dejaba la puerta abierta y se escondía por las habitaciones, debía encontrarla, así éramos.
Recorrí el lugar, como en los viejos tiempos, su dormitorio en particular, tal y como lo manteníamos, claro que ya sin fotografías de nosotros adornando esas paredes blancas, no la encontré, por la cocina tampoco, ya que al ser americana, no dependía de tanto si con la vista se sabía que no había alguien ahí, sólo me falta el baño, ¿quién se escondería en el baño?, giré la perilla, está con seguro.
-¡¿Julia estás ahí?!- golpeé la puerta muchas veces con la palma de mi mano- ¿Julia?- no respondía
Nadie deja la puerta del baño con seguro si no hay gente dentro. Empujé con mi hombro tratando de abrirla, forcejé hasta que lo logré. Al ingresar mis ojos se abrieron inmediatamente, como platos, cambiando mi expresión facial, llevando mis manos a mi boca al verla ahí en el suelo tirada con un cuchillo incrustado en su vientre y sus manos a cada costado desangrando de las muñecas. Y caí de rodillas, rompí en llanto sobre su cuerpo.
-¡Julia!- grité
//Jillian Sinise//
-¡En seguida vamos allá!- dije al teléfono
-¿Jillian qué pasa?- me preguntó Eva Bourne caminando conmigo
-Dile a los cinco chicos que ha llegado el caso para que den el examen final- le dije- que se equipen y vayan corriendo al estacionamiento-
Eva asintió.
Cogí la camioneta de la institución pasándolos a buscar a la entrada. Tan buenos alumnos que son, deberían ser todos así cuando se les exige en un caso policial. Ellos muy bien equipados subieron, partiendo al lugar del hecho.
-Ahora van a tener que aplicar todo lo que aprendieron durante los cuatro años que estudiaron con nosotros- les dijo Eva
-La prueba final les ha llegado- les dije en tono misterioso, siempre quise hacer eso
Al llegar al departamento, donde claramente se ve gente consternada y expectante.
-Todo queda en sus manos- les dije a los chicos- yo me encargo de clausurar el lugar para que trabajen-
Ellos se fueron y con Eva nos dedicamos a clausurar el lugar.
-Usted la encontró ¿Verdad?- preguntó Eva de repente
Levanté la vista para saber a quien se dirigía, exactamente a un hombre bastante afligido y conmocionado.
Él sólo se atinó a asentir y sollozar aún mas, su cuerpo temblaba, le costaba mantenerse en pie.
-Entonces...- hablé- ¿le podría solicitar algunas preguntas?- lo miré directo
Sé que no es lo correcto, pero es mi trabajo, y aunque esté así de mal, debo hacer la rutina de preguntas.
Él asintió en respuesta y yo encendí mi lápiz grabadora que me acompaña, me fui a su lado, pediría un asiento para él, pero no se debe tocar la escena del crimen.
-Yo...- empezó a hablar él sin siquiera haber hecho una pregunta, así que dejé que se explayara- había quedado de juntarme con Julia, pero...- tomó aire- ella no llegó- me miró y luego miró a un punto invisible- supuse que se encontraba aquí, por eso vine y al entrar la vi ahí tirada con el cuchillo en el vientre y sus manos desangrada... ¡Desangrándose!- me miró otra vez- su imagen aún está en mi cabeza...-
-¡Tú la mataste!- dijeron de pronto
Un tipo bastante furioso y de aspecto compulsivo enfrentándose al señor con el que estaba hablando.
-A ver- hablé- tranquilo- pedí al chico que había llegado
-¡No me pida de estar tranquilo!- sobresaltó- ¡éste la mató, de hace tiempo que venía molestando a mi hermana y no la dejaba en paz!- un poco más y acaba encima de mí ese tipo- acabó con lo que quería...- bajó la voz- matarla. ¡¿No es así hijo de puta?!- volvió a levantarla
-¡Jamás!- se defendió él- tu sabías Iván que yo la amaba-
-¡Si la hubieras amado como dices, esto no hubiera pasado!-
-¡Tranquilos!- pedí en el mismo tono
-Veo que ambos tendrán que acompañarnos- Jane una de las practicantes
Ambos se miraron e intentaron calmarse a puras miradas.
-Hemos terminado con las muestras- me miró ella- mis compañeros harán el retiro del cuerpo-
Asentí en respuesta, dándole el pase a realizar y con Eva ayudamos a retirar el cuerpo y llevarlo con nosotros al laboratorio.
//Jane Risttreto//
Bien, que la prueba final sea un caso real, me pone los pelos de punta. Nunca pensé que me tocaría eso, ¡ay Jane! si estudiaste en una escuela de detectives, es obvio que tu práctica sería un caso real, no una simulación por fotos, o pruebas escritas sobre ello, lo bueno es que estamos los cinco para apoyarnos y dar con la respuesta, somos amigos desde que llegamos aquí, claro que cada uno tiene su historia de como conoció a quien.
Tengo pavor de saber la verdad.
Los cinco rodeando la camilla con el cadáver de la chica ahí.
-Hagamos un juego- dijo Joost
-No estoy para juegos- respondió Yon
-¿Qué clase de juego?- preguntó Cassie
Joost levantó su mano derecha mostrando una bolsa con cinco papeles dentro.
-Me he tomado la molestia de poner cada misión para cada uno aquí- le extendió la bolsa a James quien sacó un papel
-Huellas dactilares, ya sea en el cuerpo y/o objeto- miró a Joost enseguida de terminar- ¡pero que tu estás loco! me llevaré toda la prueba yo- se quejó
-No es buena idea eso- comenté
-Yo sólo quería ayudar- respondió Joost
-No importa- dijo Cassie- se va a ir viendo según lo que pase-
-Te apoyo- Yon a Cassie
-Mañana desde las ocho de la mañana para llevar a cabo esto- dijo James
Asentimos
-Puntual- exigió
Se fueron, ya era tarde.
Me quedé observando detenidamente el cuerpo de ella, cada rasgo, cada herida y luego me senté en una mesa que había ahí, si en una mesa, cuando se está sola con un cadáver, tienes cierto libre albedrío. Al ver las fotos que habíamos sacado, cada detalle de la habitación del crimen, ver el cuerpo y no encajar nada aún, porque no tenemos nada más que un par de fotos.
-¿Aún aquí?- dijeron de pronto
Al ver al encargado Jillian SInise aproximarse, me levanté y me senté como debe ser, en una silla, él frente a mi en otra silla, separándonos la mesa, la cual tiene esparcida las fotografías.
-¿Complicado?-
Asentí volviendo a mirar las fotos.
-No quiero ni saber la verdad- confesé
Él apoyó sus manos en la mesa mirándome detenidamente, lo miré igual, sintiéndome extraña con su vista y su aspecto que adoptó en esa posición, así que desvié la vista sacando un suspiro.
-Tengo algo que te va a servir mucho-
Volví la vista a él y me extendió un lápiz.
-¿Un lápiz?- le pregunté extrañada
Asintió.
-Un simple lápiz- respondió
Lo recibí y lo guardé en el bolsillo de mi chaqueta.
-Gracias-
En seguida me paré, sabía que si seguía segundos más tarde con él, no terminaría de buena manera, menos estando solos.
-Me tengo que ir, mañana tengo que regresar temprano- me excusé para arrancar
Asintió, por lo que me dispuse a salir.
-Espera- dijo
Paré en seco a unos pasos de la salida y volteé.
-¿Mande?-
-No puedes dejar el cuerpo fuera, debes mantenerlo en conservación-
-Cierto, toda la razón-
Tapé el cuerpo con la típica sábana blanca, agarrando la camilla llevando a los frigoríficos, un escalofrío se siente en mi cuerpo siempre que entro ahí, es que el hecho de saber que hay gente muerta aquí, que pueden haber espíritus al rededor tuyo me pone con un miedo, si, soy algo miedosa, aunque siempre hay que temer a los vivos que a los muertos. La dejé en congelación y salí al estacionamiento en busca de mi moto para al fin ir a mi casa y descansar.
-Jane- llamaron otra vez
Me subí y lo miré a él con casco en mano.
Esto de tener en el mismo piso estacionado mi moto con su super auto es un caos.
-No evites lo inevitable- me dijo
Grandes pensadores Jillian, lo he evitado por mucho tiempo y lo seguiré evitando, sobretodo ahora.
-Jillian, lo nuestro no puede ser y lo sabes-
Me miró, odio esa mirada, me cohíbe, me hace estar viva, me hace necesitarlo. A fin de cuentas el tipo me gusta de hace tiempo, pero su trabajo y mi carrera, es peligroso con esto de romances, así que seguiré evitándolo.
Encendí el motor y arranqué de ahí.  

20 Razones para no convertirse en detectiveWhere stories live. Discover now