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El prisionero de Azkaban ❅ Capítulo 4

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Saraphine no hacía ni veinticuatro horas que había conocido a su compañera de cuarto así que no la conocía en lo absoluto, aunque algo sí que sabía con certeza: Era hija del preso que se había escapado de Azkaban, el mismo que se rumoreaba que andaba en las cercanías de Hogwarts: Sirius Black.

Y a pesar de los rumores que se expandieron durante en receso que tuvieron los alumnos antes de su siguiente clase, a Emerald no pareció importarle en absoluto que su padre fuera visto en Dufftown, lugar que quedaba cerca de Hogwarts, muy cerca en realidad. Más incluso de lo esperado.

Saraphine sintió el impulso de preguntar por ello mientras caminaban a clase de Defensa contra las Artes Oscuras, pero pensó que no sería el momento ni el lugar ni tampoco alguien para preguntar por algo tan personal. No eran tan cercanas, al menos de momento. Así que se tragó su curiosidad a la vez que entraban a la clase finalmente.

Los alumnos no tardaron mucho en llegar y de un momento a otro, tanto Gryffindor's como Slytherin's llenaron aquel amplio lugar. Para extrañez de Prince no había un solo pupitre en la sala, tan solo un armario de madera vieja posado en el centro de ésta.

El profesor Lupin no tardó en incorporarse a la clase y justo cuando lo hizo, el armario comenzó a moverse de forma intermitente, como si algo que hubiera dentro deseara con todas sus fuerzas salir.

—¿Alguien quiere adivinar, que hay dentro? —preguntó el profesor, dando un rodeo atrás de sus alumnos, quienes mantenían el ojo en todo momento sobre el armario.

—Eso es un Boggart.

—¡Muy bien, Thomas!—felicitó al alumno y siguió caminando a paso decidido alrededor de sus alumnos—¿Me puede decir alguien como es un Boggart, físicamente? —preguntó de nuevo y el armario volvió a balancearse de forma violenta.

—Nadie lo sabe, profesor— respondió Hermione, quien había aparecido de la nada. —Los Boggarts son cambia-formas. Se vuelven en lo que una persona teme más que nada. Eso es lo que los vuelve...

—Tan aterradores, correcto, señorita Granger—cortó Lupin a Hermione y finalmente se posicionó delante de los alumnos, a una distancia considerable del armario que no había parado de moverse durante la pequeña lección—Hay un encantamiento muy sencillo para repeler un Boggart—continuó hablando—Vamos a practicarlo ahora. Sin varitas por favor...—Esperó a que sus alumnos guardaran sus varitas y prosiguió: —Repitan después de mi. Riddíkulus.

Riddíkulus— se escuchó a coro

—Muy bien, pero un poco más fuerte y claro.

Riddíkulus—volvieron a repetir sus alumnos a coro pero ahora más fuerte.

—Esta clase sí que es ridícula— susurró Malfoy para su grupito, pero Saraphine, quien no se encontraba muy alejada de ellos lo escuchó, rodando los ojos por el comentario del rubio.

—Muy bien chicos, eso fue fácil. El encantamiento en sí no es suficiente—continuó con la clase Lupin—Lo que realmente acaba con un Boggart es la risa y por ello, necesitan forzarlo a adoptar una forma que les parezca graciosa, déjenme que lo demuestro—Al azar, eligió a un alumno—Neville, ¿puedes venir por favor?

Neville Longbottom caminó varios pasos al frente y se colocó a la altura de Lupin, quedando justo enfrente del armario, pero retirado y sin pisar el circulo que había dibujado en el suelo, que Saraphine se acababa de percatar de él.

—Bien Neville. ¿Qué es lo que más te da miedo? —preguntó.

—El profesor Snape—respondió el chico, pero tan suave que nadie lo escuchó, solo escucharon un leve tartamudeo.

—¿Perdón?

—El profesor Snape— ante la respuesta ahora más clara, los alumnos comenzaron a reir de fondo. Hasta a Lupin le pareció gracioso.

—¿El profesor Snape? Si, la verdad es que nos asusta a todos. Y... Tengo entendido que vives con tu abuela, ¿no es así?

—Sí, pero tampoco quiero verla a ella—respondió sincero Neville con un deje de miedo en su voz.

—No la verás, tranquilo. Quiero que visualices su ropa. Solo su ropa en tu mente, ¿de acuerdo? — el profesor Lupin se acercó hasta Neville y le susurró algo al oído que nadie más escuchó, lo que hizo que las expectativas de aquello se incrementaran.

—Bien, varita lista— con un leve conteo hacia atrás, el armario se abrió, dejando ver a Severus Snape tras de la puerta, saliendo con algo de timidez y mirando a todos lados. Neville tragó saliva y con un movimiento rápido de varita a la vez que decía el hechizo, la ropa de Snape se transformó en el conjunto extravagante que llevaba su abuela.

Nuevamente la risa de los presentes no tardó en llegar, inundando la sala. Severus Snape estaba muy gracioso con aquella vestimenta y el bolso rojo le daba un toque más cómico a todo. Prince en especial fue una de la que más le hizo gracia, aunque no supo muy bien porqué.

—¡Maravilloso, Neville! Por favor, hagan una fila en orden—tras la orden, los alumnos comenzaron a hacer una fila india, empujándose unos a otros. Sin saber como, Saraphine había acabado tercera en esta, alejada de su compañera de cuarto quien se había quedado más atrás.

Maldijo por lo bajo, pero no iba a decir nada.

—Quiero que todos visualicen lo que más temen y lo conviertan en algo gracioso. ¡Ron, tu turno!

Ron visualizó al Boggart y este se transformó en una araña gigante negra. Tras pensarlo un poco y decir el hechizo, a la araña le salieron patinetes en los pies y comenzó a resbalarse en el suelo, cayendo finalmente contra éste. La sala comenzó a reir y el profesor Lupina alabó a su alumno por aquello. Tras él Parvati fue la siguiente en salir. Ante su mirada el Boggart cambió a una Serpiente gigante. Saraphine se quedó maravillada por la criatura, aunque no le dio tiempo a admirarla demasiado ya que de un momento a otro nuevamente se transformó en un payaso saliendo de una caja. La risa volvió a inundar el salón y así, la chica dejó la fila para colocarse detrás del todo dejando a Saraphine como la siguiente alumna.

—Estupendo Parvati, Prince, te toca.

Sara se colocó frente al Payaso quien comenzó a moldearse hasta tomar la forma de una Ave gigante, era una mezcla entre un cuervo y un águila, pero de proporciones mucho mayores. Saraphine tragó saliva, recordándose que aquello no era real y sacando su varita, logró pronunciar las palabras altas y claras.

—Riddíkulus— en cuando dijo el hechizo, al Ave delante suya le desaparecieron las plumas por completo, dejando solo al descubierto su capa de piel carnosa. El ave comenzó a dar vuelvas como si tuviera vergüenza y aquello fue lo suficiente gracioso para que los alumnos rieran nuevamente.

—Maravilloso Prince, siguiente— tras las palabras de Lupin y con una sonrisa de satisfacción, Sara se colocó atrás de la fila.

El siguiente era Harry quien, al colocarse delante de la criatura comenzó a moldearse nuevamente, hasta convertirse en un Dementor. La sangre de Prince se heló de nuevo ese día al recordar lo pasado en el tren y como aquel ser quitaba hasta el aliento, literalmente. El Dementor fue a atacar a Potter pero el profesor se puso en medio, revelando así su mayor miedo: Una luna llena apareció delante de todos y rápidamente el profesor dijo el hechizo, y la luna se convirtió en un globo desinflándose, yendo en dirección hacia los alumnos. Tras eso, Remus Lupin mandó al Boggart dentro del Armario nuevamente.

—Bien, ya fue suficiente por hoy. Se acabó la lección. Gracias y disculpen— y así, la clase de Defensa contra las Artes Oscuras dio por terminada por ese día.

Las negaciones de los alumnos no tardaron en llegar, ya que se lo estaban pasando bien, pero el profesor fue directo y no iba a cambiar de opinión, así que se dispusieron a recoger sus pertenencias y a salir de allí, dejándolos con un buen recuerdo y a la vez, una sensación amarga porque aquello hubiera acabado más pronto de lo deseado. 

The Prince © 𝐝. 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲  🐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora