Notas escritas en una madrugada de insomnio

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Me quemé los dedos y arrojé el cerrillo.

Prendí otro y terminé de encender

el repelente de contrabando que había conseguido.

Me tumbé en la cama de mi celda

y me puse a pensar en las cosas que

no tenía.

Pensé en Sassy. En la forma que no la tenía.

Miré el techo, los restos de zancudos pegados.

.

Mucha gente piensa encontrar el amor

de su vida en discotecas, el trabajo o el estudio.

Allá sólo vas a encontrar lo común.

Allá no es la guerra, es la batalla del sexo.

El sexo que, como la raspadilla de color extraño

que no sabes si fue hecho con hielo normal

o fue que algún pendejo le metió hielo de mar,

te llega a tus brazos con cariño, pero luego...

No es mi caso. Sassy llegó como...

¿Cuál es la probabilidad?

¿A quién mierda se le puede ocurrir calcular

la probabilidad de que te toque un ángel?

Me había quedado parado en la estación

Los vagones llegaron y se tragaron a la gente

Las puertas escupieron más gente

Los rayos volaron y cada hombre con cada mujer

se unieron uno con el otro.

Todos contra todos, desnudos en una orgía

nada pecaminosa, frente a frente, como en el

baile de promoción o el quinceañero de barrio.

Magia, el tipo de magia que te hace ladear

la cabeza y poner cara de imbécil

mientras ella te toma de las manos y no

te dice nada de nada

¿Para qué?

Tenía el culo más perfecto del mundo

y las tetas más angelicales y generosas.

Yo sé de un par de tipos que la lloraron.

Estoy seguro que hubo más.

Todas tienen más.

.

Alguna vez los hombres lloramos por alguna,

nos masturbamos por y con alguna,

pero eso no significa nada.

Sassy significaba demasiado.

Varias veces la perdí y ahora que la tenía,

la había vuelto a perder.

Yo era un perdedor.

Miré otra vez al zancudo aplastado.

Me voy a escapar para verte, Sassy.

Me voy a escapar varias veces.

Se me están acabando las oportunidades.

Pero van a tener que cuidarme bien,

no me van a detener.

Sólo quiero verte, aunque sea lo que dure

una canción de The Platters, o U2.

Tú sabes cual.

Ya conoces mis gustos

tan comerciales.

Poemas de amor, sexo y otras carenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora