A casa

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🎶I'm not enough and I'm sorry - Teqkoi, Snøw🎶

6 meses atrás

La primera vez que la vi en realidad no era la primera vez.

Era viernes y Lena, mi mejor amiga, me estaba obligando a probarme atuendos para ir a la fiesta a la que la había invitado el chico que le gustaba. Era un panorama bastante normal para las adolescentes promedio que éramos, excepto que a mí no me gustaba ir a lugares donde hubiese mucha gente, y ella lo sabía, pero creía que estaba siendo quisquillosa.

La historia de cómo conocía Lena no era épica ni sentimental. Simplemente nos encontramos en el colegio en uno de los primeros días de clase cuando teníamos doce, ella se acercó a mí porque estaba sola y nos dimos cuenta de que teníamos cosas en común, como nuestro gusto por las gomitas de ositos o nuestro odio por las matemáticas, así que nos hicimos amigas.

El problema comenzó cuando crecimos y yo me fui haciendo mucho más consciente de mis problemas. A ella le interesaban las típicas cosas que le gustaban a los adolescentes, quería salir a fiestas y conocer personas, mientras que yo solo quería quedarme en mi habitación porque me aterraba hablar con chicos de mi edad y la sensación de no poder respirar —que luego reconocí como ataques de pánico— se hacía cada vez más frecuente.

Con el tiempo fui temiendo que un día se diera cuenta de que no había nada genial en ser mi amiga y decidiera alejarse completamente, así que comencé a hacer lo que ella quisiera, incluso si eso terminaba mal para mí.

Ninguna era una buena para la otra, pero perderla significaría quedarme sola y no sabía qué pasaría si me quedaba completamente sola.

—Prueba con esa falda —dijo al mismo tiempo que me tiró la prenda en la cara.

—Eh, cuidado con mis lentes —me quejé, pero ella no me hizo caso.

Extendí la falda de cuero frente a mí e hice una mueca. Era linda, tenía algunos brillos y cierres de adornos, pero no era para mí. No me gustaba usar faldas ni ropa ajustada, me hacía sentir incómoda. Prefería usar pantalones cargo y sacarle las camisetas a mi hermano. Así me sentía un poco más yo misma en todo el circo de mentiras que había montado durante años.

—¿No tienes algo más... mi estilo? —le pregunté.

Lena soltó un bufido y revoloteó por su habitación. Estaba hecha un desastre, había ropa tirada por todas partes: sobre la cama, sobre su pequeño escritorio blanco, en la manilla de la puerta, en la esquina del espejo de cuerpo completo... Así era cada vez que Lena salía. Era la persona más desordenada que conocía, incluso más que Lucas, mi hermano menor, y eso era decir mucho.

—Tu estilo es aburrido —respondió luego de haber rebuscado por todos los montones de ropa—. Mejor ve como quieras.

Negó con la cabeza y me dio la espalda para seguir maquillándose frente al espejo.

Desde que llegué a casa de Lena había permanecido sentada en un hueco libre de la cama, mientras que ella se había movido por todas partes creando su desastre. Ella era así: desordenada y atrevida, no tenía miedo de ser ella misma frente al mundo, era hermosa con ese cabello rosado, su piel lechosa perfectamente cuidada, sus labios carnosos y sus ojos cafés. Nada parecía ser suficiente para ella, siempre estaba buscando algo más. Y por otro lado estaba yo: callada, nerviosa, siempre escondida detrás de mis lentes, mi cabello castaño y mi ropa ancha, preocupada de que pudieran notar algo diferente en mí... No quería ser el centro de atención. Éramos más que diferentes, y aunque el resto dijera que nos complementábamos, a veces sentía que ella seguía a mi lado por costumbre o porque en ocasiones le era útil.

Entre tormentas y arcoíris (lgbtqia+) (Completada✔️) Publicado por planetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora