Formemos Un Eclipse

3. Llena de tatuajes

Me encontraba en la sala del hospital tratando de analizar lo que había sucedido, sosteniendo entre mis manos la gorra que ella llevaba.

—Elara, Elara —intentaba moverla, pero obvio no respondía

Necesitaba hacer algo, tenía que hacer algo, busque en mi bolsa desesperadamente saque mi teléfono y la toalla, marque rápido y lo puse en alta voz.

—Señorita Cyra

—Raúl, lo necesito urgente

—¿Qué pasa? ¿está todo bien?

—Sí. No, bueno, apúrese acá le explico es muy urgente yo diría que está entre la vida y la muerte

—Voy para allá señorita

—Le mando la dirección Raúl y gracias —colgué

Mande la ubicación lo más rápido que pude junto con un mensaje.

-Suba rápido hasta el techo del edificio Raúl, luego le explico que paso

Apague el teléfono he hice presión en la herida, tenía que evitar que siguiera derramando sangre, lo amarre eso lo mantendría bien por un buen rato, intentaría bajarla pero pesa demasiado. La puerta se abrió y Raúl entro.

—Señorita Cyra —vio a Elara en el piso y saco un arma— ¿Qué paso?, ¿usted está bien?, ¿está viva? —preguntaba mirando por todos lados

—Sí, si está viva. Tenemos que llevarla al hospital ¡y baje esa arma que me pone nerviosa! —me estaba empezando un ataque

Cálmate Cyra no es momento para un ataque de pánico.

Respire y me percaté de que Raúl ya iba hacia bajo, subimos con prisa al elevador.

—¿Cómo es que llego tan rápido? —pregunté, buscando en los bolsillos de Elara su teléfono, sostenía su gorra en mi mano

—Estaba dando la vuelta, su padre me mando a vigilar la, creí que seguía en el parque y estaba por aquí cerca cuando marco, ¿me va decir que paso?— el elevador se abrió por suerte en la recepción no había nadie, subimos rápido a la camioneta

—Ya sabes a dónde Raúl

—Si señorita

—No sé que paso, estábamos bien, estábamos en el parqué luego fuimos por hamburguesas y ella me trajo acá quería que viera un lugar y estábamos admirando la cuidad, comiendo platicando bien, cuando ella se levantó y de un momento a otro cayó —me miraba por el retrovisor

Sople el teléfono de Elara y se marcaba donde había tecleado la contraseña la puse y si funciono, busque en sus contactos tenía que avisarle a su madre, omití la parte donde nos perseguían no quiero que le diga nada de esto a mis padres porque me meteré en un gran problema y puede que no me dejen ver a Elara de nuevo.

—Por lo que vi puede que sea una bala —yo también creía eso—, pero ¿quién pudo hacerle eso?, ¿está metida en problemas? —negué

—Es una buena chica

—Llegamos señorita —bajo y llamo a los paramédicos, ellos la internaron rápido

Raúl se encargó de hacer lo de los papeles le dije que yo pagaría todo, busque en los contactos de Elara y vi el que estaba buscando, marqué rápido.

—Elara, ¿a qué hora llegas a casa?, no me dijiste y siempre me avisas por si llegas al día siguiente

—Eh, disculpe —estaba nerviosa y temblando