IX

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Narra Jake

—¡Darius! —Grité lo más fuerte que pude, mientras aquella bestia clavó sus dientes en su cuello.

Sentí que me iba a volver loco y me avalance hacia ella y la golpié  en el rostro varias veces hasta que lo soltó.

Darius cayó al suelo inconsciente, su cuello tenía las marcas de los dientes pero no sangraba por los orificios que la chica le dejó.

—¿Tienes miedo? —me preguntó riendo.

Corrí hacía Darius para ver sí se encontraba bien, sólo tenía una pequeña perforación en el lado izquierdo de su cuello.

—¿Qué le hiciste? No te tengo miedo.—respondí de una manera agresiva.

El orificio de su cuello empezó a sangrar un poco, hice presión para que no sangrara más. Mis manos temblaban, Darius no reaccionaba y eso me estaba asustando demasiado.

—Sólo le inyecte un paralizante. —Agregó limpiando sus labios de la sangre de mi hermano.

En ese instante recordé, que tenía una navaja en mi bolsillo y la fui sacando lentamente sin que ella se diera cuenta.

—Tú serás el siguiente querido, ven acércate.—Pronunció.

Abrió su boca de una manera horrorosa y no dude en sacar mi navaja para clavarséla directo al corazón.

Se abalanzó sobre mí y aproveché en clavar la navaja provocando que mi cara se empapará de su sangre.

Gritó muy fuerte descendiendo al lago espeso de sangre. Su cuerpo quedó flotando mientras yo sólo observaba como iba muriendo lentamente.

Salí de aquél trance y me dirigí a donde se encontraba mi hermano.

—¡Darius! Despierta por favor no me dejes.—musité mientras una lágrima recorría mi mejilla.

Siento un ligero apreton en mi brazo: —Tranquilo nunca te dejaré hermano.—Dijo en voz baja.

Lo abrazé fuerte y nos levantamos del suelo para buscar la salida de ese maldito psiquiátrico.

—Debemos derribar está puerta. —Agregué.

—¿Estás seguro? —Preguntó Darius con el ceño fruncido.

Asentí y procedí a derribarla después de 10 intentos fallidos la puerta por fin la derribe. 

Al salir no encontramos con un ambiente completamente oscuro, lo único que se escuchaba eran nuestras pisadas en el psiquiátrico.

—Este lugar no era así cuando llegamos.—Comentó Darius.

—Es cierto, ahora todo está destruido y huele como a carne podrida.—Contesté.

Al caminar por varios pasillos,pudimos llegar al tercer piso donde estaba ubicado las habitaciones para los que tenían problemas psiquiátricos.

Escuchamos muchos jadeos de los pacientes eso no daba un poco de escalofrio. A lo lejos escuchamos qué alguien estaba caminando cerca de nosotros, por el sonido de sus zapatos supimos que era una mujer.

Buscamos un lugar en donde escondernos para no ser descubiertos y logramos escuchar que está tenía una conversación con otra persona.

—Debes encontrar a ese par de dos Nuria.—Pronunció aquél hombre de voz muy ronca.

—Lo sé, pero mataron a Bárbara. Le destruyeron el corazón.—Replicó molesta.

Ambos tomaron rumbos diferentes para seguir  buscandonos.

EL ASILO © [Completa] [EDITANDO]Where stories live. Discover now