Capítulo 2

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Llego a la mansión de los tíos de Carla. La música resuena antes de entrar y hay una multitud de gente danzando de aquí para allá en el jardín. Sin duda, Carla tiene muchas amigas. Yo la conozco de clase, vamos juntas desde primaria. 

Busca a Leila o a alguien que conozca y encuentro a Ester, otra muy buena amiga.

-¡Hola guapa! Cuánto tiempo, no nos hemos visto desde el último día de clase  -me saluda, mientras me abraza.

Se ha vestido muy mona: un vestido por encima de las rodillas blanco, con un chaleco sin mangas por encima y unos tacones negros.

-Si algún chico te ve así, cae en tus redes directo -le halago.

-¡Oh, lo sé! -bromea ella.

Yo le sonrío. 

-¿Sabes dónde está Carla, o Leila? -le pregunto, gritando, porque han subido el volumen aún más.

-¡Leila está dentro! -chilla.

Le doy las gracias moviendo los labios y me hago hueco entre la gente.

En la piscina ya hay unas cuántas chicas enrollándose con alguno que pasa o luciendo bikini simplemente.

Entro por la entrada y encuentro a Leila enseguida, hablando con un chico. No para de sonreír, y se nota que está un poco nerviosa.

Dudo entre si interponerme o no, pero de repente Carla llega hacia mi y me da un beso en la mejilla.

-¡Tía, cuanto tiempo! Tenía ganas de verte -me dice, cogiendome de los brazos.

-Y yo, ¡felices 16! -exclamó.

Ella me lo agradece y continúa saludando a invitados.

Este año, en septiembre, vamos a empezar ya Bachiller.

No sé muy bien que hacer, me encuentro un poco fuera de lugar. Leila sigue con el chico y yo salgo a fuera, para que me de el aire.

Me siento en una silla que encuentro y miro como la gente se divierte. El jacuzzi, raramente está vacío. O eso pienso, hasta que veo a unas chicas abalanzándose sobre él. 

No van en bikini, van en ropa interior...

Aparto la mirada, no se como no les da vergüenza. ¿Serán amigas de Carla o se habrán colado?

Algo me llama la atención. Más bien, alguien. Un chico a lo lejos está bailando, y baila verdaderamente bien. Me animo a levantarme y me acerco hacia él, que ya tiene un par de chicas que le miran.

Él se da cuenta de mi presencia y me sonríe. Me fijo en sus ojos, verdes. Me quedo mirándolos demasiado tiempo porque para de bailar y se ríe.

-¿Te gustan mis ojos, rubita?

Yo me ruborizo y él se acerca hacia mí. Las dos chicas ya lo dan por perdido y se van.

-Simplemente, bailas muy bien. Yo también bailo -le confieso. No sé como me he atrevido a decir eso. ¡Maldita mi boca!

Él es más alto que yo, me intimida un poco cuando se situa a mi lado, pero no por su altura exactamente...

-¿Como te llamas? -dice, mientras sus profundos ojos me miran.

-Vicky -murmuro. Parezco indefensa a su lado. Es más, creo que me debería ir, y hacer como que no ha pasado nada.

-Yo  Héctor. Encantado. ¿Te puedo ver bailar? -se atreve a preguntarme.

Casi sin pensarlo, respondo un rotundo no.

Héctor me toca la mano.

-Venga, Vicky...¿Vas a alguna academía o algo?

-Sí, aquí, a la de Madrid.

Él abre los ojos como platos.

-¡Yo tambíen! ¿Como es que no te he visto nunca?

-No lo sé, la verdad -le digo yo.-Tendremos horarios diferentes, puede ser.

El hace una mueca divertida. Unas chicas se acercan a él. Van en bikini.

-Hola guapo, te vienes a nadar? -le dice una rubia.

Héctor las mira.

-No, lo siento -responde al fin con una sonrisa.

Mi corazón empieza a latir fuerte. ¡Se queda conmigo!

Las chicas ponen una cara de fastidio y se van.

Ahora que me fijo, tienen razón. Héctor no es nada feo, al contrario, es muy atractivo.

Me pilla mirándolo y se vuelve a reír. Yo me culpo a mí misma por dentro.

-Me v-voy -tartamudeo, con mucha vergüenza.-Un placer, adiós.

Me alejo caminando rápido de allí, sin darla la oportunidad de decirme algo.

-Joooo, espero volver a verte de nuevo, Vicky -grita.

Se me hace una sonrisilla boba. ¿Qué me está pasando?

Mírame, sonríe y sueña.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن